¿España favorita?
España
Las razones de un equipo que ya no se siente perdedor.
YA no se trata de un ejercicio de voluntarismo ni de una fantasía generada por la prensa más entusiasta. España, ahora sí, viajará a Suráfrica como legítima favorita para ganar el Mundial.
Ni siquiera el prudente seleccionador, Vicente del Bosque, ha podido negar lo que es una opinión generalizada tanto dentro como fuera de las fronteras del país. “Pero con humildad”, implora el veterano técnico a su eufórica hinchada.
España tiene poderosos argumentos a su favor. Es campeona de Europa, hizo pleno de victorias en la fase de clasificación, su juego genera admiración en todo el planeta y muestra orgullosa a la mejor generación de futbolistas de toda su historia.
Sólo Brasil se atreve a discutir el papel de máximo favorito que le atribuyen las apuestas al combinado español. No en vano, ambas selecciones se han turnado en los últimos años en el primer puesto del ranking FIFA, elaborado en base a las frías estadísticas.
En los últimos 40 años, Etras suausencia en México 70, España sólo se perdió el Mundial disputado en Alemania en 1974. Además, en ese mismo periodo de tiempo, la selección únicamente faltó a una Eurocopa, la que se celebró en Suecia en 1992.
Pero nunca acudió como legítima aspirante a ninguna cita, ni siquiera a la última Eurocopa jugada en Austria y Suiza. Hasta ahora, sus sueños de grandeza pertenecían más a la prensa que al análisis realista.
Siempre se habló de una selección bien armada, pero con una endeblez mental que le impedía estar con los mejores en las grandes citas. España fue subcampeona de Europa en 1984 en Francia, pero dos años después volvió a caer en el Mundial de México en unos cuartos de final que terminarían convirtiéndose en una barrera histórica.
El punto de inflexión llegó en 2008, en una Eurocopa de Austria y Suiza que conquistó con absoluta brillantez bajo las órdenes de Luis Aragonés, el arquitecto del juego de combinación existente en la selección española.
Su sucesor tras la Eurocopa apenas hizo retoques en algo que funcionaba como un reloj.
La única mancha de Del Bosque al frente del combinado fue la última Copa Confederaciones, en la que España cayó en semifinales ante Estados Unidos, lo que rompió una racha de 15 victorias seguidas y 35 partidos invicta.
Pero apenas nadie concedió importancia al tropiezo. Se trataba de un trofeo menor y era una derrota que podía servir de revulsivo. La relación de Del Bosque con la prensa también es óptima.
La fase de clasificación refrendó las opciones de España, que ganó los diez partidos disputados con una autoridad incuestionable. Fue toda una declaración de intenciones, un mensaje lanzado a sus rivales.
No sólo la prensa española y buena parte de la internacional hablan del favoritismo de España. Los propios protagonistas también se vieron obligados a reconocer en los últimos meses que aspiran al triunfo final.
“España se sacudió los complejos con la Eurocopa. La selección está ahora en el pelotón de cabeza con equipos como Brasil y Argentina”, afirmó Del Bosque.
“Pero no estamos solos. Hay otras selecciones que también están ahí: Alemania, Italia, Portugal, Inglaterra, Croacia... Hay muchos equipazos”, advirtió el técnico.
Alan Shearer, ex delantero internacional inglés, también se manifestó con claridad. “Por más que me gustaría decir que ganará Inglaterra, tengo que decir que creo que será España. Me impresionó mucho cómo ganó la Eurocopa en 2008 y apuesto por ella”.
“España, lo sabemos, es una de las favoritas del Mundial junto a Brasil”, opinó Raymond Domenech, el seleccionador de Francia, después de que el combinado de Del Bosque venciera con comodidad por 2-0 en un amistoso disputado en marzo en París.
“Brasil y España son las favoritas, sin lugar a dudas. Después venimos nosotros con las mismas opciones que Francia, Inglaterra, Argentina y Holanda. Cuando estos equipos viajan al Mundial, lo hacen con el objetivo de ganar”, añadió Marcello Lippi, seleccionador italiano.
Pero Del Bosque, hombre de naturaleza prudente, conoce más que nadie los peligros de una euforia desmedida y aplica prudencia a su discurso.
"Tenemos que ir tranquilos, con humildad", afirmó en una entrevista concedida recientemente al diario argentino Olé. España sabe ya mucho de decepciones.
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