Inquietantes antecedentes
Podestá tuvo que dejar el fútbol tras distintas lesiones de cartílagos y Guarente tardó año y medio en volver a jugar, aunque eran casos bastante más graves que el de Trochowski.
Las lesiones de cartílago han dejado antecedentes inquietantes en la historia reciente del Sevilla. El último caso fue el de Tiberio Guarente, quien afortunadamente volvió a jugar después de ser operado y de una larguísima rehabilitación. Poco tiempo más atrás, Javi Navarro tuvo que colgar las botas tras un año luchando en balde contra la degeneración por desgaste del cartílago de su rodilla. Y antes, Inti Podestá sufrió un calvario de operaciones y rehabilitaciones que, al cabo, resultaron vanas: anunció su retirada el 1 de julio de 2004, con 26 años. El caso de Trochowski, en principio, es menos severo. Hasta que el doctor Richard Steadman no haga un diagnóstico tras un exhaustivo estudio y la posterior operación no se sabrá cuál es su verdadero alcance. Este miércoles llegó a Denver el jugador, que este jueves inicia el protocolo del tratamiento.
La casuística sobre los cartílagos es variada y siempre extraña y complicada. Podestá ya llegó a Sevilla con dos operaciones en su rodilla derecha, una simple de menisco y otra para limpiar los cartílagos. Pero en Nervión sufrió otras dos operaciones. La última fue en febrero de 2002, por el reconocido especialista José María Madrigal. Los cartílagos estaban ya muy deteriorados. En su última temporda, la 03-04, sólo jugó seis partidos antes de colgar las botas.
Guarente fue operado en noviembre de 2010 por otro afamado especialista, el doctor Mikel Sánchez. El entonces jefe médico Juan Ribas ya había avisado en su informe médico a su llegada que su rodilla derecha era de alto riesgo. Y la rodilla dio la cara en octubre. Fue intervenido el 11 de noviembre de 2010 para tratar una "lesión en el cartílago de la parte posterior del cóndilo externo, con afectación del cartílago tibial de la parte externa". También se le extrajo un pequeño fragmento de hueso. Tardó un año y medio en volver a jugar, cuando la baja estimada en principio era de seis meses. Reapareció el 8 de abril de 2012, en San Mamés. Jugó tres ratos antes de salir cedido al Bolonia, donde ya lleva 5 citas oficiales.
Juan Ribas, catedrático de Fisiología de la Hispalense, distingue los casos: "Es distinta, Guarente sufrió una degeneración del cartílago, con lo cual ha necesitado una regeneración. Era mucho más complicado. Aquello era más parecido a una artrosis, es decir, una degeneración, que a una fractura o desprendimiento de cartílago, que sí se puede soldar o arreglar". No obstante, reconoce que "no es una lesión frecuente". "El cartílago se desgasta por uso, se lesiona por un golpe, pero que se desprenda de la cortical... Es muy raro. La gravedad dependerá de la extensión de cartílago que se haya desprendido, si se pierde una gran extensión habría que restituirlo y eso no es nada fácil. Si es una pequeña extensión, como una moneda de euro, se puede adherir realizando punciones por artroscopia para que se fije al hueso, pero requiere mucho tiempo en reposo". En el mejor de los casos, cuatro meses.
Otro especialista de rodilla, el doctor Rafael Muela, daba su visión en Radio Marca: "El desprendimiento del cartílago tiene antecedentes de varios futbolistas que han tenido que abandonar la práctica por estas lesiones, no quiere decir que sea el caso". "Si el cartílago está desprendido, no tiene riego ni inervación, con lo cual no cicatriza, no se puede pegar al hueso. Y ahí viene el problema, es el mismo problema de la artrosis. La artrosis no tiene cura porque no podemos regenerar el cartílago", decía poniendo un similar ejemplo al doctor Ribas. Según el doctor Muela, hay varias posibles intervenciones. "Lo más sencillo es una técnica de microfracturas, unas perforaciones con unos punzones pequeños tratando de que el hueso bajo el cartílago sangre, se forme una postillita y se genere un nuevo cartílago, pero que nunca va a tener la misma calidad del cartílago original, ni va a ser tan resistente. Otra técnica más compleja es el cultivo de las células del cartílago". En esto también coincide Ribas, que habla de la posibilidad de "reconstruir cartílagos con células madre". "Se siembra la cortical del hueso y se regenera poco a poco. Se denomina MACI, membrana artificial de cartílago por ingeniería biológica". Y la extensión del cartílago desprendido es clave: "Si es un desprendimiento de más de un centímetro cuadrado, mínimo seis meses", explicó Muela.
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