Monchi se queda a la fuerza

La tormenta quedó en marejadilla, aunque no se sabe cómo ha dejado el astillero del club el maremoto de dos días que ha vivido el Sevilla. En plena época de planificación, el club nervionense, generalmente impoluto en su forma de manejarse, se vio obligado a tomar una determinación firme contra la voluntad de su figura más carismática. El director general deportivo, el gestor técnico que está detrás de los nueve títulos de esta década prodigiosa, recibió la negativa a su intención de salir por parte de los gestores políticos. Monchi se queda a la fuerza, después de la segunda reunión de una intensa jornada. Todo quedó aclarado a la hora de negociar su solicitada marcha. José María Cruz le comunicó que el club no lo dejará salir si no paga la cláusula de rescisión de 5 millones de euros, tal y como desveló este diario, que rige en su contrato hasta 2020. Y Monchi aceptó seguir.

Con José Castro siguiendo los acontecimientos desde la clínica donde fue intervenida su hija por la mañana, José María del Nido Carrasco, como vicepresidente primero, y José María Cruz, como director general, tuvieron una primera reunión matinal con Monchi en el estadio. En la misma, el director deportivo insistió en su idea de salir por motivos personales. No dio marcha atrás. Castro ya le pidió el lunes algunos días de demora por la delicada operación de su hija, pero Monchi se lo comunicó al consejo y éste le solicitó que reconsiderase su idea, que la reflexionase.

En ese momento, había mucho pesimismo sobre la situación y la sensación general era que Monchi iba a dejar el club en el que ha alcanzado la gloria internacional a través de 16 prolíficos años. La amenaza de una oferta del Manchester United cobró fuerza y entre esta realidad y la fatiga aducida por Monchi después de tantos años de trabajo por el Sevilla hacían presagiar un adiós que nadie quería, sobre todo por la determinación con la que se expresó después de presentar el proyecto deportivo para la próxima temporada al consejo el lunes.

Y más o menos esa sensación era la que primaba en el entorno del club hasta que el Sevilla, en su web oficial, sacó el comunicado que aclaraba el entuerto a las 21:55. "El Sevilla se remite al contrato para mantener a Monchi en su puesto", se titulaba una nota que recalcaba que el director deportivo "pidió al consejo que autorizara su salida por motivos personales". "Pero la entidad, entendiendo y respetando sus deseos, ha decidido hacer valer lo firmado en su día", decía el inflexible comunicado.

Según la nota, Monchi aceptó "la decisión del club y le ha comunicado su compromiso de seguir trabajando con la misma dedicación y profesionalidad que siempre lo ha caracterizado". Además, añadía que "el club quiere manifestar su satisfacción con esta solución y su agradecimiento a Monchi, confiando ciegamente en que seguirá desempeñando sus funciones con la misma intensidad, calidad y eficacia con la que siempre ha actuado".

Tras la primera reunión matinal, Monchi almorzó con Del Nido Carrasco y su hijo cerca del estadio. La decisión era firme e irreversible, hasta que Cruz le reiteró que la única manera de abandonar el Sevilla era previo pago de su cláusula de rescisión de cinco millones de euros. Ante tal realidad, Monchi se vio obligado a dar marcha atrás y quedarse, por ahora, en el Sevilla.

Ahora debe seguir al frente de un proyecto muy atractivo y bastante avanzado que el consejo recibió con mucho agrado y que avaló dándole vía libre para invertir hasta 95 millones de euros en la nueva plantilla. En ese momento, lunes tras el almuerzo de trabajo en el estadio, Monchi incluso habló de que le bastarían 80 ó 85 millones para configurar la nueva plantilla, dado que la salida de jugadores con fichas muy elevadas posibilitará acometer los fichajes que tiene en mente. Fue después de presentar su informe técnico cuando comunicó su voluntad de dejar el club. Pero el Sevilla no ha cedido.