Energía positiva a punto de ebullición

Previa · Sevilla-Atlético

El Sevilla se estrena en el remozado Sánchez-Pizjuán con una de las citas clave de la flamante Liga. Llorente, gran atracción ante el Atlético.

Reyes, Gameiro y Rami, rodeados por sus compañeros en un rondo de calentamiento.
Reyes, Gameiro y Rami, rodeados por sus compañeros en un rondo de calentamiento.
Eduardo Florido

30 de agosto 2015 - 05:02

Plato fortísimo para comenzar la Liga 15-16 en el remozado Ramón Sánchez-Pizjuán. Nada menos que el partido de la jornada, un Sevilla-Atlético que, si ya estaba cargado de electricidad en los últimos tiempos, este curso trae el añadido de que los blanquirrojos se han retado a sí mismos para intentar dar el asalto definitivo a la aristocracia española, después de haberlo dado a la europea. El nuevo Sevilla de Emery y Llorente, nuevo adalid de las emociones que ya conoció en primera persona el estado de ebullición que vive su nueva afición, se viste de largo con una prueba de primerísimo nivel competitivo. Porque el Atlético de Madrid de Simeone, reforzado con Jackson Martínez y Vietto como figuras además de los hijos pródigos Filipe Luis y Óliver, mantiene, pese a los cambios en la ornamentación del equipo, la estructura pétrea de un bloque competitivo. Saber si el también hipercompetitivo Sevilla está ya capacitado para horadar esa marmórea escuadra modelada a imagen y semejanza del racial ex sevillista es lo que se dirime hoy.

Se trata de la primera cita clave de la prometedora y atractiva Liga 15-16. El primer tour de force entre el poseedor por mérito propio del tercer puesto del escalafón y el aspirante número uno a meterse, a codo limpio, en esa pelea de la zona noble. Y no parece que vaya a ser una pelea de guante blanco, ni mucho menos.

Se prevé una lucha enconadísima entre dos equipos de hombres en la que saltarán chispas en cada lance, en cada cuerpo a cuerpo. No dice por endulzar el oído a nadie Simeone que el Sevilla de Emery es su mejor espejo. Si encima este Sevilla, que ya traía este sello desde dos años atrás coronados con su bicampeonato continental, está reforzado con gente como Rami, Konoplyanka, N'Zonzi, hoy ausente por sanción, y Llorente, por citar a los más atractivos para la afición, pues ya se puede hablar de un equilibrio de fuerzas desde el papel. Pero eso es la teoría. Hoy toca la práctica.

Por si le faltara un perejil al partido, el aficionado todavía dubitativo en hacerse con una de las 200 entradas que quedan en taquilla o con abandonar su retiro estival para hacer uso de su nuevo carné tiene el aliciente de conocer por dentro el remozado del Ramón Sánchez-Pizjuán. Más de 10.000 ya tuvieron la ocasión de ver el impactante rojo homogéneo de su repintado graderío, lo más visible de esa remodelación necesaria. Fue en la presentación de Llorente, que ya pudo vivir el estado de euforia e ilusión de una afición entregada que hoy creará un ambiente de gala.

El sevillismo ha llegado bien pronto a un punto de ebullición por esa ilusión personalizada en Llorente , guinda de una anticipada y esforzada planificación a la que aún le podría quedar un remate final, pero basada en la trayectoria ascendente de un equipo que se ha ganado el derecho a ser respetado en toda Europa.

Pero, cuidado con la excesiva euforia, porque si la energía positiva se desborda puede generar un anticlímax negativo. La de hoy es una cita clave en la pelea que el Sevilla quiere tener en la Liga como postulante a ser el tercero en discordia. El partido será de alta tensión y los jugadores deben medir la sobreexcitación para evitar faltas innecesarias o tarjetas sin sentido. Igual que sería deseable que el ambiente de gala discurriera por la senda del respeto al club rival: ha llegado la hora de desterrar los insultos como parte del discurso animoso del hincha.

Emery tirará de la base del curso pasado para comenzar a darle el engranaje necesario al bloque y la idea de que Llorente sea titular choca con esta premisa. Es improbable que un jugador con dos días de entrenamiento adelante a los que llevan peleando por un puesto todo el verano. Pero Llorente jugará, aunque sea como revulsivo o pararrayos de toda esa energía positiva. Carriço llega a la cita para acorazar el eje y que Krychowiak vuelva a su sitio en la medular: hoy será ahí más necesario que nunca. Enfrente, el Atlético de Simeone. Líneas juntas, presión asfixiante y la electricidad de Koke, Óliver y Griezmann esperando el mínimo resquicio. Jackson Martínez, como Llorente, aguardará turno. Ambos partirán como espectadores de privilegio hasta que les toque saltar al ring. Vaya partidazo que se atisba...

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