Manejo de los tiempos

El Betis ordena, manda y resuelve en un ejercicio de autoridad perfecto desde el inicio · La asimetría generada desde la derecha se convierte en un factor decisivo

El Betis gana un partido marcado por el susto protagonizado por el jugador del Salamanca Miguel García, que sufrió una parada cardorrespiratoria en pleno partido. / LOF
Samuel Silva / Salamanca / Enviado Especial

25 de octubre 2010 - 05:02

Decía Pepe Mel que no cabían experimentos por aquello de poder contar por vez primera con Emana, Rubén Castro y Jorge Molina, pero el técnico sí volvió a sorprender con la entrada de Salva Sevilla, que ocupó plaza en el mediocampo aunque algo escorado hacia la derecha. Y el resultado esta vez, y no como en Albacete, sí fue positivo, con un Betis ordenado atrás y que cerraba los espacios por el centro y que luego adquiría fluidez con el criterio del propio Salva, de Beñat o con las arrancadas de Emana. Y es que Mel empleó la banda derecha como banco de pruebas, ya fuera con Salva, Juande o incluso al final con Rubén Castro. Una jugada de estrategia, algo que ya empieza a ser una buena costumbre, y un chispazo de Emana bastaron para abrir el partido y que el Betis pudiera afrontar el encuentro con más tranquilidad.

DEFENSA

No pasó apuros prácticamente el Betis en todo el partido, salvo en algún arreón local en el segundo tiempo. Y es que Miki Roqué parece ya todo un veterano al lado de ese descubrimiento llamado Dorado. A la fiabilidad de ambos se sumó el entramado que Mel dispuso por el centro y que permitió que el Betis cerrase espacios.

Los laterales, al contrario que en otras ocasiones, tenían instrucciones de subir la banda únicamente cuando el horizonte estuviera completamente despejado, sobre todo en el caso de Miguel Lopes. Y es que la presencia de Salva Sevilla escorado a la derecha ofrecía ese pequeño hándicap a la hora de defender.

ATAQUE

Si en algo destacó ayer el Betis fue en la lectura del partido. La presencia de Beñat y Salva Sevilla garantizó el dominio del balón, la pausa y el último pase en los momentos adecuados. Y si a eso se le añade la calidad de Rubén Castro o Emana, el Betis posee más argumentos ofensivos que nadie en la categoría. Con el 0-2, el equipo se dedicó a contener y aprovechar los contragolpes y el marcador hubiera podido ser mayor de aprovechar la multitud de ocasiones que se acabaron presentando.

Incluso los movimientos realizados por Mel, dejando a Emana como único delantero para dejar a Rubén Castro en la banda, convirtieron al Betis en un equipo más peligroso si cabe.

El sistema abierto con el que comenzó el encuentro, que pasaba del 4-3-3 al 4-2-3-1 o el más clásico 4-4-2, siempre fue lo más apropiado a lo que el guión exigía para imponer el ritmo.

VIRTUDES

El orden y el acierto para realizar lo que el encuentro demandaba en cada momento. Pausa cuando se requería; pase en largo para desequilibrar y contragolpe para finiquitar. Un golpe de autoridad en un momento importante. Incluso defendió con acierto las jugadas a balón parado, uno de los temores de Mel.

TALÓN DE AQUILES

Poco se le puede achacar al equipo bético en el Helmántico. Si acaso no haber conseguido el tercer gol mucho antes de entre las muchas oportunidades que se acabaron presentando.

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