Medel ha llegado con una llave maestra
El chileno, que no necesita a otro pivote a su lado, facilitó que Rakitic se asociara con los puntas mientras el cuerpo le aguantó.
Con Medel, Manzano ha encontrado una llave maestra que abre varias puertas: abre la puerta de la seguridad atrás, ya que el sentido táctico del chileno y su intuición para adivinar los conatos de fuego permiten que los centrales ya no tengan que salir tanto de su zona como antes; también abre la puerta del equilibrio en el medio por su pericia para barrer sin la pelota o para escupirla al compañero cuando es el Sevilla el que inicia la jugada desde atrás; y abre la puerta de la fluidez en la transición defensa-ataque porque con él sobre la hierba, no hace falta que se sitúe un segundo pivote defensivo a su lado, con lo que el segundo medio puede dar el pasito adelante para cohesionar las líneas y conectar con las piezas más ofensivas. Así sucedió mientras Rakitic tuvo resuello. Luego, con el croata fundido después de varios partidos seguidos, el Sevilla abrió más pasillos interiores al Hércules, pero ahí estuvo la zaga blanca para cruzarse por bajo o anticiparse por alto.
Defensa
Esteban Vigo no tuvo remilgos en alinear a cinco centrocampistas y confiar la suerte de su equipo a que la superioridad de hombres en el medio le diera la pelota, con ella el control, y con éste alguna ocasión que cazara Trezeguet o, desde la segunda línea, Tiago Gomes o Abel Aguilar por dentro, o Cristian o Thomert por fuera. Pero, en la primera parte, el Hércules sólo inquietó en algún pelotazo cruzado al volante izquierdo Thomert que sorprendió a Cáceres desubicado. En el repliegue, los centrales y Fernando Navarro actuaron con rapidez para tapar sus centros. Algo que también hicieron en esa fase de acoso de la segunda parte, cuando la entrada de Kiko Femenía dio más profundidad a los levantinos por la derecha.
Ataque
El Sevilla supo salvar la línea Maginot de los cinco medios herculanos con pelotas largas a los puntas, o bien con la calidad de Rakitic entre líneas. Luis Fabiano y Negredo trabajaron para ganarse los espacios y ganaron muchos balones. Por fuera, de nuevo abundaron los centros destemplados o imprecisos.
Virtudes
Medel y Rakitic permiten un novedoso dibujo que cuaja.
Talón de aquiles
Le faltó sentenciar y sufrió al final.
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