¿Mejor? ¿...Y por qué? (1-2)

Amistoso

El Sevilla cierra una exigente gira con una preocupante lesión de Gameiro y un triunfo en Francia, donde Krychowiak y Rami dieron solidez. La carga acumulada hizo retroceder luego.

¿Mejor? ¿...Y por qué? (1-2)
¿Mejor? ¿...Y por qué? (1-2)
Efe

26 de julio 2015 - 19:45

Tomarse con naturalidad los resultados implica una madurez -como en todos los órdenes de la vida- también en el fútbol. En pretemporada, éstos tienen una importancia aún menor, una trascendencia más que relativa y muy discutible cuando pueden aparecer lesiones, como las sufridas ayer por Gameiro y Carlos Fernández, y cuando se ponen al descubierto determinadas carencias.

El Sevilla de Emery perdió en Alemania el sábado y ganó en Francia ayer, pero buscar muchas diferencias entre los dos ensayos tampoco es serio por mucho que el subconsciente se vea traicionado por los marcadores. Ante el Stade Reims, los nervionenses tuvieron una puesta en escena más sólida que frente al Werder Bremen, pero empeoraron considerablemente en la segunda parte y acabaron encerrados por el equipo galo. Ni importa una cosa ni importa otra.

Importan las cargas, el volumen de trabajo acumulado, que los movimientos en las tareas de entrenamiento se vayan trasladando a la competición, que los nuevos entiendan el juego que piensa Emery y que no ocurran contratiempos como los de ayer con Gameiro, que entre otras cosas, modifica el reparto equitativo y minuciosamente estudiado de los minutos por parte del cuerpo técnico en dos pruebas de nivel con sólo 24 horas de descanso entre una y otra.

La lesión sufrida por Gameiro justo después de adelantar al Sevilla es la prueba de que la pretemporada avanza sin remisión y que las piernas empiezan a tener que combinar sobrecargas y esfuerzos intensos, como esa carrera explosiva que hizo el francés en la banda por un balón dividido y que le hizo saltar el aductor. Mala suerte y un problema más para Emery, porque Immobile no ha demostrado todavía haber alcanzado el nivel físico de sus compañeros desde que ha llegado. También en esto se entiende que en el Dortmund estuviera apartado del grupo. Es una incógnita si se dejó ir cuando se vio fuera o se quedó fuera porque se dejó ir. Es verdad que es de enchufarlas a la primera y que cuando esté hará goles como churros a poco que el equipo lo acompañe, pero ahora está un poco por detrás.

En Francia, sobre todo en la primera mitad, sí evidenció el Sevilla que con Krychowiak las cosas están en su sitio. El polaco es el sostén de este equipo, la vara que garantiza la verticalidad de la planta y el que permite, por ejemplo, a los laterales subir y subir. Cuando entró Carriço en esa posición el Sevilla sufrió mucho (por su menor velocidad de traslación y también porque el trabajo del sábado hizo mella), pero con el que ayer volvía al estadio en el que cautivó a los técnicos del Sevilla el edificio se sostiene firme.

Rami puede decirse que fue la gran noticia de la tarde, el segundo muro por si alguien rebasa el de Krychowiak. Rápido, contundente, decidido... el ex jugador del Milan además tiene calidad suficiente como para mandar desde atrás y que la salida de balón no peligre. Un lujo para este Sevilla porque su nivel es de equipo grande. Va al choque, intimida y si está con este tono cuando acaba de salir de una lesión las sensaciones que ofreció junto a un eficiente Luismi son inmejorables.

Igual que las bandas en esa proyección continua que Emery pide a los laterales. Mariano y Tremoulinas son la panacea para el gusto del técnico de Fuenterrabía en ese aspecto y el gol que adelantó al Sevilla se generó en dos acciones con la firma de ambos. Un avance con centro del derecho y la asistencia del zurdo en la segunda jugada. El primer toque de Gameiro, providencial como inoportuna y preocupante su lesión. Su sustituto, Juan Muñoz, sumó otra diana en el expediente de notas que debe evaluar Emery al decidir sobre su continuidad. El utrerano no desaprovechó una generosidad de un sobrado Konoplyanka en un gran pase largo de Krychowiak. Al ucraniano le falta entender los desdoblamientos de Tremoulinas y familiarizarse con las diagonales y el juego interior. Pero chispa, calidad, ingenio y, sobre todo, cambio de ritmo tiene para aburrir a cualquier marcador.

La imagen de equipo compacto e incisivo, con un Carlos Fernández inteligente en tres cuartos, que el Sevilla dejó en la primera parte no tuvo continuidad en la segunda, cuando el Stade Reims apretó hasta rozar el empate. Ayer de más a menos; en Alemania de menos a más. ¿Qué es mejor? Es pretemporada, qué más da. Eso sí, ganar ayuda a ver con más optimismo la botella que está a la mitad.

Ficha técnica

1 - Stade de Reims: Agassa; Signorino, Weber, Mandi, Traoré; Bulot, Devaux, Oniangué, Moukandjo; Charbonnier y Ngog. También jugaron De Preville, Peuget, Mfulu, Fofana, Benedick, Atila Turan, Bourillon, Tacalfred, Kyei y Albaek.

2 - Sevilla FC: Beto; Ferreira, Luismi, Rami, Tremoulinas; Krohn-Dehli, Cotán, Krychowiak; Konoplyanka, Carlos Fernández y Gameiro. También jugaron Juan Muñoz, Reyes, Denis, Carriço, Kolo, Coke e Immobile.

Goles: 0-1, M.19: Gameiro. 0-2, M.44: Juan Muñoz. 1-2, M.65: Kyei.

Árbitro: Alexandre Castro (Francia). Amonestó al sevillista Carriço (m.83).

Incidencias: Partido amistoso pactado dentro del traspaso al Sevilla del centrocampista polaco Grzegorz Krychowiak, que fue homenajeado por su antiguo club en los prolegómenos, disputado en el estadio Auguste Delaune de Reims (Francia) ante alrededor de quince mil espectadores.

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