Y Gameiro esprintó...
El francés se encumbra definitivamente en su mejor curso como sevillista y la afición ya se pregunta por su futuro Con 17 goles, alcanza la mejor cifra a estas alturas de toda su carrera
Ya nadie se acuerda de Bacca, el goleador bajo cuya sombra ha vivido Gameiro hasta hace apenas un par de meses. El menudo delantero se metió definitivamente en el bolsillo a todo el sevillismo el jueves 4 de febrero de 2016, una fecha que debe guardar. Después de otro inicio dubitativo, en el que no marcó en las primeras cinco jornadas, y tras dejar atrás una pequeña lesión muscular en noviembre que le impidió jugar dos grandes citas, ante el City y el Real Madrid, Gameiro comenzó a calentar en diciembre pasado y en enero inició un esprint que culminó en Gol Sur con dos goles soberbios, formidables, con la firma de aquel goleador que enamoró a Monchi y a media Europa hace un lustro. Gameiro, a sus 28 años, está en la cima de su carrera. Ha empezado a correr y no ve la meta... Cumple contrato en 2018 y la afición ya se pregunta inquieta por su futuro.
Unai Emery está detrás de la definitiva eclosión de este conejo con guantes de boxeo. Tras apostar de inicio por Llorente, comenzó a remodelar su estrategia, hasta el punto de llegar a crispar a sus aficionados por esa perseverancia en dejar tanto campo al contrario jugando en cancha propia. La idea, ya esbozada ante Sporting -primer doblete de Gameiro-, tomó forma frente a Athletic y Málaga para llegar a su suprema expresión en la ida de las semifinales de Copa y con el equipo de moda enfrente. Y el francés agradeció el detalle, como también devolvió el cariño a la misma grada que preguntaba por Bacca hace mes y medio y que el jueves, después de que Rubén Blanco le detuviera un penalti, coreó su nombre.
Con los dos tantos ante el Celta, Gameiro alcanza la cifra de 17 desde el primero que hizo en agosto al Barcelona, desde el punto de penalti. Jamás, ni en el PSG, ni en el Lorient, había marcado tal cifra a estas alturas de curso. La temporada 10-11, que terminó con 22 goles en la liga francesa, lo que propició su salto al PSG por 11,5 millones de euros, llevaba 11 goles en la jornada 22, más dos de Copa. Ahora, después de un inicio de año en el que ha realizado 8 tantos en 10 partidos, acumula 12 en la Liga, más 3 en la Copa, más uno en la Champions (también de penalti) y el de la Supercopa. Diecisete goles en 30 partidos que auguran su mayor registro profesional. Y el máximo beneficiario de su actual estado de gracia es el Sevilla de Emery.
En su primera temporada en el PSG llegó a cifras similares a estas alturas: 10 goles en la jornada 22 de la Ligue 1, más tres en las otras competiciones. Pero luego se estancó y sólo marcó uno más hasta el final de curso: se quedó en 14.
En el primer curso como sevillista sólo llevaba 8 tantos en total a estas alturas. Su sprint final lo colocó como máximo goleador del equipo en la Liga, con 15, uno más que Bacca, y 21 en total, idéntica cifra al colombiano. Ahora, Gameiro emboca los tres frentes del Sevilla lanzadísimo, pero con la asignatura pendiente del gol a domicilio (sólo uno). Paradojas del fútbol, como visitante el Sevilla del contragolpe aún no ha explotado su mejor arma, Kevin Gameiro, ese achaparrado velocista.
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