Hermanos, que no primos

Las especulaciones sobre la tensión de los jugadores del Almería se disparan, mientras los protagonistas guardan las formas · El Recre se salvó hace dos años en el estadio de los Juegos Mediterráneos

Jesús Alba, Sevilla

11 de mayo 2010 - 07:29

Mucho se habla, pero en realidad poco se sabe. Al contar con unos puntos que no se tienen siempre se corre el riesgo de pecar de ingenuidad y más en un mundo tan complicado y donde se mueven tantos intereses como en el fútbol. Los protagonistas no dicen más de lo que pueden decir, si es que hay algo que decir, y los que están alrededor de los profesionales entienden perfectamente la postura que éstos tomen, tanto en el sentido de defender a muerte su integridad profesional como en el de bajar un poco los brazos por no jugarse nada y todas las cuestiones que se quieran añadir más.

El Almería-Sevilla del próximo sábado promete lupas sobre los jugadores que dirige Juan Manuel Lillo, que están como vulgarmente suele decirse "con las chanclas" desde el partido en Tenerife y mucho se ha especulado sobre el resultado final del choque teniendo en cuenta que se enfrentan dos equipos andaluces, que hay buenas relaciones entre las dos entidades y que al Sevilla le hacen falta los puntos para asegurarse un puesto en la ronda previa de la Champions.

En este sentido, Alfonso García, presidente del Almería, hablaba ayer en Canal Sur Radio a preguntas de los periodistas. "Nosotros no nos jugamos nada y el Sevilla se juega unos 20 millones de euros, que más o menos es nuestro presupuesto", recordaba el máximo dirigente rojiblanco, que hacía estas declaraciones dejando claro que el fútbol se mueve por sensaciones, por motivaciones de los protagonistas y actores del juego. "Los jugadores son profesionales y son ellos los que en el terreno de juego deciden, pero sí que es cierto que el Almería no se juega nada y la tensión no es la misma. Cuando un equipo no se juega nada y otro mucho, ya se sabe lo que suele pasar", añadió Alfonso García, que también confesó que el ambiente que debe vivirse el sábado en el estadio de los Juegos Mediterráneos que "esperemos que sea una fiesta".

Mientras, Diego Capel y Álvaro Negredo, sevillistas con una relación clara con Almería por el nacimiento de uno y el reciente pasado profesional de otro, también se cuidaban de decir cosas que nadie puede probar hasta que el partido no se dispute y se llegue al final del mismo.

Ciertamente, en el recuerdo está el favor que el Almería hace dos temporadas le hizo en circunstancias parecidas al Recreativo de Huelva, que ganó 0-2 ante un equipo que ya estaba salvado y que esos tres puntos contribuyeron a que los onubenses también se quedaran en la máxima categoría. En el sevillismo hay esperanzas en que se vuelva a repetir la situación, pero estas cosas no siempre son como se pintan en las vísperas. Surgen muchos intereses y entre ellos están también las posibles primas de terceros equipos implicados, en este caso el Mallorca.

"Nosotros tenemos que hacer nuestro trabajo. Ellos tienen su orgullo y querrán ganar a un equipo grande como el Sevilla", decía Negredo, que espera un recibimiento bueno. "Es una afición que quiero mucho y que supo entender que me iba para crecer", dijo.

Un almeriense de Albox, Capel, incidió ayer en lo mismo. Dejó intacta la profesionalidad de sus colegas en el Almería, pero dejó en el aire otras cuestiones. "Ellos, a pesar de no jugarse nada, querrán terminar bien la temporada y nos van a poner las cosas difíciles. Pero no tienen ninguna presión y podemos jugar con esa ventaja", decía el extremo sevillista tras el entrenamiento de ayer.

No obstante, Capel deseó fervientemente que se produzca un hermanamiento andaluz entre ambos equipos. "Espero que haya hermanamiento, porque así las cosas serán más fáciles para nosotros", dijo entre sonrisas. En cualquier caso, no debe haber confianzas. "Dependemos de nosotros mismos y estamos a un solo paso de conseguir el objetivo. Tenemos que salir al cien por cien para conseguir los tres puntos e ir tranquilos a la final", puntualizó.

El final de temporada puede ser fantástico para los sevillistas y Capel lo recuerda. "Estamos todos metidos porque sabemos que estamos ante dos partidos que nos pueden cambiar la temporada y que sea brillante...", decía uno de los protonistas de esta historia de hermanos, que no de primos.

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