"Pamplona fue el partido; todos se quitaron las caretas"
Pepe Mel, técnico del Betis
"Mi relación con Stosic siempre ha sido correcta y buena; yo propicié la reunión para que quedase claro quién ficha y quién entrena en el Betis", advierte el madrileño.

Llega la hora del balance. Falta un partido que será más una fiesta y Pepe Mel valora los logros de su equipo, al que da una nota de 6,5. Ha sido un curso difícil, con tensiones, pero el técnico se ve fuerte en pos de su tercer año en el banquillo. Al menos, confiesa, ahora ya sabe quién está con él y quién no. Eso sí, advierte, quien quiera polémicas, que no lo busque siquiera.
-¿Cuál es su balance de la temporada que se acaba para el Betis?
-Ha sido un año sufrido, en el que hemos tenido que trabajar muchas veces contracorriente. Esa misma corriente que nos llevó al principio a lo más alto y hacía presagiar que nos iba a salir todo muy bien, la perdimos en un momento dado y nos costó volver a encontrar el camino. Se generaron dudas alrededor del equipo, aunque gracias a Dios esa duda nunca entró en el vestuario, porque entonces sí que hubiésemos estado muertos, y al final, como veníamos pregonando y como ocurre en el colegio, las notas se dan en verano y el Betis tiene una nota más allá del bien.
-Mucho se ha hablado de este vestuario, incluso de la relación con usted, y queda la impresión de que estamos ante un grupo muy sano en todos los sentidos...
-Cuando, deportivamente, no tienes las armas de los ocho o nueve primeros de la tabla, la única forma de hacerte fuerte es conseguir un grupo que se lleve bien y eso lo tiene el Betis desde hace dos años. Además, es un grupo comprometido con el trabajo, más allá de que en algunos partidos pueda parecer que nosotros tuviéramos menos intensidad, algo que era por causa de las limitaciones del Betis actual. Ellos han dado el cien por cien en el 90% de los partidos y, cuando han hecho eso, han sido un buen equipo y han dado la talla. Por eso, a falta de dos partidos y aunque remotas, teníamos posibilidades de entrar en Europa, algo impensable en verano.
-Si hacemos un análisis y nos detenemos en varias estaciones, la primera sería Pamplona.
-Pamplona es el partido más importante, para reafirmarnos en una forma de jugar, para ver dónde estábamos cada uno, para que mucha gente dentro y fuera del club se quitara las caretas... Pamplona fue el partido con mayúsculas, el que nos ha hecho llegar hasta aquí, porque ha permitido que el proyecto de este club no se tambalee.
-Y justo después viene a Heliópolis el Valencia, con la casi imperiosa necesidad de ganar tras diez partidos sin lograrlo...
-Sin lo de Pamplona jamás hubiese ocurrido esa victoria; va todo unido, pero, claro, también fue un partido importante.
-Ahí empieza a sacar cabeza el equipo, que luego encadena otra mala racha y resurge ante el Athletic. ¿Siempre a lo grande?
-Es normal, es que todos los equipos de nuestra cuerda, como Villarreal, Zaragoza, Rayo... han jugado partidos como ésos y han tenido rachas malas, de ahí que no estemos en Champions ni en Europa. Incluso el Valencia, que es tercero, tuvo una racha de ésas, es que es normal. Pero, bueno, le ganamos otro partido al Athletic, y aquí lo que importa es el resultado final, más allá de cómo se hayan ido consiguiendo los puntos.
-Visto en su día y hoy, con más perspectiva, da la impresión de que el día clave para la salvación fue el de la victoria en Málaga.
-Málaga es otro de los partidos muy importantes. Veníamos de jugar de otra forma, de intentar coger a los rivales en la velocidad y no en el balón, y tuvimos la suerte del resultado, porque otros muchos partidos jugamos mejor y no ganamos y, sin embargo, ese día tuvimos la fortuna de estar serios en defensa y hacer dos goles. Pero sí, está claro, el primer paso para la permanencia fue ganar en Málaga.
-¿Y el derbi qué ha supuesto para Mel y para el equipo?
-Como bético, tengo las mismas sensaciones y sentimientos que el resto de socios y aficionados, no se diferencian en nada. Y, como profesional, es un paso más adelante, porque en un ambiente hostil y con todo en contra quería ver a mis jugadores competir y compitieron mucho y bien. Eso, como entrenador, te enorgullece y te alegras por el grupo. Ese partido nos dio muchas cosas.
-¿Siente que ese triunfo hizo justicia con un técnico que semanas antes era criticado por sistema?
-No, porque en un momento de la temporada toda la gente se quitó la careta y todo el mundo se expresó con claridad. Y ahora yo sé quiénes son blancos y quiénes son negros. Ya sé que la temporada que viene empieza con gente con el cañón recortado por debajo de la mesa esperando el primer fallo. Pero eso, cuando uno permanece en un cargo mucho tiempo, es ineludible que pase, porque no todo el mundo va a estar de acuerdo contigo, porque le caigas mal, por lo que dices, por lo que haces, por cómo te expresas, por la forma de hacer las cosas, por los resultados, por lo que sea... Pero uno es entrenador y tiene que asumir eso.
-¿Y cómo se lleva eso?
