Impulso por el estatus usurpado
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l El Sevilla fía a su mejorada imagen el primer paso para arrancar l No hay margen con un Málaga de Champions
Creérselo es la clave. Los profesionales de la psicología aplicada al deporte no paran de repetir que el cuerpo humano no tiene límites en su rendimiento físico si la mente acompaña. Al Sevilla, está claro, le ha fallado el coco en el primer tercio de Liga como prueba la tremenda irregularidad y los afilados dientes de sierra que ha dibujado su trayectoria, porque la Copa del Rey se ha visto que es otra historia.
Y tienen ahora la oportunidad los hombres de Míchel de tomar el impulso definitivo para llegar al parón navideño acariciando ya esos puestos en los que el club y la afición tanto ansían estar. Es un partido con muchos alicientes el que vive esta noche el Ramón Sánchez-Pizjuán, donde se juntan dos equipos que allá en agosto no se esperaban estar como se encuentran ahora. Mucho menos el Málaga que el Sevilla. El tema en La Rosaleda olía a chumusquina este verano con el jeque adeudando salarios a los futbolistas, varios de éstos huyendo en estampida (Cazorla, Rondón, Maresca, Van Nistelrooy...) y hasta Pellegrini con un pie fuera. Pero la mejor muestra de que si la pelotita entra todo se arregla es este Málaga que ha hecho historia en su primera participación en la Champions y que, por si quedaba alguna duda, al final ha reunido una plantilla que está aguantando el tipo más que decentemente en la Liga hasta el punto de estar entre los cuatro primeros, con siete puntos por encima de los sevillistas ahora mismo. Está claro que se trata de un equipo que ha usurpado el papel que los blancos tenían en el panorama futbolístico español hace apenas tres años.
Lo de la rivalidad regional debería ser algo más de cara a la galería, a vestir con algo de colorido más mediático que otra cosa la animación previa a un choque en el que el Sevilla no puede fallar porque, por mucho que se diga, la temporada hasta la fecha y la hora marcadas para lo de hoy es de fracaso absoluto en el torneo liguero. En la pelea que va a decidir lo que el proyecto sea la temporada que viene, el Sevilla está por debajo de la mitad de la tabla (undécimo) y sumando la paupérrima cifra de un punto de los nueve últimos disputados. Desde que se zampó al Betis en un derbi ya histórico los de Míchel no han ganado un partido en la Liga y, aunque se ha vendido que las sensaciones han sido más positivas, lo cierto es que aún queda mucho para poder afirmar eso.
Si hoy maneja bien el partido y se impone a un rival directo como es el Málaga, sí se podría permitir ver de otra forma las cosas, pero el empate salvador de Negredo en Cornellà no debe maquillar todo lo mal que hay hecho (que es mucho) en esta competición. Lo de Mallorca también se utiliza desde el cuerpo técnico como muestrario de virtudes, y es verdad que hay que valorarlo muy positivamente y ponerlo en el platillo de la balanza de lo bien hecho, pero ese platillo está todavía muy por debajo de su contrario.
Y si la imagen fuera de casa ha ido a mejor, como dicen, algo que tendría sus matizaciones, la fiabilidad que el equipo de Míchel había mostrado ante su público se esfumó de un plumazo en el momento más inesperado con la visita del Valladolid, por lo que hoy la historia debe volver al punto anterior. Sería, como ha quedado dicho, el primer paso para una reacción que el sevillismo lleva esperando tres meses. Pero, ojo, sólo el primer paso. Todo tiene que tener su continuidad y el presidente no para de repetir que ese preciado bien es lo que tiene que sacar a relucir una plantilla confeccionada pese a los recortes presupuestarios para estar donde hoy está el Málaga.
En cuanto a nombres propios, ya está todo dicho si Álvaro Negredo se ha demostrado que ya está de regreso. Se confirmó que el partido en el Iberostar Estadio le iba a venir de perlas para recuperar el tono físico ideal y el vallecano es la verdadera y única imagen de la reacción en el fútbol de los nervionenses. Tres goles en el breve espacio de tiempo que va desde el descuento del partido ante el Espanyol a los 13 minutos del Mallorca-Sevilla. La dependencia se ha confirmado como total y absoluta y el propio Del Nido ha reconocido públicamente que reza cada noche para que su único goleador no se resfríe.
Es, junto a la frescura que parece aportar cada día más el joven Kondogbia, lo más llamativo de este nuevo Sevilla. El francés da la impresión de ir cogiéndole el aire al ritmo de juego de una competición distinta a la que conocía y su entrada puede unir más el juego con la ayuda de Medel, de Rakitic y de Reyes, que recibió el indulto tras demostrarse -si es que había algo que demostrar- que Muñiz Fernández metió la pata en Barcelona.
Y otra cosa, Míchel encendió la mecha ante el Valladolid a una cuestión que lleva tiempo dando que hablar en el Sevilla. Invirtió los papeles con Diego López y Palop y ahora, otra vez, el valenciano ha cambiado la tortilla de lado. ¿Qué posición le dará el entrenador a la sartén?
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