Encomendarse al goleador

El Numancia se presenta en el Benito Villamarín con el objetivo de sumar los tres primeros puntos del curso. Para ello tendrá que corregir los errores que, en los compases finales de su debut ante el Sporting, ya con uno menos, lo condenaron a la derrota.

Lejana queda ya la temporada 2008-09, la última que el conjunto soriano jugó en Primera División. Precisamente hoy se cumplen seis años del arranque de aquella campaña, en la que los rojillos derrotaron contra todo pronóstico al Barcelona (1-0) en el estreno de Pep Guardiola en el banquillo. Meses después, nadie se acordaba de aquel batacazo azulgrana gracias a los títulos festejados en el Camp Nou, mientras que el Numancia retornaba al infierno de Segunda tras concluir penúltimo en la clasificación.

Los rojillos parecen abonados a la zona media de la tabla de la Liga Adelante. No han disputado el play off de ascenso en ninguna ocasión, viéndose por momentos en apuros para mantener la categoría. El curso pasado lo cerraron en el puesto decimotercero con 54 puntos. Ganaron 11 partidos, perdieron 10 y empataron 21.

Con un valor de mercado que ronda los 10,8 millones de euros, los sorianos anhelan mejorar la trayectoria de los cursos precedentes y sobreponerse a la salida de jugadores otrora claves, como el lateral Carlos Akapo. Así, despierta ilusión la llegada de nombres con proyección, tal es el caso del centrocampista Íñigo Pérez, procedente del Athletic, o el mediapunta Álex Arias, ex del Avilés.

Viejo conocido de la afición heliopolitana es el delantero Braian Rodríguez, aún por debutar.

SIN BALÓN

Juan Antonio Anquela suele apostar por una pizarra sin demasiadas sorpresas, con predilección por el 4-4-2 y la intención de proteger el área propia de las acometidas del adversario. Buena es la compenetración entre la pareja de centrales que forman Regalón y Juanma, por lo que la ausencia de este último -vio la doble amarilla ante el Sporting-, será una baja a tener en cuenta en el esquema.

El Numancia acusa el nerviosismo cuando no controla el esférico, sobre todo en la medular. Ante la falta de ideas para recuperar el balón, las piezas se desordenan y la intensidad disminuye. Entonces toca esperar la intervención de Biel Ribas.

CON BALÓN

La teoría de Anquela se basa en que sus pupilos conduzcan el balón y construyan la jugada desde el campo propio. Pero sin espacios, la práctica se impone y los numantinos se contentan con enviar balones directos a sus hombres más avanzados. Destaca el talento de Natalio, Ito y Enrich, siempre en el sitio idóneo para recibir la pelota y buscar el remate imparable.

Otra baza es el contragolpe, con el que hacer valer la velocidad de sus goleadores y las precipitaciones del rival.

LO MEJOR

La rapidez y desborde de sus delanteros, con visión goleadora.

LO PEOR

Previsibilidad y falta de recursos cuando carece de espacios con los que armar su juego.