Eindhoven, Glasgow, Turín... y Varsovia, un relato de gloria

Liga Europa: Análisis histórico

El Sevilla, justo un año después de su tercera corona, logra meterse en su cuarta final continental. La legión de Emery aspira a repetir la proeza del doblete histórico de Juande.

Foto: Antonio Pizarro
Foto: Antonio Pizarro
Texto: Eduardo Florido / Vídeo: Antonio Pizarro (Enviado Especial A Florencia)

15 de mayo 2015 - 05:02

Unai Emery volvió a hacerlo. Un año después de lograr su tercera corona continental, el Sevilla, su Sevilla, se metió en la segunda final consecutiva de la Liga Europa. La grandeza europea del club blanquirrojo ya quedó demostrada el pasado 14 de mayo de 2014 en Turín y ahora la legión de Emery aspira a repetir la proeza histórica de aquel doblete mágico que logró el Sevilla de Juande Ramos, Kanoute, Daniel Alves, Luis Fabiano, Javi Navarro, Jesús Navas, Puerta y Palop. De nuevo en el norte de Italia, de nuevo otro 14 de mayo para el recuerdo, de nuevo el Sevilla alzando su voz en el Viejo Continente en pro de la hazaña inédita de lograr cuatro copas de la UEFA. Varsovia es el nuevo destino de este equipo que volvió a sufrir una remodelación importante, con una docena de jugadores nuevos, a los que el técnico de Fuenterrabía volvió a modelar, con similares críticas al inicio del curso, hasta construir otro equipo para la leyenda.

Será una empresa complicadísima superar a Inter, Liverpool y Juventus en número de títulos de la UEFA. Pero también parecía imposible el curso pasado que un Sevilla sin Negredo, sin Jesús Navas, sin Palop, sin Medel y sin Kondogbia lograra inscribir su nombre entre la aristocracia del fútbol continental. Tras las dos Copas de la UEFA ganadas en 2006 y 2007, el equipo de Emery inició su nuevo periplo conquistador en el lejano agosto de 2013 con la peregrina idea de repetir la gloria de aquel inolvidable grupo que adiestró Juande Ramos y que conquistó Europa en el bienio exitoso que va del 10 de mayo de 2006, en Eindhoven, al 19 de agosto de 2007, en el Santiago Bernabéu. La muerte de Antonio Puerta cercenó de forma abrupta aquella etapa memorable. Pero si el Sevilla de Beto, Fazio y Rakitic logró seguir la estela de aquel Sevilla de Palop, Daniel y Kanoute, ¿porque no va a igualar tal proeza ocho años después, el Sevilla de Sergio Rico, Banega y... Aleix Vidal?

El Sevilla ha ido curando sus heridas y pagando deudas consigo mismo pese a su continuo reciclaje. La primera deuda que saldó fue la que tenía con Puerta, el héroe que abrió la llave del aluvión de plata con su zurdazo en la noche mágica del 27 de abril de 2006, Jueves de Feria en el calendario de la ciudad. Cuatro años después, con la Copa del Rey que levantó Palop enfundado en la camiseta con el dorsal 16 de Puerta en el Camp Nou, el equipo, el club y la afición sevillistas le dedicaron el título al inolvidable futbolista de Nervión. El curso pasado, por fin levantó un título con el Sevilla Reyes, uno de los mejores canteranos de la historia del club que nunca había saboreado su gloria, sino que fue testigo, en las filas del Atlético, del último título nacional nervionense, el de 2010.

En Turín se encumbraron Beto, Fazio, Vitolo, Gameiro... y Rakitic, líder y capitán de aquel equipo que levantó un título contra todo pronóstico. Hoy ya nadie se acuerda de los que no están pero el espíritu indomable de estos legionarios que adiestra Emery, de Carriço a Krychowiak, de Mbia a Fernando Navarro o Coke, persiste no sólo en los protagonistas de aquella final. A gente que ha crecido en el Sevilla como Iborra y Bacca se ha unido savia nueva que da otro empuje distinto, futbolistas cuyos fichajes fueron muy criticados y que ahora son indiscutibles, desde Aleix Vidal, que simboliza la fe en sí mismo de este Sevilla, hasta Kolodziejczak, Tremoulinas o Banega, el líder del equipo desde el talento.

En el espíritu de los futbolistas que defienden el escudo del Sevilla también estará Pareja, el jefe natural de la zaga que se lesionó gravemente la rodilla en San Petersburgo. La rotura del cruzado lo apartó drásticamente de esta nueva aventura continental y todos quieren dedicarle el título, como ya le dedicaron goles en un Sánchez-Pizjuán enfervorecido ante Barça y Madrid, antesala de la noche mágica en la que Nervión se llenó de rojo hasta la bandera ante la Fiorentina. Porque el sevillismo, dubitativo en el inicio de otro curso en el que Emery debía levantar un nuevo equipo, fue volcándose con este Sevilla que ya tiene otra fecha en el objetivo: Varsovia, 27-05-2015.

Cuatro Supercopas y dos triunfos engrandecedores

El Sevilla de las copas en blanco y negro no pudo refrendar sus títulos con las modernas supercopas. Cuatro de estos trofeos ha disputado el equipo nervionense en su ciclo glorioso entre 2006 y 2010, con dos triunfos muy sonados al producirse ante los dos gigantes todopoderosos del fútbol español, el Barcelona y el Real Madrid. Las dos derrotas llegaron ante el Milan y el Barcelona. El primer torneo de estas características que disputó el Sevilla fue la Supercopa de Europa, en Mónaco, el 25 de agosto de 2006. El equipo de Frank Rijkaard, al mando de Ronaldinho, Messi y Xavi, había ganado la Copa de Europa ante el Arsenal, pero el Sevilla de Juande Ramos lo sorprendió con un contundente 0-3, gracias a los goles de Renato, Kanoute y Maresca, de penalti cometido sobre Puerta. Un año después, el campeón de Glasgow volvió a levantar un título en el Bernabéu, donde había ganado al Getafe la Copa dos meses antes. Fue la Supercopa de España. Tras el 1-0 de la ida, el Madrid cayó el 19 de agosto de 2007 por un histórico 3-5 (dos de Renato y tres de Kanoute). Días después murió Puerta y el Sevilla, tras enterrar a su héroe, cayó en Mónaco ante el Milan (3-1). Ya en 2010, tras dedicarle la Copa del Rey a Puerta, perdió ante el Barcelona la Supercopa de España (3-1 en la ida y 4-0 en la vuelta).

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