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La afición, en un clima poco caldeado, muestra su enfado cargando contra la directiva, jugadores como Rubén, Verdú y Baptistao, y hasta Rafael Gordillo.

Juan Pinto

27 de abril 2014 - 05:02

El beticismo dictó sentencia. Dejó bien claro quiénes han sido y son los culpables que han llevado al Betis a un descenso ominoso. Pero a la vez desaprovechó una gran ocasión para mostrar su indignación en un ambiente de protesta mucho más caldeado que el que hubo en la noche de ayer en el Benito Villamarín.

La anestesia entre la mayor parte de la afición sigue presente, pero al menos ya se nota en ésta un sector crítico emergente que mostró su enfado desde que llegaron los jugadores, aunque ni mucho menos hubo esa protesta en la puerta de cristales antes del partido que durante la semana recorrió como iniciativa por las redes sociales. Abucheos, pitos e insultos se encontraron los futbolistas del cuadro verdiblanco cuando se bajaron del autobús, al tiempo que pudieron leer una pancarta muy clara y directa: "Se buscan jugadores a la altura de este escudo".

En el calentamiento siguieron las voces críticas contra los miembros de la plantilla, aunque algunos se libraron. Adán, Lolo Reyes, N'Diaye, Molina y los canteranos se salvaron de los silbidos, todo lo contrario que Chica, Jordi Figueras y Rubén Castro, silbado cada vez que tocaba la pelota junto a tímidos aplausos. Tampoco se escapó Gabriel Humberto Calderón de las iras de la afición, que encima tuvo que aguantar, para más sonrojo, ver que el capitán del Betis era ¡Chica! Una falta de respeto más para un público asqueado que empezó a gritar "¡directiva dimisión!", "¡esta camiseta no la merecéis"!, "¡jugadores mercenarios!" y un generalizado ¡"estamos hasta los huevos"!

Además, en la grada se pudieron leer varias pancartas, destacando dos. "Directivos, jugadores y palmeros: estáis matando un sentimiento", rezaba una de ellas en Gol Norte, sin olvidar la clásica "Mel sí, directiva no" con cánticos de "¡Pepe Mel, Pepe Mel, Pepe Mel...!". Todo esto acompañado muchos minutos sin protestas, hasta la segunda parte.

Entonces, llegó el cambio de Juanma (aplausos) y una gran pitada para Leo Baptistao. Poco después se escucharon cánticos en contra de Rafael Gordillo, que tampoco se libró de las críticas con el "¡Gordillo, vete ya!". Manuel Domínguez Platas, presidente, y Francisco Estepa, administrador judicial, entre otros miembros del consejo sentados en el palco, no se libraron de recibir insultos por parte de los aficionados más cercanos a la zona de autoridades, que tuvo que ser rodeada por policías.

La ovación de la noche se la llevó Lolo Reyes, de los salvables esta temporada, cuando fue cambiado por Dani Ceballos, que debutó con el primer equipo. A continuación, con la guasa, la parroquia verdiblanca empezó a pedir que Calderón metiera en el campo a Verdú, el gran fiasco de una lamentable planificación deportiva.

A pocos minutos para el final del partido, muchos aficionados empezaron a desfilar hasta dejar el campo casi vacío. Con el pitido final de Ayza Gámez llegó la explosión de los aficionados a pesar del lamentable gesto del club de volver a poner el himno del equipo. Así finalizó una triste noche para un Betis que mañana celebrará el 79 aniversario del título de Liga con el undécimo descenso.

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