Gas para Málaga y para Varsovia

El Sevilla, gracias al trabajo de los preparadores físicos y al largo parón de Navidad, afronta el tramo final en mejores condiciones físicas que el año pasado. Plena satisfacción con Sergio Domínguez y Moisés de Hoyo.

Sergio Domínguez, Pablo Villa, Unai Emery y José Luis Silva.
Sergio Domínguez, Pablo Villa, Unai Emery y José Luis Silva.
Eduardo Florido, Sevilla

19 de mayo 2015 - 05:02

Unai Emery tendrá que hilar fino para hacer competir al más alto nivel al Sevilla en las dos últimas citas de la temporada. Evidentemente, en el club, la plantilla y el cuerpo técnico, en sintonía con la afición, nadie alberga dudas de que lo absolutamente prioritario es la final ante el Dnipro. Sin embargo, tanto los futbolistas como el propio Emery dejaron claro al término del partido con el Almería que, ya que la vía liguera sigue abierta para la Champions tras el empate del Valencia ante el Celta, acudirán a La Rosaleda a por los tres puntos en juego.

El entrenador y el equipo no quieren cerrarse el camino indirecto de la Champions, ya que jugar la final en Varsovia no garantiza nada. Es lógico que Emery, igual que dio descanso a Aleix Vidal, Krychowiak y Bacca, a los que ni siquiera convocó ante el Almería, no exponga a sus principales pilares en Málaga. Pero el cuerpo técnico cuenta con una ventaja para poder repartir los esfuerzos: el equipo, la plantilla en términos genéricos, llega en un magnífico estado físico para afrontar este doble reto.

El Sevilla ha afrontado la última fase del campeonato en óptimas condiciones físicas. Los distintos entrenadores que se han ido midiendo al equipo de Emery han elogiado ese estado óptimo, desde el descriptivo "martillo pilón" de Sergi hasta la admiración por la compenetración táctica y física de Montella. Los elogios de Simeone en este sentido han sido continuos. Y las estadísticas también refrendan esa sensación que está dando el bloque de Emery.

Detrás de esta realidad, palpable dentro y fuera del equipo, está el trabajo de los preparadores físicos. Muy atrás quedaron las dudas y las críticas a la improvisación cuando la dirección deportiva apostó por dos readaptadores como Sergio Domínguez y Moisés de Hoyo unos días antes de hacer la pretemporada de la campaña 13-14. La satisfacción en el club y el cuerpo técnico, empezando por el propio Emery, con esta parcela es plena.

Desde que, a mediados de febrero, el Sevilla comenzó a alternar eliminatorias europeas con jornadas ligueras, incluso con encuentros intersemanales del torneo español, acumula una extraordinaria racha de dos derrotas (Anoeta y Real Madrid en casa), cinco empates y nada menos que 15 victorias. Este tramo final con el calendario tan apretado y reparto obligado de esfuerzos entre jueves y domingo comenzó con el partido de ida ante el Borussia Mönchengladbach, el 19 de febrero. Aquel partido ya se decidió por un gol de Iborra en la segunda mitad, concretamente en el minuto 70. Desde entonces, han sido muchos los goles que el Sevilla ha metido en la segunda mitad o el tramo final.

En esta fase del campeonato, prácticamente los últimos tres meses, se ha producido una sucesión continua nada menos que de 22 partidos y sólo en seis de ellos no ha marcado el Sevilla un gol o más en la segunda mitad. La remontada ante el Almería, con doblete de Iborra en los minutos 65 y 71, no es sino la confirmación de una dinámica que tuvo sus picos altos en la igualada ante el Barcelona, la frustrada remontada ante el Madrid, que acabó encerrado en su área y pidiendo la hora, la remontada con el Zenit o el gol de Gameiro en San Petersburgo en el minuto 85. Ante la Fiorentina (3-0), el Sevilla marcó dos de los tres goles tras pasar por vestuarios.

Ha habido más casos de goles marcados en la segunda parte. Al igual que ante el Zenit, lo sufrió el Villarreal en Europa (2-1, 69' y 83') y en Liga (0-2, 48' y 64'). Y también ha habido triunfos que se han decantado en ese periodo, como en Riazor (3-4, 32', 53', 63' y 83'). Incluso en la dolorosa derrota en Anoeta, con un final catastrófico, el Sevilla mandó en la segunda parte con goles producidos en los minutos 67 y 77.

De los 47 goles que el equipo de Emery ha marcado en este periodo, más de la mitad los hizo tras pasar el ecuador: 25. No deja de ser un dato estadístico que se suma a la sensación de que el Sevilla llega lanzado para esta semana y pico en la que lo decide todo, incluso el proyecto del curso que viene. El trabajo que programaron Sergio Domínguez y Moisés de Hoyo en el largo parón invernal, y que tuvo inmediatas consecuencias de pesadez ante el Celta el 3 de enero, está dando ahora sus frutos. Y Emery cuenta con ese factor para Málaga y Varsovia.

stats