CARRERA NOCTURNA
Cortes de tráfico y autobuses afectados

Paraíso del fútbol 'vetado' para Oliver

El Betis, tras más de ocho horas de viaje, ya está concentrado en La Manga Club · El consejero bético no dejó un buen recuerdo en su paso por el Cartagena

Belenguer y Nacho se dirigen hacia el autobús para acudir a la concentración de La Manga.
Samuel Silva / La Manga / Enviado Especial

10 de agosto 2010 - 05:02

A falta de menos de tres semanas para el inicio del campeonato, el Betis inició ayer su última concentración de pretemporada en La Manga Club, en las magníficas instalaciones que ya conoció el año pasado en las puertas del Mar Menor y que se encuentran muy cerca de Cartagena, un lugar vetado para el consejero Luis Oliver, de quien no se guarda un buen recuerdo por estas tierras.

El conjunto verdiblanco partió al filo de las nueve de la mañana con destino a La Manga, aunque realizó una parada previa en Puerto Lumbreras para almorzar. Y es que el autobús bético se encontró con las obras en el tramo de la A-92 que une Granada y Guadix, lo que motivó que llegara al hotel de concentración con más retraso del previsto. Al filo de las cinco y veinte de la tarde, el equipo hacía su aparición en La Manga y los jugadores se marcharon directamente a las habitaciones para descansar. Y es que Pepe Mel, pese al largo viaje, ya tenía preparada un entrenamiento para las ocho de la tarde.

No existió expectación alguna a la llegada del Betis, algo que no suele ser habitual en los desplazamientos del equipo verdiblanco, pero la tranquilidad es la nota predominante en las instalaciones elegidas para llevar a cabo esta parte de la pretemporada. Y es que, una vez descubierto este lugar la pasada campaña, el Betis pretende repetir visita cada verano. Como viene siendo habitual en esta pretemporada, ningún consejero acompañó al equipo en el desplazamiento y el delegado, Víctor Antequera, aparece como el responsable de la expedición, aunque bien acompañado tanto por el cuerpo técnico como por el jefe de prensa, Manuel Reyes. Y quizás la ausencia de consejeros pueda ser vista como positiva, o al menos en cuanto a Luis Oliver se refiere. No se habla bien del navarro por estos lugares, a poco que un periodista saque a relucir su nombre en cualquier conversación. Incluso repasando las hemerotecas, ésas de las que tanto habló el propio Oliver cuando desembarcó en el Betis, se concluye que la etapa del empresario en Cartagena fue para olvidar.

"La corta etapa de Luis Oliver, algo más de un año, estuvo colmada de incumplimientos y despropósitos. Faltó seriedad en casi todos los órdenes, los jugadores y demás empleados no percibían sus emolumentos y lo que en resumen Oliver y su equipo directivo hizo fue vender humo", apuntaba un artículo de La Verdad de Murcia publicado en 2008, que también ahondaba en el asunto económico: "Al llegar, Oliver tiene que afrontar el pago de la deuda en la AFE y hay un desembolso de 72.000euros para evitar el descenso del equipo. Simultáneamente termina de reunir una plantilla de jugadores que tropiezan muy pronto con el problema del dinero, cómo no. Comienza la Liga en septiembre y los futbolistas aún no han percibido sus salarios de julio y agosto. Se alarman y Oliver declara que adeudar un par de meses a los jugadores es lo más normal. Ocurre en esta categoría y también en Primera".

No menos contundente es la opinión de Cristina Bustillo, quien ha ocupado diversos cargos en el Cartagena, desde tareas administrativas a jefa de prensa y que hablaba así de Oliver en futbolclubcartagena.com, la web oficial del club. "Con Oliver no se pasó mal, sino peor. Creo que no hubo conciencia social en ningún momento de lo mal que se estaba pasando en el club. Tanto a nivel humano como a nivel social Luis Oliver no respetó ni a la ciudad, ni a los aficionados, pero, sobre todo, y lo digo por la cercanía diaria, no respetó a las personas que trabajaban para él. Dejo al club tirado en Navidad y los que nos mantuvimos en el puesto sabemos lo que nos costó llegar a final de temporada", apuntó.

Sin Oliver, el Betis ya está en La Manga Club, el lugar elegido por Pepe Mel para definir al equipo que en menos de tres semanas comenzará a luchar por el ascenso, al menos hasta que se conozca definitivamente la resolución del caso Brugal y la presunta compra de partidos por parte del Hércules. Y es que no hay mejor sitio para un equipo de fútbol que estas instalaciones en pleno Mar Menor.

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