Fabián , Ferran, Morata, qué gozada... (6-0)

Fútbol | Selección

España realiza una verdadera exhibición contra Alemania para clasificarse para las semifinales de la Liga de las Naciones

El Estadio de la Cartuja, aun sin público, acogió una de las más brillantes exhibiciones de la selección española en mucho tiempo

Ferran es felicitado por Morata tras uno de sus tres goles.
Ferran es felicitado por Morata tras uno de sus tres goles. / Antonio Pizarro

Exhibición de gran fútbol de España, media docena de goles a Alemania. El equipo de Luis Enrique volvió a hacer los ojos chiribitas a todos los buenos aficionados a este deporte dentro del territorio nacional, que los hay y muchos. Porque esta selección, aún con algunos futbolistas que fueron capaces de cerrar un círculo glorioso con Eurocopa, Mundial y Eurocopa, pareció por un día haber recuperado esa identidad de gran equipo de fútbol. El baño a Alemania, nada más y nada menos que Alemania, con la posibilidad de clasificarse para pelear un título en juego, fue sencillamente memorable. Una verdadera lección de fútbol en el Estadio de la Cartuja, de tocar y buscar los espacios. Y encima con acierto ante el gol, que también es importante aprobar esa asignatura tan necesaria siempre.

España no necesitó siquiera del apoyo del público en su hábitat natural, en Sevilla, para meterle un repaso de muy señor mío a Alemania. La escuadra de Luis Enrique hizo lo que quiso con el combinado de Joachim Löw en una primera mitad en la que no se vio afectada siquiera por las lesiones musculares de dos futbolistas principales por una u otra razón. Las lesiones de Canales y de Sergio Ramos no disminuyeron el caudal de fútbol de una selección portentosa en este caso.

Porque no es fácil pegarle semejante baño a Alemania ni siquiera en un partido que no pertenezca a una gran competición. El tres a cero del intermedio bien pudo haber sido un cinco a cero de no mediar dos graves errores arbitrales que en caso de haberse utilizado el VAR en este torneo probablemente habrían sido contabilizados como goles legales.

El remate de Morata que hubiera supuesto el 2-0, seguro, porque el ariete golpeó la pelota dentro del área pequeña y sin oposición, aunque en situación reglamentaria tras el pase de Ferran. Otra cosa hubiera sido el penalti a Dani Olmo que el sueco Ekberg sacó fuera con total impunidad, porque ya se sabe que los máximos castigos han dejado de ser una certeza para la selección de Luis Enrique.

El joven Ferran Torres fue capaz de anotar tres goles desde la posición de extremo derecho

Pero ambas cosas, el error del árbitro y saber si este penalti sí hubiera sido transformado en gol, se convirtieron en pequeñas anécdotas con el curso de juego ofrecido por Morata, Fabián, Ferran Torres, Pau Torres y compañía. La salida en frío del ex bético por el futbolista que lo sustituyó precisamente en la escuadra verdiblanca no sólo no disminuyó el caudal de fútbol de la selección sino que incluso elevó el nivel si cabe a la vista de la participación del zurdo de Los Palacios en los goles.

El primer tanto fue un córner botado por él para que Morata sacara rédito del excelente momento de confianza en el que se encuentra tras sentirse importante en la Juventus. En el tercero, después de que Ferran hiciera el segundo con un empalme espectacular tras un remate rebotado en el larguero de Dani Olmo, también puso un saque de esquina tenso desde el otro costado para que Rodri conectara el testarazo.

España, pues, se iba al intermedio con tres tantos de ventaja que debieron ser incluso más de no mediar las dos actuaciones arbitrales reseñadas y también alguna parada de Neuer digna de Neuer. Porque el pie que le saca a Ferran cuando éste ya lo fusilaba con un disparo cruzado fue sencillamente prodigioso igualmente.

Pero tampoco es cuestión de abusar, España había protagonizado una excelente primera mitad, tal vez la mejor con Luis Enrique al mando y el fútbol más completo desde que todo cambiara en el Mundial de Rusia con la abrupta salida de Julen Lopetegui del timón de mando. Los hombres que defendían la camiseta completamente roja, muy bonita por cierto, habían realizado una verdadera exhibición, sobre todo si se tiene en cuenta que enfrente estaba un adversario que responde por Alemania por mucho que parezca que esto no tiene tanta importancia. Sí la tiene, tanta que desde 1958 no había sucedido en un campo de fútbol con la Mannschaft en juego.

España, la que acusaba la falta de gol, había sido capaz de anotar tres en el primer periodo y encima se había hecho acreedora a haber anotado dos o tres más en acciones diáfanas para haber aumentado las diferencias. No estaba mal para pensar que puede existir un proyecto que despierte de nuevo la ilusión en todos los que aún siguen creyendo en esta generación de futbolistas y en la posibilidad de reverdecer los laureles de las dos Eurocopas y el Mundial.

Y más aún se puede soñar después de comprobar la ambición mostrada en la segunda mitad. Estaba todo decidido de sobra, pero España no subió jamás el pie y siguió apretando el acelerador para que Ferran Torres se consagrara como un extremo con un hambre de gol brutal y, sobre todo, para que Fabián evidenciara sobre el césped de un estadio sevillano que es un futbolista increíble, que está en el pedestal más alto del fútbol español y también para cerrar el círculo con el pase de Gayá a Oyarzabal para el sexto. La exhibición de recorrido, de pases, de sobrepasar líneas, del palaciego era prodigiosa. No había público en las gradas para disfrutar de semejante espectáculo, pero mereció la pena. España, 6; Alemania, 0, sí 6-0 a ésos que dicen que siempre ganan. No siempre.

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