Lopera no se rinde ante Bosch ni Alaya

El máximo accionista, a través de Farusa, reitera a la juez astigitana su petición de que el administrador rinda cuentas Sospechas sobre donativos realizados y algún préstamo

Manuel Ruiz de Lopera, escoltado por dos de sus sobrinos, el jueves en los juzgados.
Manuel Ruiz de Lopera, escoltado por dos de sus sobrinos, el jueves en los juzgados.
Javier Mérida · Efe Sevilla

16 de junio 2014 - 05:02

José Antonio Bosch salió del Betis por la puerta de atrás. Las denuncias de este diario sobre las actividades y contratos firmados entre su empresa, Bolonia Abogados, y algunas de las que él mismo introdujo para trabajar en el club tuvieron mucho que ver en el adiós obligado del administrador que sumió a la entidad en tan profunda crisis.

Pero con su marcha, todo quedó ahí. Ninguno de los que han seguido en el consejo han investigado a fondo su gestión, las cuentas del Betis... Nada. La propia juez Mercedes Alaya se limitó a enseñarle la puerta de salida a este falso gurú que se permitió incluso dar lecciones de moralidad y honradez.

Empero, hay alguien que no calla y tiene sus razones. Bosch se permitió el lujo, en paralelo al proceso judicial, de solicitar en una Junta General una acción social de responsabilidad contra el anterior consejo y, además, hizo todo lo posible por desprestigiar, en algún caso con razón, a los gestores anteriores. Y, claro, Manuel Ruiz de Lopera, conforme ha ido conociendo los mangoneos de Bosch en el Betis no se ha quedado de brazos cruzados.

Así, a través de la empresa con la que dominó el Betis a su antojo, la muy judicializada Farusa, ha pasado al contraataque, al punto de que ha reiterado su petición de que Bosch explique los contratos realizados bajo su mandato, ya que cree que los informes entregados "carecen de contenido".

Así, Farusa ha recurrido ante la propia Alaya al considerar que Bosch debe explicar su gestión, como unos préstamos realizados a algunos jugadores, por valor de 320.000 euros, que constan en la partida de otros créditos, y algunos donativos hechos por "liberalidad", y afirma que los informes mensuales entregados "no constituyen una rendición de cuentas ni reflejan la realidad de su actuación".

Farusa desea que Bosch explique esos extremos ya que considera que la administración judicial ha sumido al Betis en un "prolongado y pernicioso limbo jurídico" y en un "perfecto caos institucional".

Entre otros asientos contables, pide que Bosch explique los 681.849 euros que gastó en el ejercicio 2012-2013 en "invitaciones, atenciones y donativos", que no guardan conexión con las actividades propias del club deportivo. Y es que a Lopera, entre el dinero que presuntamente ha defraudado al Betis se le incluyen partidas menores por este mismo concepto que, según su defensa, están justificadas.

La juez Alaya había rechazado hace unas semanas dicha rendición de cuentas porque, durante su mandato, Bosch entregó los informes mensuales que le había encomendado la magistrada y porque el nuevo administrador judicial, Francisco Estepa, no había puesto de manifiesto ninguna irregularidad bajo el mandato de su predecesor.

Pero ahora, el abogado de Lopera precisa que su petición no deriva del carácter periódico de los informes, "sino, de forma muy distinta, en su carencia de contenido suficiente y del desajuste entre dicho contenido y la realidad de las actividades por él desarrolladas".

La juez argumentó además que Bosch había explicado las razones por las que en enero presentó su renuncia al cargo y al consejo de administración del Betis, pero Lopera añade que su petición se extiende a muchas otras cuestiones como la Fundación del Betis, los gastos de atenciones, invitaciones y donativos, los viajes y los comentados préstamos a los jugadores.

El nuevo escrito enviado a la magistrada del Juzgado de Instrucción número 6 critica la "insólita circunstancia" de que sea el administrador judicial de las acciones de Lopera quien haya de fiscalizar la labor de otro administrador judicial y añade que la rendición de cuentas que pide no es sólo "el mínimo exigible por la jurisprudencia, sino el que meramente dicta un elemental sentido común".

stats