Europa espera, ¿a cuál?
El derbi sevillano · la previa
Betis y Sevilla disputan uno de los derbis más atractivos por la teórica igualdad de los dos equipos. Los verdiblancos llegan 6 puntos por encima y eso les otorga el rol de favoritos.
Edición número 116 de los partidos de eterna rivalidad según Sevilla, que ya son unos pocos. Betis y Sevilla se ven las caras por segunda vez en el presente curso en el estadio Benito Villamarín y lo hacen con un objetivo común, aunque uno lo tenga seis puntos más cerca antes de que eche a rodar el balón. Se trata del anfitrión, del Betis, y eso quiere decir que ha hecho las cosas mejor, infinitamente mejor incluso, que el Sevilla, entre otras cosas porque sus objetivos de partida eran mucho menores si se apela al no siempre certero mundo de los presupuestos. Y ese punto al que los dos quieren llegar en este sprint final de la competición liguera es alcanzar una plaza para disputar la próxima edición de la Liga Europa.
Sin duda, este mejor balance verdiblanco a lo largo del presente curso, unido al hecho de ejercer de anfitrión, le otorga un ligero favoritismo a la tropa que tan bien adiestra Pepe Mel desde el banquillo. Dentro de sus altibajos, los béticos han tenido un balance más positivo que los sevillistas y no hay más que comprobar el grado de satisfacción de su gente para corroborarlo. Además, también hay que resaltar que los visitantes llegan con un hombre diferente en el papel de entrenador. Míchel ya no está, es historia en los derbis, y sí llevará el bastón de mando en esta parcela Unai Emery, otra prueba de que en ese bando han aparecido motivos para tratar de enderezar el rumbo.
Ocurre, sin embargo, que todo se empareja un poco más después de los triunfos conseguidos por ambos en la pasada jornada. El Betis se imponía de manera contundente, y brillante, al Granada en Los Cármenes, pero el Sevilla, tres días después y en eso convendrá detenerse también en este análisis de previa, se inyectaba autoestima directa a las venas con el gol de Negredo cuando ya le quedaba muy poco tiempo a su duelo con el Athletic Club. Por ahí, por tanto, equilibrio, pues ambos llegan con la moral por las nubes.
Para no dejarlo pasar más tiempo, un pequeño paréntesis para los días de preparación que han tenido unos y otros. Los caprichos de los programadores de televisión quisieron que el Betis jugara ante el Granada el viernes 5 de abril, mientras que al Sevilla le pusieron su partido con el Athletic el lunes 8 de abril. Como parece que era obligatorio que este derbi fuera ofrecido por Cuatro en abierto y el lunes colisionaba con el pescaíto de la Feria, pues los blancos parten, en teoría, con una desventaja a la hora de restañar las heridas y de recuperarse del esfuerzo. ¿Será esto trascendente en el derbi? Nadie lo puede saber con certeza, pero pregunten a cualquier profesional del fútbol, de aquí e incluso de fuera, sobre qué situación hubieran preferido de partida. Todos hubieran elegido la posición del Betis por gozar de tres días más para entrenar y para descansar.
Pero las cosas están fijadas así y tampoco se le han dado muchas más vueltas desde ninguno de los bandos. Tanto es así que apenas fue un tema de debate a lo largo de la semana a la hora de conocer las opiniones de los propios protagonistas al respecto. Por tanto, viernes de preferia, diez de la noche, y a jugar un partido que, afortunadamente, vuelve a asomarse cargado de buenas maneras. Ni una sola declaración fuera de tono por parte de ninguno, todos coincidiendo en el respeto al rival y en el deseo, eso sí máximo, de ganar el partido para afrontar la Feria con mucha mejor cara y, de paso, facilitar a sus hinchas su disfrute.
En este sentido, a la hora de conocer las opiniones de los béticos sí se ha hecho hincapié desde los diferentes sectores del periodismo, sobre todo radiofónico, sobre la importancia que pueda tener el resultado de 5-1 del partido de la primera vuelta a la hora de afrontar este derbi con mayor intensidad si cabe. Y las respuestas estaban fijadas todas en la misma línea, la lógica por otra parte. Al Betis le vale con ganar por un solo gol y da igual que sea un 1-0 o cualquier otro resultado.
En el Sevilla, mientras, nadie se regodeó en esa manita que se produjo en el partido del Ramón Sánchez-Pizjuán, paradójicamente con Míchel en el banquillo, y apenas se apeló al recuerdo de ella, aunque sí coinciden todos en que ese resultado es histórico, tanto como un 4-0 a favor de los béticos que éstos saborean, naturalmente, desde hace varias décadas.
Son cuestiones que tienen que ver con la eterna rivalidad según esta ciudad tan particular, y bendita en los futbolístico, que es Sevilla. Un sitio donde coinciden dos equipos capaces de provocar por igual el amor de sus aficionados. Ojo a ese por igual, porque con independencia de lo que cada uno argumente a la hora de darle valor a lo conseguido por los suyos a lo largo de la historia, en tantas y tantas batallas, en los partidos ganados, en los partidos perdidos, en los títulos sumados, en la calidad de sus plantillas en todos los años que estén en el recuerdo de cada cual, lo que sí es seguro es que todos los aficionados al fútbol de este rincón torcerán por el Betis y el Sevilla, el Sevilla y el Betis, por encima del resto de los clubes del mundo y lo tendrán en lo más alto del pedestal en lo referente a los sentimientos.
Con las alineaciones parece que todo está claro. Mel dispone de todos, salvo Mario y tal vez Nacho. Así, la lista de convocados la componen Adrián, Casto, Ángel, Chica, Álex, Rubén Pérez, Perquis, Amaya, Paulao, Nosa, Cañas, Beñat, Joel, Vadillo, Juankar, Pabón, Molina y Rubén. Por su parte, Emery, que ha convocado a todos sus jugadores diponibles (Palop, Beto, Fazio, Cala, Coke, Fernando Navarro, Cicinho, Botía, Alberto Moreno, Jesús Navas, Medel, Perotti, Rakitic, Maduro, Hervás, Stevanovic, Kondogbia, Manu del Moral, Reyes, Negredo y Baba), espera a conocer si a Fernando Navarro le quitan la sanción o debe recomponer el centro de la defensa dentro de un equipo tan definido como el de los béticos. Arbitra Carlos del Cerro Grande, madrileño, y todo comenzará a las diez. El premio es acercar a uno de los dos a Europa. ¿A cuál de ellos? Al filo de la medianoche se verá en un Benito Villamarín que se anuncia casi lleno.
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