Ejercicio de autoridad (3-0)

Liga adelante

El Betis salió a por el partido desde el inicio y lo dejó encarrilado al descanso con los goles de Emana y Roversio · Rubén Castro salvó un segundo tiempo donde el equipo perdonó en demasía

Ejercicio de autoridad (3-0)
Ejercicio de autoridad (3-0)
Samuel Silva / Sevilla

02 de octubre 2010 - 17:51

Existía expectación por comprobar cómo reaccionaba el Betis a una semana difícil. A la digestión de la primera derrota de la temporada se sumaban los impagos, el cambio de presidente y la visita de una Ponferradina que podía llevar la relajación a las filas verdiblancas. Pero nada fue así. Pepe Mel, de momento, dirige un equipo comprometido que salió a por el partido desde el primer minuto y que al descanso prácticamente lo dejó finiquitado tras un magnífico gol de Emana y otro del debutante Roversio. Si ya era importante sumar tres puntos, más aun lo es volver a sumar a la causa a dos jugadores más.

Compareció el Betis con su once más habitual, después de que se confirmase el regreso a los extremos puros con Momo y Caffa, que entró por la ausencia a última hora de Israel. Y el equipo bético demostró tener la lección bien aprendida y le metió una marcha más al encuentro desde el inicio. Dos lanzamientos de esquina casi consecutivos dejaron las primeras ocasiones, en sendos remates de Dorado y Roversio, quien ya avisaba de lo que sucedería minutos después.

Aun así el empuje bético no se trasladó al marcador, tanto por los errores en la finalización, esta vez de Caffa, como por el buen posicionamiento de la Ponferradina. El equipo leonés, conocedor de su inferioridad, colocó una maraña en el mediocampo para dificultar a la zona de creación bética, donde Salva Sevilla no encontraba la fluidez necesaria. Como bien apuntaba la libreta de Mel, el Betis llevaba el balón a las bandas, donde intentaba crear la superioridad necesaria para romper el juego, pero ni así lograba descomponer al ordenado equipo de José Carlos Granero.

Pero, como los buenos equipos, y éste de Mel por el momento lo es, el Betis dispone de recursos para desastacar cualquier encuentro en Heliópolis. Un pase a la espalda de los centrales de Salva Sevilla, una aparición de Momo en la zona contraria, su visión para asistir de espalda a Emana y un tremendo disparo de éste a la media vuelta abrían el partido. Una combinación excelente que dejaba tocada a la Ponferradina y que, además, enganchaba de nuevo al camerunés al compromiso colectivo.

Continuaría el Betis con ese ritmo alto de juego que ofrece como mejor arma para desarbolar a los rivales, con esa movilidad de la gente de arriba, especialmente Rubén Castro, que generan espacios y ocasiones, como una de Salva Sevilla cuyo disparo se encontraría con el poste. La recompensa llegó tras un saque de esquina en corto, que Iriney aprovechó para penetrar hasta la línea de fondo y centrar al corazón del área, donde Roversio sólo tuvo que empujar a la red. 2-0 y el Betis ya sí imponía su autoridad también en el marcador.

Todo presagiaba que Heliópolis viviría una goleada en la segunda parte, pero entonces apareció la peor cara del Betis de Mel. Falto de intensidad e incluso concediéndole el balón a una inocente Ponferradina, el equipo verdiblanco pecó de suficiencia e incluso el tedio pareció apoderarse de la grada. La reacción desde el banquillo no se hizo esperar y, como casi siempre, Mel acertó con la entrada de Ezequiel, quien reactivó el partido. Con más florituras que efectividad, el canterano sí contagió su fútbol alegre al resto de compañeros y el carrusel de ocasiones se sucedería en la portería de Queco Piña.Y también la desesperación de Mel, que vio como Rubén Castro, que erró hasta en su especialidad del mano a mano, Emana o Salva Sevilla echaban por tierrar la oportunidad de una goleada. Luego llegarían el cambio de sistema con la entrada de Juande, la lesión de Miguel Lopes y el postrero gol de Rubén Castro para darle lustre al triunfo bético y, al menos, que la gente se marchase de Heliópolis con la satisfacción del deber cumplido.

No será la Ponferradina rival del Betis, apenas sirve como vara de medir un equipo disciplinado y obediente, pero falto de lucidez para improvisar, pero el Betis realizó un ejercicio de autoridad tras una semana complicada. Si alguien dudaba de la implicación del vestuario tras los impagos del club, nada queda más lejos de la realidad. Mel pidió a los suyos compromiso, intensidad y pegada y el Betis presentó las tres cosas, aunque el técnico demandase incluso más goles. Ya son cinco victorias en seis encuentros y el ascenso se coloca tres puntos más cerca. Eso, y no quien es el figurante que se sienta en el palco, es lo que le interesa al bético.

Ficha técnica:

3 - Real Betis: Goitia, Miguel Lópes, Roversio, Dorado, Nacho; Iriney, Salva Sevilla, Caffa (Juande, m.66), Emaná, Momo (Ezequiel, m.59) y Rubén Castro.

0 - Ponferradina: Queco Piña; Cristian, Cuadrado, Luis Prieto (Víctor Salas, m.64), Redondo; Tobio (Del Olmo, m.46), Jonathan Ruiz; Iván Pérez, Saizar, Miguel Ángel, y Mayor (Yuri, m.56).

Goles: 1-0, m.23: Emaná. 2-0, m.41: Roversio. 3-0, m.92: Rubén Castro.

Árbitro: Francisco J. Ontanaya (c.castellano-manchego). Mostró tarjeta amarilla a Roversio (m.33), Toribio (m.43), Jonathan Ruiz (m.62), Emaná (m.72), Iván Pérez (m.80), Iriney (m.86).

Incidencias. Partido disputado en el estadio Ruiz de Lopera ante unos 25.000 espectadores en tarde casi veraniega. Terreno de juego en regulares condiciones.

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