Nervión demanda más
Los últimos duelos ante Celta, Athletic y Racing de Santander condicionan la visita del Getafe a un Sánchez-Pizjuán necesitado Sólo el derbi eclipsó las numerosas deficiencias
El Sevilla afronta el parón liguero navideño con las miras puestas en el choque ante el Getafe, que visitará el Sánchez-Pizjuán en plena lucha por unirse también al pelotón aspirante a pelear por los puestos europeos.
Pese a que las sonrisas brillaron más que las tristezas en las últimas semanas, no fue el estadio sevillista el mejor escenario para vislumbrar el despegue definitivo del nuevo proyecto nervionense. Y es que los últimos partidos disputados en casa, a excepción del derbi, no reflejaron la mejoría que el equipo sí encontró a domicilio con tres victorias ligueras consecutivas fuera de su feudo ante Espanyol, Granada y Villarreal, lo que fue suficiente para agarrarse a la zona alta.
Parece que la premisa es ahora mejorar en Nervión ante una afición que quiere ver la mejor versión de su equipo tras el mediocre pasado reciente. El Celta acudió como víctima para imponerse por la mínima gracias a un regalo de Beto, el Athletic pellizcó un punto dominando la posesión con claridad y fallando un penalti antes del descanso. Y marcando el peor instante de este mes se encuentra la eliminación copera en manos del Racing de Santander, un equipo de Segunda División B que pintó con colores las deficiencias aún presentes en este equipo sevillista.
Por ello, y pese a le mejoría fuera de casa y la escalada en la tabla, Nervión quiere que el Sevilla recupere su mejor versión y, sobre todo, brinde un triunfo que está tardando demasiado en llegar.
Emery conoce los condiciones y tratará que éstos no vuelvan a aparecer ante el Getafe. Contra el Celta, un error grave provocó la derrota, ante el Athletic la ausencia de Rakitic condicionó la creación y frente al Racing la alineación estaba condicionada por un exceso de confianza.
Pero hay un factor que parece dar diferentes resultados a este nuevo esquema de Emery. La apuesta por un repliegue más seguro y la búsqueda de la velocidad arriba ha funcionado en los partidos fuera de casa. Un 49 por ciento de posesión bastó para ganar en Montjuïc, un 33 para hacer lo propio en Granada y un escaso 30 para llevarse los puntos ante del feudo del Villarreal.
Pero la premisa no funciona de la misma forma en casa, cuando los enemigos dejan menos espacios y toman menos riesgos. El Celta disfrutó de una posesión del casi 50 por ciento y el Athletic de Bilbao del 65 en el estadio sevillista. Ambos puntuaron sin que el Sevilla lograra encontrar facilidades para tener ocasiones de gol. En este sentido, Unai Emery ya avisó de estas dificultades cuando las preguntas giraban únicamente en torno a la posición de Rakitic en el campo.
La locura y los riesgos tenían resultados positivos en casa y ahora quizás el técnico sevillista decida nuevamente apostar por un Rakitic más atrasado para llevar la batuta de los duelos en el Sánchez-Pizjuán.
El regreso de Marin abre las variantes, al igual que la posible incorporación de Reyes a la mediapunta o la apuesta por colocar a dos delanteros arriba y dar más metros a Rakitic para que se incorpore al ataque. Emery volverá a jugar sus cartas más ofensivas con la intención de recuperar parte del dominio y crear más ocasiones en el área rival. Los números confirman la mejoría a domicilio merced a unas prestaciones más sólidas, pero Nervión exige más argumentos para que la confirmación de la progresión del proyecto sea definitiva.
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