Incapaz de manejar una tensión extrema
El equipo, desnudo atrás y agarrotado arriba, pagó sus errores individuales en defensa y la inmovilidad y desconexión en ataque
Al margen de la pizarra (táctica) y de los jugadores (técnica), los partidos se ganan por el manejo de la tensión. Si un equipo tiene tablas para sobreponerse a la tensión, reconduce esa energía para que se transforme en una mayor anticipación y firmeza atrás, en un ataque con más dinamismo. Pero si esa tensión le puede, llegan los errores defensivos (anticipación mal ejecutada de Dragutinovic ante Necid en el 0-1, o en un despeje de Palop ante un tiro lejano) y el agarrotamiento en ataque. Ayer, este Sevilla de Jiménez que tan dubitativo se viene mostrando en casa no supo manejar la tensión una vez más y los rusos llevaron el partido a su terreno.
Defensa
Jiménez prefirió los centímetros de Fazio para sujetar a Necid y valoró el estado de forma de Dragutinovic, que fue el otro central. Pero ambos anduvieron inseguros con los movimientos de Necid, un espigado delantero, al estilo del inglés Crouch, que tiene recursos para bajar la pelota, girarse y buscarse el remate. Ya lo dejó ver en la jugada de Moscú que a punto estuvo de suponer la derrota del Sevilla. Honda se movió con peligro entre líneas. Krasic y Mark González aparecieron menos.
Ataque
Es lo que tiene jugar con Stankevicius y Fernando Navarro como laterales, que al menos tienes más posibilidades de realizar una buena cobertura a Krasic y Mark González. Otra historia es que sumen arriba, que se desdoblen y apoyen a unos extremos muy marcados. No sucedió. No cuajó la línea de tres pequeños por detrás de Luis Fabiano, con un equipo muy largo, sin movilidad en los jugadores que deben ofrecerse al que lleva la pelota: ni desde atrás, ni desde el medio, donde Renato y Zokora no juntaron las líneas.
Kanoute lo hizo más, pero el 1-2 fue un palo durísimo y aunque el equipo embotelló al CSKA, no creó peligro y descartó cualquier remontada al acumular delanteros y despoblar la media.
Virtudes
No bajó los brazos.
Talón de aquiles
Hace falta muy poco para hacer daño a los blancos en Nervión. El Málaga, el Getafe o el Racing se pusieron con dos goles de ventaja casi sin querer, y ayer sucedió lo mismo con el 1-2 de Honda.
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