Maduro, el talento latente
El holandés está convencido de que, jugando en su verdadero puesto, recuperará el prestigio que tuvo cuando salió del Ajax y era uno de los jóvenes más deseados por los grandes de Europa. "Mis mejores partidos los jugué en el centro del campo", dice.
Muchos aficionados que piensan que Hedwiges Martínez Maduro es un fichaje de perfil bajo por el hecho de llegar libre están muy equivocados. El espigado centrocampista holandés, porque eso es lo que es, un centrocampista, fue hace unos años el jugador con más proyección y uno de los talentos jóvenes más deseados de Europa. Ha estado en unos en Juegos (Pekín 2008), en un Mundial (Alemania 2006) y fue elegido por la UEFA en el once ideal de la Eurocopa sub 21 (Holanda 2007) que ganó su selección. Grandes equipos de Alemania, Inglaterra e Italia lo pretendían.
Es cierto que por avatares de la suerte su nombre no alcanzó en el Valencia la altura que por su prometedor arranque se intuía. Y, entre esas trampas del destino, el propio jugador tiene metido entre ceja y ceja que fue por no jugar en su verdadero puesto, el de medio centro. Por eso, cuando Míchel y Monchi le prometieron que ahí es donde va a actuar en el Sevilla, Maduro no se lo pensó dos veces. Está dispuesto a volver a poner su nombre muy alto en Europa, se ha fijado como meta volver a la selección y quiere regresar a ese punto de su historia en el que era un jugador admirado.
Una historia que comienza en Amsterdam, o mejor dicho, al ladito de Amsterdam, en Almere, pero que tiene su génesis en unas pequeñas islas del caribe venezolano. "Por eso tengo este color caribeño", bromea.
Sus padres son de Aruba y Curaçau, colonia holandesa, desde donde viajaron a Europa en busca de un futuro mejor. Su padre entró a trabajar en una oficina de banca de la archipublicitada ING, y su madre en un hospital. Él nació ya en Almere y el fútbol pronto empezó a correr por sus venas. Primero junto a sus dos hermanos, uno de los cuales, Roger, llegó a ser un destacado goleador de fútbol sala, disciplina en la que fue internacional holandés. "El míster lo conocía", exclama. Luego en una escuela, el Almere City, y, por fin, en el Ajax, la mejor de todas las posibles. En Holanda seguro y puede que en el mundo.
"En el Ajax estuve 13 años. Llegué de juvenil y fue clave para mí. Aquello es otro mundo, una cultura que cuida al máximo a las promesas. Va un autobús a buscarte al colegio, te pone a disposición las comidas, incluso tiene su propio colegio, te lleva en autobús a casa... y eso, todos los días. Hay un régimen estricto y hay mucha disciplina. Te enseñan mucha táctica y a pensar rápidamente. Por eso los jugadores del Ajax creo que juegan un poquito más rápido que el resto. En los torneos de juveniles ganan siempre, a equipos de España también. Yo he jugado torneos contra Barcelona y Real Madrid y ganábamos fácil, pero después... cuesta (risas). En el primer equipo manda el dinero. El Ajax tiene que jugar constantemente con juveniles y en cuanto sale un buen talento, otro club lo compra".
Eso ocurrió con Maduro. Ronald Koeman dirigía al Valencia y para el futbolista era ir sobre seguro si el rubio holandés estaba allí. "Tenía muchas ofertas después de la Eurocopa, Alemania, Italia, Inglaterra..., pero me gustaba España y aquí estaba Koeman. Jugué todos los partidos con él, pero lo echaron. Con Unai todo fue diferente. Con Koeman había jugado siempre en el medio campo y empecé a jugar en todas las posiciones. Muchos partidos de central, también de lateral derecho... Ni un solo año jugué asentado en una demarcación. Yo valoro que tuvieran mucha confianza conmigo de central, pero siempre jugué mis mejores partidos en el centro del campo". Si alguno, por tanto, piensa que Maduro va competir con los centrales del Sevilla, se equivoca.
El jugador holandés tiene mucha fe en su juego y también es consciente de que tanto cambio le impidió coger el ritmo necesario en el Valencia. Por su fisonomía, grande y pesada, no es un futbolista que se ponga a tono rápido. Le pasa como a Negredo, como le ocurría a Dragutinovic..., nada que ver con tipologías como las de Jesús Navas o Daniel Alves. Pero Maduro quiere triunfar y en un puesto en el que el Sevilla no ha dado con el jugador idóneo y en el que sólo tiene a Medel.
"Es muy importante. Cuando tenga el ritmo, yo voy a triunfar en esa posición. Mira la Eurocopa de España. Busquets y Xabi Alonso han estado ahí. Todo el mundo habla de Iniesta, Xavi..., pero ellos son claves. El equipo es más sólido. Muchos clubes piensan en fichar delanteros, delanteros y no piensan en defender. Primero hay que hacerlo y desde ahí, atacar", recuerda el nuevo fichaje del Sevilla, donde estará tres temporadas y no piensa si el chileno saldrá del equipo o no. "Podemos jugar juntos. Vamos a jugar con tres en el medio. En el Valencia y en el Ajax también he jugado, no como pivote defensivo, sino más adelante y hay muchas opciones. Dependerá de lo que piense el míster y de cada partido", asegura.
Pero el objetivo que se ha marcado no es sólo ser titular y triunfar en el Sevilla, sino recuperar ese prestigio internacional que perdió en Valencia. Y lo tiene claro: "Yo voy a volver a la selección este año. Jugué mucho antes de mi lesión y ahora tengo que recuperar el sitio y voy a hacerlo. Voy a jugar otra vez en la selección y estaré en la Copa del Mundo 2014".
Ni siquiera las dudas que podría haber por su lesión de tobillo lo frenan. Maduro tranquiliza a los aficionados que recelan de su estado físico. "No hay problemas. Lo tengo que cuidar, sí, pero está perfecto. La temporada va a ser fuerte y tengo que arrancar poco a poco, no directamente".
Se le nota en los ojos que se toma su llegada al Sevilla como un salto similar a cuando salió del Ajax. Está convencido de que esta vez sí va a crecer de verdad porque todo lo que le rodea le gusta. El entrenador, el puesto en el que va a jugar, los compañeros, la ciudad... "Me gusta, es muy parecida a Amsterdam, porque todo el mundo está en la calle".
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