España y los cuartos de final: una historia de fracasos

Cuartos de final. España

Decepción tras decepción, la selección fue incapaz de romper un techo fijado en 1950.

España y los cuartos de final: una historia de fracasos
Alberto Bravo (Dpa)

01 de julio 2010 - 17:43

Julio Cardeñosa, José Emilio Santamaría, Javier Clemente, Julio Salinas, Luis Enrique, Al-Ghandour... Son nombres que están grabados a fuego en la memoria española, protagonistas de una serie continuada de fracasos de la selección española en los Mundiales, todavía por vengar.

España jugará este sábado ante Paraguay otra vez los cuartos de final de un Mundial, frontera infranqueada desde 1950. Ahora, más que nunca, es favorita. Pero nadie quiere hablar demasiado alto, como si se fuera consciente de que hay una especie de maldición sobre sus cabezas.

Fue en Brasil 1950 cuando España logró su éxito más notable en un Mundial, con aquel gol de Telmo Zarra emitido aún en blanco y negro y que dio a su equipo la posibilidad de entrar entre los mejores. Quién iba a pensar que España necesitaría seis décadas para tener su mejor oportunidad de igualar tal hito.

La historia es tan caprichosa que tras su éxito de 1950, España no acudió a los dos siguientes Mundiales. Luego participó en el Mundial de Chile 1962 y en Inglaterra 1966, donde fue eliminada en primera ronda en ambas citas.

Tras un nuevo periodo oscuro, España regresó a los Mundiales con Argentina 1978 y una escena que quedó grabada en la memoria de sus hinchas, con un error clamoroso de Julio Cardeñosa, que falló un gol cantado ante Brasil que dejó a España fuera de las eliminatorias.

Casi peor fue lo ocurrido en el Mundial que España albergó en 1982. La selección de José Emilio Santamaría se despidió entonces en la segunda fase entre la vergüenza de su hinchada.

En 1986, España avanzó a los cuartos de final con una selección liderada por Emilio Butragueño. Jugaba ante Bélgica y todos daban a España como gran favorito para acceder a semifinales tras el célebre 5-1 a Dinamarca en octavos. Pero la selección de Miguel Muñoz se estrelló contra el muro rival, la prórroga finalizó con empate a un tanto y en los penaltis Eloy erró el definitivo.

En el Mundial de Italia 1990, España llegó a la cita como una de las grandes favoritas y se marchó en octavos de final tras caer por 2-1 ante Yugoslavia tras una nueva prórroga. Ni siquiera pudo llegar a cuartos.

Aquel suceso dio lugar a uno de los periodos más polémicos de España, la era Clemente. El nervioso técnico vasco llevó a su selección a los cuartos de final del Mundial de Estados Unidos, donde esperaba Italia.

Su camino terminó con una derrota polémica por 2-1, con una ocasión clamorosa errada por Julio Salinas, un gol definitivo de Roberto Baggio y un sangriento codazo en el área italiana de Mauro Tassotti sobre Luis Enrique en el minuto final.

Clemente tuvo otra oportunidad con el Mundial de Francia 1998, en el que España no pudo pasar de los octavos de final. Fue cruel su forma de despedirse, tras lograr un inútil triunfo por 6-1 ante Bulgaria. Un enorme fracaso.

José Antonio Camacho sucedió a Clemente y llevó al equipo a los cuartos de final del Mundial de Corea y Japón 2002. Jugó contra uno de los anfitriones, Corea del Sur, y se marchó en la tanda de penaltis tras un error de Joaquín.

Antes, España sufrió la polémica actuación del colegiado egipcio Gamal Al-Ghandour, quien anuló dos tantos válidos a la selección. Otra decepción mayúscula para los españoles.

España llegó a la última cita mundialista con honores de favorita, pero se marcho en octavos tras caer por 3-1 ante Francia. Luis Aragonés, su seleccionador, no renunció, siguió y propició que España conquistara la última Eurocopa, el final de una serie de catastróficas desdichas.

Desde entonces, la seleccióne española parece caminar hacia un destino diferente al de los viejos tiempos, aunque no tan lejanos.

¿Qué diferencia a esta España de aquella que se ganó fama de perdedora? El delantero Fernando Llorente respondió este jueves: "Somos un grupo con ganas de conseguir títulos y mucha ambición. Hay muy buen ambiente y eso se traslada al campo".

España regresará el sábado a un escenario que le es conocido: juega unos nuevos cuartos de final y ante un rival teóricamente inferior. Una ocasión de saldar cuentas con su historia... o de prolongar la maldición.

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