La aldaba
Carlos Navarro Antolín
Más allá de la voz de la Laura Gallego
No aparecía Ganso por el césped del Sánchez-Pizjuán desde la victoria ante el Alavés, día en el que el dejó la asistencia de tacón a Ben Yedder para hacer el primer tanto sevillista. Desde entonces, lo que antes habían sido pitos desde la grada se transformó en expectación. El brasileño estuvo luego en Leganés para jugar los últimos diez minutos, pero Sampaoli no lo empleó en la victoria ante el Atlético de Madrid, en el que apenas hizo un cambio, y tampoco en Gijón.
Este martes, ante un equipo poco exigente pese a tratarse de la Liga de Campeones, y con la baja de Nasri por lesión, era el día ideal para la vuelta del brasileño. Durante la primera mitad se dejó ver poco. Con el equipo croata aún fresco y mordiendo, estuvo muy perdido en la media punta, desde dónde sólo destacó una vez con un pase por encima de la defensa para la entrada Mariano por banda. Cerca de la banda también dejó un buen detalle en una salida con un pase de cuchara, pero poco más.
La roja a Stojanovic al borde del descanso le dibujó un mejor panorama al ex jugador del Sao Paulo. Con los croatas por detrás en el marcador, el Sevilla acaparando el balón más si cabe que en la primera mitad y en ventaja numérica, a su ritmo, se convirtió en el eje absoluto de los ataques del Sevilla distribuyendo balones a su antojo en la inmediaciones del área.
Ahí empezaron a multiplicarse sus detalles de calidad. Su jugar andando no fue problema en una internada al área por el centro tras una pared con caño y autopase incluido para disparar luego con la derecha muy desviado. Tampoco lo fue en un gran pase de cuchara con la pierna zurda para Vitolo que acabó en un buena parada de Livakovic tras un remate acrobático del canario.
Cuando el murmullo, ahora de disfrute, era casi continuo en una grada de viento a favor, se acabó el espectáculo del carioca. Sus limitaciones físicas hicieron acto de presencia pese a la pocas exigencias del envite. Dio muestras de fatiga y se marchó algo renqueante del campo en el minuto 75 por Kiyotake.
Pese a su calidad y su buen partido ante el Dinamo, Ganso no acaba de alejar su vitola de jugador de exhibición, de los que regala buenos ratos a los aficionados en un encuentro como el de hoy, pero sus contadas apariciones en la alta competición hacen dudar de su presencia en partidos grandes como el del Atlético de Madrid o el de la próxima jornada ante el Barcelona, y menos durante los 90 minutos.
En su esperado regreso al Sánchez-Pizjuán y ante un rival débil deja su cara buena, aunque la escasa exigencia hace de dudar que repita como director del ataque del equipo el domingo.
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