Ojo, el rival no es el Mladost

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El Sevilla afronta una prueba exigente contra el Slask Wroclaw polaco en su afán por revivir noches mágicas en Europa El Atlético bajó los ánimos, pero la ilusión sigue intacta

Mila y Ostrowski salen los primeros en un ejercicio de entrenamiento del Slask en el Sánchez-Pizjuán.
Mila y Ostrowski salen los primeros en un ejercicio de entrenamiento del Slask en el Sánchez-Pizjuán.
Francisco José Ortega

22 de agosto 2013 - 05:02

Noche importante para el Sevilla. El conjunto de Unai Emery comienza una eliminatoria importante para su futuro en la presente temporada, pues está en juego la posibilidad de disfrutar de Europa de nuevo, algo que no sucede en Nervión desde hace tres cursos, concretamente desde que el Hannover frustró la posibilidad de disputar esta misma Liga Europa. Está claro que el Slask Wroclaw polaco, el rival en esta ocasión, no tiene nada que ver con los alemanes en cuanto a potencial, pero que nadie se llame a engaño, tampoco se parece absolutamente en nada a ese Mladost montenegrino que recibió nada más y nada menos que nueve goles en la anterior ronda previa.

El Sevilla, en lo que tiene que ver con sus profesionales, es decir, cuerpo técnico y futbolistas, ya debe ser plenamente consciente de lo anterior, les habrá bastado con visionar el partido que disputó el Slask con el Brujas en su anterior cruce para comprenderlo. El problema es concienciar al entorno de que enfrente no estarán unos tuercebotas y de que el rendimiento de los sevillistas tendrá que ser alto para meterse en la fase de grupos de esta Liga Europa que tantas ilusiones ha despertado después de la revolución en la que aún vive inmersa la plantilla gracias al buen trabajo en los despachos tanto de Monchi como del propio Del Nido.

El conjunto nervionense, a pesar de la decepción que supuso la derrota del pasado domingo contra el Atlético de Madrid, evidentemente un rival muchos puntos por encima también de este Slask polaco, necesita que la comunión con la grada vuelva a ser absoluta. Está claro que la medida de cobrar a los abonados restará afluencia en buena medida, pues cuesta trabajo abandonar el retiro vacacional en las playas cercanas y encima tener que pasar por taquilla, pero hasta eso debe pasar a un segundo plano en la asfixiante noche que se espera.

A partir de ahí, todo comenzará a decidirse donde debe hacerlo sobre el césped. Una matización rápida a todas las advertencias anteriores sobre el nivel del adversario que le tocó en suerte al los nervionenses. En teoría, el Sevilla tiene más potencial futbolístico que el Slask y no hay más que repasar la nómina de sus integrantes para ello, pero esa superioridad sobre el papel, a estas alturas de la pretemporada, no es tanta como para que haya una confianza desmedida. La concentración, por tanto, deberá ser absoluta y bien harían los hombres de Emery, y también el entorno, en olvidar durante unas horas todas las noticias que no tienen que ver con el partido en sí. Es decir, dejar aparcado el futuro de este o de aquel futbolista, no pensar en las lesiones ni de Pareja, ni de Carriço, ni de Reyes ni de nadie... Hasta que no se solucione esta eliminatoria lo primero debe ser el Slask, sólo el Slask.

Si nos fijamos en las declaraciones de los futbolistas y también de Emery y de Del Nido, sin embargo, esto parece que será así. El lateral Coke, por ejemplo, era preguntado la semana pasada por la trascendencia del partido frente al Atlético de Madrid y aun dándole importancia al mismo, siempre repetía la canción de que el primer objetivo del curso estaba en la clasificación para la fase de grupos de la Liga Europa y que nada debía distraer la atención en ese sentido. No está mal que los profesionales piensen de semejante manera para comenzar a lograr el pase por esa vía.

Una vez fijadas estas bases en las tareas de mentalización, llegan también las cábalas sobre los elementos que utilizará Emery para tratar de ganar este primer encuentro del cruce. El técnico vasco ya advirtió ayer que cuenta con Kondogbia para este encuentro y no sería extraño que el francés formara pareja de centrocampistas en esta ocasión con el recién llegado Iborra. La cuestión, entonces, sería dónde se ubicaría Rakitic y no sería extraño que éste adelantara algunos metros su posición para estar más cerca de los Marko Marin, Perotti y el delantero. Porque otra incógnita será si el punta será Bacca de nuevo o si Gameiro gozará por primera de la titularidad desde su llegada. Tampoco sería descartable que jugaran los dos y que fuera Marin quien descansara esta vez en una zona del equipo que admite diferentes rotaciones sin que exista una merma clara del potencial de la misma. Jueguen quienes jueguen finalmente, en esa zona, por delante de los centrales, tal vez esté el punto débil a explotar del Slask.

Donde sí existen más problemas por las lesiones es en la defensa. Pareja no estará ni esta noche ni durante los dos próximos meses, tampoco Carriço, y las opciones para acompañar a Fazio se reducen. ¿Cala? Tal vez pueda ser el lebrijano el elegido, pero tampoco sería extraño que fuera Fernando Navarro el central zurdo o incluso el lateral de ese costado. La razón es que el principal peligro en ataque del Slask está en el extremo derecho Sobota, un futbolista muy rápido y también profundo, lo que podría conducir a Emery a reforzar esa zona de su zaga con algún futbolista más rápido y eminentemente defensivo en sus conceptos.

Aparte de los protagonistas más directos, también cobrará trascendencia un elemento que sí puede afectar al desarrollo del juego. Ya se vio el domingo pasado que el fortísimo calor tuvo mucho que ver con el final del encuentro, pues los esfuerzos hay que dosificarlos. En teoría, ésa es una ventaja para un Sevilla que debe salir a ganar, sin más. Todo lo que sea eso es un buen resultado para la vuelta en Polonia.

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