-Yo lo llevo bien, porque si alguien espera una respuesta fuera de tono contra la gente que sé que no está conmigo y que continuamente me critica, va a cansarse de esperar. Yo trato a todo el mundo igual, por supuesto tonto no soy y sé quién está conmigo y quién no, pero nadie va a encontrar una mala palabra porque me dedicaré a defender a mi equipo y a mi club siempre.
-El bético de a pie percibe que su relación con Vlada Stosic no es buena y, según ha ido el curso, van a seguir los dos en sus puestos. ¿Se puede reconducir?
-Por supuesto. Siempre ha sido correcta y buena. Creo que el trabajo de la secretaría técnica ha sido bueno y que hay que dejarla trabajar y que se mueva con libertad en un mercado que es difícil para clubes como el nuestro. Creo que ahora lo va a hacer mejor, porque ya tenemos todos un año de experiencia en la Primera División, y todos tenemos que trabajar sabiendo que este año va a ser todo más complicado, porque los equipos que van a ascender tienen mucho nivel y porque un equipo, cuando asciende y se mantiene, tiende a pensar que todo será más sencillo, pero yo pienso que es al revés.
-¿Vio perder poder en el club cuando la reunión de diciembre para separar competencias entre el director deportivo y usted?
-No. Me lo tomé bien porque, repito, esa reunión vino propiciada por mí, así no hay ninguna duda de quién ficha y deja de fichar y quién entrena y quién no. Yo tengo toda mi confianza en la secretaría técnica, en su trabajo, y ellos depositan su confianza en que el equipo que ponen a mi disposición lo voy a entrenar lo mejor que pueda. Creo que el que sale ganando es el Betis y más si se hace en buena sintonía, así todos empezamos en verano con las cosas claras.
-Regreso al derbi porque no me contestó en el sentido que yo pretendía: ¿Se sintió más realizado como entrenador con esa victoria?
-Vi que era la culminación a un año difícil, porque lo ideal para nosotros hubiese sido no jugar frente a Sporting ni Barça y acabar el año con un partido así, tan bonito. Nos gustó ganar por nosotros, por crecer, por mirar hacia adelante y ser cada día más importantes en el fútbol español, pero no por el daño que le hiciéramos al rival.
-Pues, sinceramente, yo creo que le ganó la mano a Míchel y que su figura como técnico ha crecido.
-Es posible, gracias. De lo que estoy orgulloso es de que mi equipo sabía desde que salió del hotel lo que se jugaba ese día, y eso se nos vio a todos: en la tensión, en la forma de encarar el partido... Creo que dimos un paso adelante en el sentido de que otros podían pensar que al no jugarnos nada iríamos a no perder, pero hicimos la lectura contraria, es decir, como no nos jugamos nada salimos a ganar. Y creo que eso quedó claro.
-En una balanza, ¿le ha dado más Mel al Betis o el Betis a Mel?
-El Betis me ha dado muchísimo más a mí, porque como futbolista todo el mundo me recuerda por el Betis y, como entrenador, estoy en el escaparate gracias al Betis. Sigo siendo entrenador por la gente del Betis y lo que yo le haya podido dar al Betis es sólo el uno por ciento de lo que he recibido.
-Pero ahora que el club tiene decidido que siga, hay banquillos apetitosos para Mel...
-A raíz de todo lo que se formó con mi contrato, me senté un día a verlo y es cierto lo que publicasteis de una cláusula de dos millones de euros que tendría yo que pagar al club para marcharme. Fíjese las ganas que tengo de irme que ni había mirado antes eso. Otra cosa es que el club crea que yo no debo seguir aquí, entonces sí pensaría en algo diferente al sitio donde me siento querido y donde tras veinte años conseguí llegar.
-¿Qué espera contra el Barça? Y me refiero también a la grada, a la fiesta de despedida...
-Es un partido bonito, se despide el mejor entrenador de la Liga y lo hace en un equipo que luego disputa la final de la Copa del Rey, y creo que podemos ser una buena piedra de toque por asemejarnos a lo que le va a proponer el Athletic al Barça. Nuestros partidos, además, suelen ser de goles y atractivos y éste nos llega en casa y con la afición ansiosa de despedir a su equipo tras ganar el derbi. Imagine cuántos alicientes tiene de entrada...
-¿Y el "Pepe Mel, Pepe Mel, Pepe Mel..." se oirá de nuevo?
-Ya, es posible, pero yo no lo puedo evitar. A mí, y lo he dicho muchas veces, me da vergüenza eso porque yo sólo le he devuelto al Betis el uno por ciento de lo que me ha dado.
-Hágame otro balance de la temporada pero no del Betis, sino de su entrenador.
-El balance es positivo, porque, como bien dice usted, no soy el mismo entrenador de antes de comenzar. Pero yo el balance lo uno al del año pasado: llegué en julio de 2010 y no tengo nada que ver como persona, como ciudadano de Sevilla ni como entrenador del Betis con el de hoy. Creo que he avanzado y me lo noto, que mi cariño al club se ha redoblado de forma increíble, mi sintonía con la gente y con la ciudad es mayor... Los momentos malos me han hecho crecer como entrenador y como persona y, en lo estrictamente profesional, manejar tantas situaciones de estrés y tensión me han hecho madurar.
-Llegó siendo el padre de una bética y hoy es quizá igual de bético o más que Iris...
-En eso ya éramos parecidos, pero ella tenía la libertad de expresarse y yo, como profesional, no podía airear del todo mis sentimientos. Pero ahora, que estoy en el Betis, ya no hay tapujos para expresarme como bético.
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