Excesiva e injusta sanción al Getafe
Desde mi córner
Siempre nos hemos preguntado qué culpa tiene un club de cómo se comporta una grada
DEMASIADAS sanciones ejemplarizantes están surgiendo en el fútbol por culpa de la mala educación, esa lacra tan generalizada. Me parece un abuso de autoridad cerrarle una grada al Getafe porque hubo maleducados que calificaron de gitano a Quique Sánchez Flores y de simio al argentino Acuña. ¿Qué culpa tendrá el club que tan modélicamente dirige Ángel Torres de la conducta de algunos de los que se dieron cita en el Coliseum?
Nunca he sido partidario del castigo a un club por el comportamiento de sus seguidores. Y a veces hasta podría cuestionarse la fidelidad de esos cafres al club propietario del campo. Demasiado castigo de tres partidos de clausura de una zona del campo, que en el caso del Getafe se hace más grave por el corto aforo del Coliseum. Estamos ante un problema que siempre existió y que ahora cobra especial virulencia por la propia sensibilidad de la sociedad actual.
Estamos ante un problema en el que debe entrar de lleno la policía y dejar tranquilo al club propietario. Y es que con todo esto cabe sitio para la picaresca de buscar sanción al enemigo. Esto es que alguien se propone cerrarle el campo a un club no querido y lo tiene muy fácil, le tira una botella a uno de los protagonistas o le envía un insulto racista a cualquier jugador visitante. El árbitro para el partido, se va al delegado de campo y la sanción ya la tiene servida el anfitrión.
No creo que la economía del fútbol esté para ese tipo de sanciones. Por supuesto que el racismo es asunto a erradicar más pronto que tarde, pero mejor sería un sistema de vigilancia adecuado, una especie de VAR para las gradas que haga de Gran Hermano y coger in fraganti al indeseable. Cualquier medida disciplinaria es preferible a la de sancionar económicamente a un club que hace los equilibrios económicos para sobrevivir que hace el Getafe de Ángel Torres.
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