Induráin participa junto con su hijo en la Titan Desert en Almería

El ganador de cinco Tour de Francia parece acoplarse bien a la bici de montaña y a los kilómetros sin carretera

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Induráin en la meta de la prueba. / Archivo
D.A.

04 de noviembre 2020 - 17:47

Se dice que "la virtud de los padres es una gran dote". Miguel Induráin ha pasado de ganar cinto Tour de Francia consecutivos y dos Giros de Italia al pique más absoluto con su hijo en la XV Titan Desert. El mejor ciclista español de todos los tiempos está enseñando sus dotes profesionales a Miguel, un descendiente que le ha salido guerrero y le está sacando los colores en algunos tramos de las etapas.

"Un minuto te he metido". Una de las frases más destacadas de la conversación entre padre e hijo. Parece que el espíritu ganador se lleva en los genes y lo que iba a ser sólo una prueba en familia, se ha convertido en toda una competición por ver si el alumno supera al maestro.

De los Campos Elíseos a Almería

Induráin con su hijo Miguel en el día de su debut.
Induráin con su hijo Miguel en el día de su debut. / Archivo

Induráin sabe lo que es disfrutar de la gloria más absoluta en el ciclismo pero se resiste a vivir en las nubes y no tiene ningún tipo de reparo en seguir deleitando a sus seguidores con su presencia en pruebas de cualquier calado.

La XV Titan Desert se celebra en la localidad almeriense de Tabernas. Desde allí, plató de grandes películas de Hollywood, Induráin ha querido dejar claro que los pedales son los mismos pero cada prueba es un mundo. "He subido puertos duros como profesional, pero por carretera. Aquí la forma de llevar la bici es completamente diferente", afirmaba el ex-ciclista.

A pesar de su dilatada experiencia, forma física y corazón de hielo, Induráin no duda en reconocer que las etapas de la prueba están siendo bastante duras. "Esto no tiene nada que ver: las carreteras, los caminos por donde nos meten, el tipo de bicicleta... Yo soy más de rodar por pista, por lo que la arena, los ríos y eso no es lo mío". Además, el navarro ve las orejas al lobo muy cerca, su hijo Miguel está ganándole terreno poco a poco y los terrenos "más cortos y explosivos" se le dan mejor que a su padre.

Como padre e hijo, les une una pasión conjunta como es el ciclismo. Las etapas, como todo en la vida, las empiezan juntos y ya, poco a poco, cada uno coge su ritmo con el único fin de llegar a la meta con una sonrisa y en buena compañía. Los Induráin lo tienen claro; "con acabar tengo suficiente. ¿Una etapa? No. Quiero disfrutar de la bici".

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