Sueños esféricos
Juan Antonio Solís
La final parisina Alcaraz-Sinner, el suceso deportivo del año
El Athletic Club como omega y alfa de Tiberio Guarente. El 24 de octubre de 2010 jugó en Nervión ante los bilbaínos su último partido antes de reaparecer más de año y medio después en San Mamés. Entre una y otra fecha "559 días", según confesó el italiano, feliz tras tantísimo sacrificio.
"Me sentí muy bien, la verdad es ésta -reconoció ayer-. Jugar para un futbolista es la cosa más bonita y sobre todo tengo que agradecer a los servicios médicos y al fisio Rafa Alonso y al preparador Sergio Domínguez, que en todo este tiempo, 559 días desde el último partido, trabajaron muy bien y con muchas ganas conmigo", dijo Guarente. Según su punto de vista, podría haber reaparecido antes: "Tengo buena forma y estoy entrenando bien desde hace cuatro o cinco meses. El problema es que no jugué nada y ahora, porque había sancionados, he tenido la oportunidad de jugar. Espero jugar más, pero hay que preguntarle más al entrenador que a mí".
También mostró cierta discrepancia con Marcelino: "Creo que había visto las dos fases de Guarente, cuando estaba recuperándome y cuando ya estaba bien, pero creo que él tenía más confianza con los futbolistas con los que comenzó la pretemporada con él… Pero estoy feliz, Míchel cuando llegó me convocó y también hubo una buena sensación". ¿Debió volver antes? "Creo que sí, porque toda la gente me ve que estoy entrenando bien. En el centro del campo somos muchos, pero había ocasiones en las que, para mí, podría haber salido al campo".
También te puede interesar
Lo último