Kone, del fichaje de la ilusión al del mayor desencanto
El marfileño vuelca su gratitud hacia el Levante, el beneficiario de su anómala situación.
Cuando Kone llegó en el verano de 2007 el Sevilla estaba en la cumbre de la gloria. Campeón de la UEFA y de la Copa y clasificado para la Champions como tercero tras pelear la Liga con Madrid y Barça, el marfileño era la guinda a una plantilla inigualable. Monchi, en privado, reconocía que era el fichaje que más ilusión le había despertado: creía en un futbolista joven explosivo, goleador, dinámico, un portento físico, la guinda para un Sevilla de futuro. Pero la muerte de Puerta y la marcha de Juande Ramos torció el curso y Kone aterrizó en un equipo en plena reconstrucción anímica. Entró con mal pie y así se va cinco años después, dejando un reguero de desencanto.
Ayer se hizo oficial que Kone firma por un año con el Levante, club en el que ha estado cedido en su último año de contrato con el Sevilla. Se quedó en 17 goles tras dos extrañas dolencias que le impidieron marcar el decimoctavo por el que renovaría automáticamente con el Sevilla. Y desde Valencia deslizan que la cláusula de 10 millones que ha firmado entraña una venta que repartirá beneficios entre el Levante y el futbolista, que ayer volcó toda su gratitud hacia el club en el que, sin competencia y entre mimos físicos, sí ha podido tener continuidad. "Tengo que dar las gracias a todo el club, a mis compañeros, a los aficionados, ha sido una temporada histórica, marcar 17 goles es un sueño realizado". Lleva razón, pero en el Sevilla y en el sevillismo extraña que vuelque tanta gratitud hacia un club que lo único que ha hecho es beneficiarse de la situación anómala de un jugador que, entre lesiones y problemas de adaptación, nunca demostró por qué Del Nido dio el plácet a un fichaje de 12 millones de euros.
Después de su primer año de inadaptación, y tras un prometedor verano, el de 2008, se rompió los ligamentos de la rodilla en un amistoso con Costa de Marfil, justo antes de la Liga. El Sevilla, desde entonces, tuvo que hacerse cargo de la rehabilitación de la lesión más temida por los futbolistas. Una losa que incrementó el coste inicial.
Mientras Kone concluía su rehabilitación, el Sevilla fichó a Negredo y además estaban Luis Fabiano y Kanoute. Esa temporada no pudo competir en igualdad de condiciones y el futbolista le guarda rencor a Manolo Jiménez porque no le dio oportunidades. Jugó 12 partidos antes de ir cedido al Hannover 96, donde volvió a romperse la rodilla.
Tras otro verano de rehabilitación en Bélgica, Kone se reincorporó en la 10-11 sin estar aún apto. Apenas jugó un partido y Monchi debía encontrar una solución ante su último año de contrato. Apareció el Levante y el club le facilitó la cesión, sin prohibirle jugar contra el Sevilla: marcó el gol del empate del Levante en Nervión. Ahora, el club granota se beneficiará de la calidad que siempre atesoró Kone, el fichaje que pasó de la mayor ilusión al mayor desencanto.
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