Emery, capítulo tercero
El técnico afronta su más alto reto con la plantilla más atractiva y cambios en la columna vertebral.
Tomando prestada la ordenación cronológica del género narrativo, Unai Emery afronta el tercer capítulo de la historia que quiere seguir escribiendo en el Sevilla. Bien es cierto que tuvo un prólogo o introito cuando se hizo con las riendas del equipo que dejó Míchel al término de la primera vuelta, en enero de 2013, pero entonces sólo pudo enderezar el rumbo de una plantilla a cuya configuración él no había contribuido. A partir de julio de 2013 sí se puede decir que Emery tomó el timón del Sevilla con soberanía. Y desde entonces el equipo no ha hecho sino crecer, con un denominador común, las dudas y la incertidumbre en cada uno de sus inicios, incluido aquel medio año en que hizo 28 puntos en 19 jornadas para dejar al equipo noveno en la Liga.
En este tercer capítulo, Emery aspira a su mayor reto desde que está en Nervión. Con los dos brillantes trofeos de la Liga Europa se desprendió del más pesado de los sambenitos que arrastraba desde Mestalla: su incapacidad para sacar adelante eliminatorias y ganar títulos. Lo hizo pese a las enormes incógnitas que despertó el Sevilla en los inicios de ambos cursos, condicionados por sendas revoluciones de las plantillas.
En septiembre de 2013, con el equipo colista tras caer en Valencia en la quinta jornada, y tras la marcha de Negredo, Jesús Navas, Kondogbia, Medel, etcétera, nadie podría imaginar que ese mismo Sevilla que se encomendaría al liderazgo de Rakitic y los goles de Bacca podría ganar un título europeo ante todo un histórico como el Benfica. Igualmente, en agosto de 2014, tras la marcha de Rakitic y Fazio, pilares y capitanes de la anterior plantilla, y Alberto Moreno, el último gran valor de la cantera, la sombra de la vuelta a la mediocridad merodeó por Nervión tras la derrota en la Supercopa de Europa y el frustrante debut en Nervión ante un Valencia que empató con uno menos. Pero Emery volvió a hacerlo. Turín no había sido la afortunada flor de un día. Antes del triunfo de Varsovia consiguió la mejor puntuación de la historia del club: 76 puntos.
Emery ha reciclado la plantilla hasta darle la vuelta como a un calcetín al cabo de este bienio. Y ha ido mejorando su modelo, haciéndolo más versátil. El club también le facilitó ir ampliando su cuerpo técnico. El año pasado llegó Pablo Villa, auxiliar que se unió a su segundo, Juan Carlos Carcedo, y el analista Víctor Mañas; este curso Dimitri Cheryshev ayuda a la adaptación de Konoplyanka.
En el verano de 2013 llegaron hasta 13 futbolistas nuevos, 14 si se les suma a éstos Javi Varas, a quien no conocía el técnico y a quien repescó el club del Celta. Pareja, Carriço, Figueiras, Iborra, Mbia, Cristóforo, Jairo, Marin, Vitolo, Cheryshev, Rusescu, Gameiro y Bacca fueron los fichajes que paulatinamente se sometieron a los esquemas de Emery. El inicio fue costosísimo en la Liga. El debate sobre el sistema de juego, con Rakitic y Mbia como medios centro, fue enconadísimo, a lo que contribuyó una dolorosa goleada en el Bernabéu. Hasta noviembre, con la recordada reacción táctica en Cornellà (1-3), no le cogió el pulso el equipo a la temporada.
El segundo capítulo comenzó con la planificación a medio hacer y una final que supo muy mal en el sevillismo en Cardiff, más por la pobre imagen del equipo ante el Madrid que por la previsible derrota. Alberto Moreno era traspasado al Liverpool aquel mismo día y aún no habían llegado dos futbolistas clave como Banega y, de nuevo, Mbia. Hasta 11 fichajes hizo Monchi, sin contar al camerunés. Además del argentino, Barbosa, Sergio Rico, ya instalado en el primer equipo, Arribas, Kolodziejczak, Tremoulinas, Aleix Vidal, Krychowiak, Denis suárez, Deulofeu y Iago Aspas.
Para el tercer capítulo, Emery cuenta con la ventaja de que sólo han llegado diez futbolistas nuevos y hay una base. La planificación ha estado más anticipada que nunca y el técnico ha podido trabajar en pretemporada con casi todo el grupo. Su gran reto ahora es terminar de darle forma de equipo a la plantilla más atractiva de cuantas ha tenido hasta ahora. Si a eso se suma el grupo D de la Champions el examen de esta tercera evaluación es el más difícil.
Rami, Konoplyanka, N'Zonzi y Llorente han satisfecho el hambre estival de novedades. Y a ellos hay que unir a Mariano, Andreolli, Escudero, Krohn-Dehli, Kakuta e Immobile, fichajes menos atractivos quizá. Emery no parte de cero, pero el Sevilla ha hecho una gran inversión y el margen de error ha bajado muchísimo. Debe conformar un nuevo once con una reforma en la columna vertebral, a la que están llamados Rami, N'Zonzi y Llorente. Sacar lo mejor de estos tres pilares, saber llevar la competencia de tres delanteros de primer nivel, lidiar con las bajas en la zaga, dar con un relevo de garantías a Krychowiak, las rotaciones... son las pruebas diarias de un Emery que vuelve a estar ante un examen, el más difícil.
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