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Míchel, el más enfadado

rayo vallecano | sevilla · sala de prensa

"La ambición del deportista no se puede quedar en la forma", dice sobre el nulo acierto ante "lo más importante, el gol"

Míchel, atento durante el encuentro de ayer en Vallecas.
E. Florido

03 de septiembre 2012 - 05:02

Difícil de asimilar hubo de ser para Míchel la ocasión perdida de sumar tres puntos en Vallecas, máxime mirando lo que le viene al Sevilla después del parón, con sendas visitas a Nervión de Madrid y Barcelona. El técnico habló de repartir responsabilidades, pero les recordó a los suyos que se juega para ganar y que la ambición en el fútbol implica tener acierto y marcar goles, además de jugar bien.

"Cuando pasen seis meses será que hemos empatado aquí -dijo-. Este punto nunca sabe a derrota, pero quien lo quiera ver de otra manera lo verá. El acierto a veces se entrena, pero hay que tenerlo, no hay que darle más vueltas. Hemos tenido agresividad, llegada, hemos anulado al rival... El equipo ha demostrado mucha decisión y agresividad, pero nos ha fallado el acierto. Los dos penaltis marcan el resultado, pero no dan la sensación del juego".

Míchel recordó que el Sevilla no sólo falló desde los once metros, sino en la definición de los numerosísimos ataques en superioridad: "A veces no se define de cara a la portería y a veces en el último pase. Ha sido un partido sobresaliente con un acierto muy deficiente". Sí reconoció que en lo demás sí aprobó con nota su equipo: "Con la cantidad de gente que mete el Rayo en segunda línea y en contraataque, no hemos tenido ni un percance, sabíamos que era el primer paso para dominar el juego, pero si no acertamos no sirve para nada".

Poco a poco, él mismo se fue enfadando: "El que no haya visto el partido, sin contar los dos penaltis... Ahí no se queda la ambición del deportista, no se queda en la forma, hay que ganar los partidos y en eso la responsabilidad hay que repartirla entre todos. Hemos hecho lo que teníamos que hacer, excepto lo más importante, el gol".

Esa falta de acierto enervó a Míchel: "El problema ha sido la cantidad de situaciones que hemos desaprovechado. Eso irrita al entrenador, que es el más impotente. Ahora dirán que no somos capaces de ganar ni contra diez, pero en Granada empatamos con diez".

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