Luto en la vuelta por Gabriel Rojas

El fallecimiento de Gabriel Rojas a los 90 años, una triste noticia que se conoció este miércoles durante el partido, eclipsó la alegría de la expedición sevillista y vistió de luto el viaje de regreso desde Barcelona tras la clasificación del equipo para los octavos de final de la Copa del Rey.

Gabriel Rojas Fernández fue presidente en un corto periodo de tiempo, del 84 al 86, pero de vital importancia en la historia del club al ser el sucesor en el cargo de Eugenio Montes Cabeza en una época en la que la exigencia del sevillismo, junto a los problemas económicos de la entidad, hacían difícil su gestión.

Rojas fue nombrado presidente el 2 de junio de 1984 después de unas elecciones en las que venció con muchísima claridad a Rafael Carrión y a las que se presentó a petición de su antecesor. El sevillismo vio en el ganadero y constructor a la persona ideal para solucionar los problemas financieros.

Pero de Gabriel Rojas se ha destacado siempre que su labor fue mucho más positiva como directivo que como presidente, un cargo que nunca deseó. De hecho, decidió marcharse cuando fue insultado tras un mal resultado. Perteneció doce años a la junta y, por ejemplo, su impulso fue clave para la terminación de las obras del estadio. Entre sus directivos figuró el malogrado Alberto Jiménez Becerril, sobrino carnal de su esposa.

José María del Nido lamentaba ayer la noticia en Cornellá: "Es un día de luto, fue muchos años vicepresidente y tenemos que dedicarle la victoria y el pase a octavos".