Mel-Stosic, orden de club
El supuesto desencuentro por el nuevo rol del entrenador obedece a una estrategia del consejo, que se reunió con ellos para parcelar labores · El diálogo entre ambos es fluido y convergen más que divergen.
A Pepe Mel le habrá podido sentar mejor o peor, pero la supuesta pérdida de competencias del entrenador en la planificación de la plantilla de hace unos días atrás lo ha liberado de trabajo y, como él mismo declaró, donde pretende y exige el poder absoluto es en el vestuario junto a sus futbolistas. Y ahí, por supuesto, lo tiene.
Además, la supuesta guerra entre el preparador verdiblanco y el director deportivo, Vlada Stosic, no es como se vende, toda vez que esta última polémica desatada obedece a una estrategia del club, siempre en su idea de parcelar las labores en el club para, una vez concluido el ejercicio, poder exigir las responsabilidades oportunas a los directores de cada área.
Lógicamente, si el entrenador interviene decisivamente en la planificación de la plantilla, luego al consejo de administración le resultaría difícil valorar el trabajo de la secretaría técnica, que comanda el propio Stosic y en la que también trabajan Juan Ureña, Emilio Vega y Keke Durán, toda vez que José Antonio Gordillo la dejó para coordinar la cantera y Ángel Becerra trabaja desde hace meses directamente para Mel en la ciudad deportiva realizando análisis futbolísticos de la plantilla verdiblanca y de todos los rivales a los que se enfrenta.
En los días previos a la Junta General de Accionistas, que se celebró el jueves 22 de diciembre, se llevó a cabo una reunión en el club en la que estuvieron presentes, amén de ambos protagonistas, el presidente del club, Miguel Guillén; el administrador judicial y consejero, José Antonio Bosch; el consejero para asuntos deportivos, León Lasa, y los administradores concursales. En la misma fue cuando se acordó que la labor prioritaria del entrenador sería la de centrarse en el equipo, sin menoscabo de que pudiese opinar sobre las posibles incorporaciones, sugerir nombres o demarcaciones a reforzar y, por supuesto, mantener una línea fluida de trabajo con los miembros de la secretaría técnica, sobre todo con su principal responsable, Stosic.
Las partes estuvieron de acuerdo y fue por ello que Stosic, en la presentación de Paulao, dijese aquello de que la labor de Mel "era, fundamentalmente, entrenar", en respuesta a unas declaraciones previas de éste diciendo que desconocía a algunos de los futbolistas sobre los que se rumoreaba como posibles refuerzos, caso de Agra, quien finalmente firmaría aunque para la campaña venidera.
El supuesto cruce de declaraciones no era más que la forma de cada uno de reflejar los acuerdos a los que se llegaron en la citada reunión. Cierto que las frases, extraídas de contexto, suenan muy contrarias, pero no lo es menos que, aunque personalmente no sean amigos, la relación profesional de Mel y Stosic es correcta.
Lejos de discutir en las últimas semanas, ayer por ejemplo se vieron las caras en el vestuario y tampoco hubo problemas por una reciente entrevista en la que el entrenador explicó que cuando él intervenía en decisiones de configuración de la plantilla -referidas siempre a la etapa en la que Luis Oliver dirigía el club- tampoco es que al club le fuesen las cosas mal. De hecho, el Betis logró el ascenso fruto de esa planificación en la que no intervino la actual secretaría técnica.
Respecto a los movimientos del mercado de invierno, Mel y Stosic siempre estuvieron de acuerdo en la permanencia de Jorge Molina, salvo oferta irrechazable para el club y los concursales que, finalmente, no se produjo. Igualmente, el ofrecimiento de Vitolo por parte de Las Palmas, que sedujo en un principio, fue descartado tras recabar informes de Alexis y Pier, quienes convinieron con los técnicos béticos en que aún no era un futbolista maduro y sí muy parecido a Ezequiel. Es decir, que hay sintonía amén de que lleguen futbolistas no avalados por Mel.
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