... Y Jiménez se sentía fuerte para continuar

Manuel Jiménez, técnico del Sevilla, aparecía apesadumbrado por el resultado en la conferencia de prensa, donde lamentaba un nuevo tropiezo de su equipo. Pese a todo, el técnico aseguraba sentirse con fuerzas para seguir, poco antes de conocer su destitución.

"Ha sido un partido donde hemos querido y no hemos estado brillantes. Es un equipo muy estresado y está ocurriendo lo que no pasaba, que los futbolistas se están rompiendo. Ha sido un partido totalmente loco, a contrarreloj, sin saber los jugadores qué pasaba. Es una situación de mucho estrés por la mala racha de resultados", señalaba Jiménez, que resaltaba el primer tiempo de su equipo, pero que lamentaba la situación de ansiedad: "El equipo ha salido con ganas de hacer las cosas bien, sin fútbol brillante pero tocando, aunque nos faltaba el remate, como últimamente. Tras la lesión de Perotti, los jugadores parecían noqueados, pero termina el primer tiempo con lo mejor del partido. La situación es rarísima, los jugadores lo quieren dar todo, pero están revolucionados. En el primer tiempo, sin hacer un fútbol brillante, se palpaba que se podía ganar el partido. Cuando se hacen dos cambios obligados hay pocas opciones de refrescar al equipo".

Pero Jiménez, que reconocía su pesar por la derrota, no quería bajar los brazos. "No estoy abatido y se me nota como cualquier sevillista que se va ahora para casa: jodido. Abatido, nunca, la cabeza agachada nunca. Me siento jodido, muy jodido, jodidísimo", explicó el técnico sevillista, que no se sentía el máximo culpable, minutos antes de decir adiós a su etapa en el banquillo sevillista: "Si yo supiera que con mi cese se arreglaba la cosa, yo lo precipitaría. Si creyera que era el culpable, la forzaría".