Gordillo, de nuevo futbolista
El del Polígono disfrutó, pese a ser en avión, de su primer viaje como presidente
Al final no pudo aguantarse y lo largó. "Hay gente que estaba pendiente de que el Betis perdiera, y no ha perdido". Fue el colofón de la jornada de Rafael Gordillo como presidente del club de sus amores. Y no le falta razón al del Polígono. En el club había entrado una gente a la que el Betis le daba igual y para sus intereses hasta era mejor la derrota. Para sus fines y para criticar a este hombre, feliz, que ha completado un viaje en el que ha vuelto a sentirse futbolista.
Le pasa a muchos grandes futbolistas y, en menor medida, a él. Con ese respeto que le dan los aviones, Gordillo se subía el viernes en el aeropuerto de San Pablo a uno que lo iba a conducir a la primera victoria de su Betis. "Sólo viajo en avión por obligación. Llevaba un año sin montarme en ninguno, desde un viaje de negocios a Bulgaria con mi compadre", relata.
Ya en el aeropuerto de San Pablo, y en el de Tenerife Norte, y en cualquier lugar que pisa, es reclamado por la gente para firmar autógrafos y hacerse fotos. Es el nuevo reclamo del Betis. O el reclamo del nuevo Betis, que es casi igual. "Por Sevilla también me ocurre y en todos lados. Toda mi vida ha sido así desde que soy jugador. Ahora, eso sí, el cosquilleo que siento como presidente del Betis, y eso que es una cosa que ni he buscado ni he querido... Pero voy a defender a este club y a este equipo, a los futbolistas y al míster, a muerte", admite, no sin antes reconocer esas nuevas sensaciones que otorga el cargo que ahora ocupa: "Se está mucho peor en el palco que en el campo. Pasé muchos nervios".
Diez años llevaba Gordillo sin viajar con el Betis, desde que en 2000 fuese delegado del equipo de Fernando Vázquez amén de miembro de la secretaría técnica. "Me gusta esta sensación. Ver al equipo concentrado y todo. Es verdad que me hace sentirme un poco de nuevo futbolista, pero como lo he sido respetamos sus espacios y por eso no entramos al comedor ni nada de eso", relata Gordillo, a quien Pier esperó para llevarlo junto a Stosic a cenar a un restaurante. El consejero Miguel Guillén prefirió ir con unos amigos.
Muchos le dicen que se ha metido en un lío, pero Gordillo cada día se siente más seguro. Ya se le vio en la Junta del pasado lunes y así es. "Cuando doy un paso lo hago con todas las consecuencias. Me llamó la juez y dije que sí también, estoy en el Betis para lo bueno y para lo malo. Le dije que sí porque no me gustaba lo que veía en el Betis y mi único objetivo es unir a todo el mundo y que el equipo suba a Primera. Aunque es verdad que mucha gente me dijo que cuidado con el marrón", confiesa.
Este gusanillo nuevo que parece haberle entrado, acaba en todo caso cuando falle la Audiencia Nacional. "Según cuando lo haga, pero mi decisión de no seguir como presidente es firme. Aunque si queda poco para que acabe la Liga, lo normal, y así lo hemos hablado Bosch y yo, es que sigamos hasta el final porque estaríamos muy justos de tiempo y sería un lío nombrar un nuevo consejo y todo eso", explica Gordillo, quien cree que alguno de los consejeros de hoy podrían seguir: "Bosch y yo nos vamos, pero alguno es posible. El abanico está abierto para ellos, porque muchos se han negado a colaborar. Éste es un consejo de héroes".
Y es que, lógicamente, ninguno cobra nada. "Ni yo ni Bosch cobramos nada del Betis. A nosotros nos dará algo la Administración, pero todavía no sé ni cuánto nos corresponde ni cuándo tienen que pagarnos. Pero me da igual, nadie entró en este aventura por dinero", admite.
Se le ve a gusto, no para de saludar gente y ni antes ni después del partido, ni en Sevilla ni en Santa Cruz de Tenerife ni en Madrid, donde la expedición hizo noche ayer, quiere hablar de las interioridades del club. "Ya diremos dentro de diez o quince días cómo nos encontramos todo esto. Sólo diré que aunque sabíamos lo que nos podíamos encontrar, todo estaba peor de lo esperado. Una vez dentro...", dice antes de confesar que es muy probable que la Junta General Ordinaria prevista para el 29 de diciembre se retrase por motivos de operatividad.
Pero no se siente en estos asuntos tan a gusto. Gordillo disfruta hablando de los viajes, de las concentraciones, de las bromas con los compañeros... Algo que en cierto modo ha recuperado y le hace sentirse de nuevo futbolista. Ése al que por todos lados, en todos los rincones de España le recuerdan eso de "Y no pueden con él...". Ése que se estrenó como presidente con una victoria por tres goles, su número mágico, con el que conquistó a béticos, madridistas y a España entera.
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