Fierabrás en Liberec
Dejar casi sellado el pase a dieciseisavos de la Liga Europa, fin balsámico de un duelo clave tras el mazazo de Pucela. Emery da descanso a Rakitic y cita a Rusescu.
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Atemperar el ánimo después de la descarga de rabia, cauterizar las heridas que ya ha habido tiempo de lavar... El fútbol ofrece siempre la siguiente oportunidad y, contra los embates que el Sevilla recibe con cierta frecuencia en la Liga, Europa hasta el momento ha estado ahí para convertirse en paño de lágrimas. Pero esta vez mucho más, ya que el equipo de Unai Emery puede dejar prácticamente cerrado su pase a la siguiente ronda con un triunfo mañana en la República Checa, donde los blancos visitan al Slovan Liberec como líderes del grupo H de la UEFA Europa League.
Aún escuece la herida de los dos puntos y la ventaja de dos goles a favor perdida en un par de minutos de desconcentración en Valladolid, una llaga que produce aún más desazón por el hecho de que los nervionenses hace ya más de un año que no conocen el triunfo lejos del Sánchez-Pizjuán en la Liga. Emery no sabe lo que es ganar fuera de casa con el Sevilla en el torneo de la regularidad y cuando se escapan oportunidades y situaciones como la del pasado domingo en el José Zorrilla la reflexión debe ser más profunda.
Por eso, si todo en Europa sigue el curso que hasta ahora ha tenido para el Sevilla, Liberec debe ser el lugar donde los de Emery tomen su particular bálsamo de Fierabrás, el tónico milagroso rescatado por Miguel de Cervantes de una antigua leyenda carolingia en boca (de verbo y de ingesta) de don Quijote como mágico reconstituyente para curarse de las palizas de sus aventuras. Algunos dirán con razón que el Sevilla no fue apalizado por el Valladolid, pero el empate -dicho por su propio entrenador- supo a derrota y es indudable que en el ánimo de aficionados y hasta de jugadores es difícil eliminar el sentido negativo del 2-2 de Pucela.
El bálsamo inspirado en la leyenda de Fierabrás (el de feroces brazos) y la conquista sarracena de Roma es adaptable a la visita de los sevillistas al Slovan. Fierabrás robó en el saqueo de la antigua Roma dos barriles con el resto del bálsamo con que, supuestamente, fue embalsamado el cuerpo de Jesucristo y que tenía el poder de curar las heridas al que lo bebiera.
Y todo porque la mente debe estar limpia para encarrilar cuanto antes el salto definitivo de la fase de grupos para evitar esfuerzos en las jornadas restantes. Todas las fuerzas que se guarden para la Liga serán pocas porque el equipo de Emery necesita levantar el vuelo y acercarse lo más rápido posible a la zona alta de la tabla. Habida cuenta de que espera un calendario duro en el mes de noviembre, que empieza (el último día de octubre) con la visita al Real Madrid en el Santiago Bernabéu y casi termina con el derbi el día 24, para los blancos sería un alivio lograr un tercer triunfo que dejaría a los checos -segundos con 4 puntos- a cinco.
El entrenador es consciente de la importancia del encuentro y el carácter terapéutico que puede tener de cara al futuro. La mejoría apuntada en Valladolid, aun sin dejar el trabajo terminado, es una pica que señala dónde empezar la nueva construcción del edificio. A Emery se le vio tras el entrenamiento de este martes charlar con Monchi, probablemente en una conversación encaminada a coincidir en los puntos tácticos que otorguen más solidez al equipo. Incluso la presencia del casi inédito Rusescu en la convocatoria invita a pensar en que Liberec debe ser una parada balsámica.
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