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Dudas por doquier

El derbi sevillano · la presentación

La posición de Rakitic en el Sevilla y el sistema a utilizar por el Betis, las dos principales incógnitas.

Unai Emery sostiene una barrera con una mano y su carpeta con la otra durante un entrenamiento.
Javier Mérida

19 de noviembre 2013 - 05:02

Tras una semana de parón liguero que apenas ha servido para que la mayoría de los futbolistas descansen y los técnicos recuperen efectivos, el derbi número 117 según el fútbol de Sevilla comenzó a anunciarse este lunes en los carteles y comenzará a rematarse el domingo cuando a eso de las nueve de la noche los futbolistas de ambos equipos salten al césped de Nervión.

Significará el colofón a una semana larga e intensa, ya que toda la hojarasca ya ardió en esta previa descafeinada que supuso el stop al fútbol de competición. Aun así, el clásico hispalense asoma atiborrado de incógnitas, algunas de las cuales igual no se despejen hasta la hora de autos, o unos minutos antes cuando los delegados entreguen la hojilla de alineaciones al árbitro.

Las dudas andan instaladas en ambas escuadras y atañen a los sistemas de juego, a la ubicación de algunos futbolistas, a la desconfianza, más acuciada en el Betis, en las propias posibilidades, a unas defensas que son las más goleadas de la Liga exceptuando la del Rayo Vallecano, a un entrenador discutido por su grada y a otro al que miran peor los que mandan... Incógnitas, dudas casi todas ellas, que hallarán respuesta en el partido de los partidos para los sevillanos.

M'Bia y Rakitic

Unai Emery está pendiente de cómo regrese M'Bia tras su periplo con Camerún para confeccionar su alineación, ya que el africano es fijo si sus molestias físicas se lo permiten. La otra duda menor en la alineación reside en la delantera, toda vez que Bacca ha aprovechado bien la lesión de Gameiro, sobre todo con su golazo en Cornellà. Ahora regresa el francés y, en principio, sólo cabe uno de ellos...

Aunque ello va a depender de la posición de Rakitic. Si el suizo, que este martes juega con Croacia en Zagreb frente a Islandia, vuelve al mediocentro Emery podría decidirse por dos puntas, e igualmente si faltase M'Bia. En caso contrario, Iborra se emparejaría con el camerunés y Jairo, Rakitic y Vitolo formarían la línea de tres con un solo punta.

La defensa de cinco

Hay quien piensa que es por despistar, pero un entrenador, en este caso Mel, no pierde más de un entrenamiento en probar con una defensa de tres centrales si no ha pensado en utilizarla. Bien es cierto que podría ser una variante a usar si se adelantase en el marcador, pero no es desdeñable que este Betis tan feble atrás se forme con Amaya, Paulao, Jordi y Steinhöfer o Juanfran y Dídac en las bandas, sobre todo si Nacho no da el OK tras una semana sin entrenarse.

Aun así, la presencia de Rubén Castro, que llegará muy justo de físico y habrá que ver en qué estado anímico, casi obliga al 4-4-2, sistema fetiche de Mel y que obligaría a Verdú a caer tibiamente a una de las bandas para que la otra la explotase Vadillo.

En distinto momento

Si el Betis hubiera podido cambiar la fecha del partido quizá lo hubiese hecho. Colista destacado, tras seis partidos sin ganar y con goleadas más o menos ominosas por el camino, visitar Nervión no es lo más deseable.

Al Sevilla, por contra, le viene el partido con mejor dinámica. Cierto que salió vapuleado del Bernabéu y cayó en casa frente al Celta, pero la victoria frente al Espanyol ha tenido un efecto cauterizador que va más allá de lo normal. Y es que romper con una racha de más de un año sin ganar fuera de casa ha servido para limpiar la conciencia de más de uno y para que haya quien comience a ver que el equipo sí tiene el espíritu que parecía perdido desde hace años.

Ocurre que una derrota lo tiraría todo por la borda, circunstancia contraria a la que se podría vivir en verdiblanco, ya que la inyección anímica sería vital.

Los entrenadores

Unai Emery está muy discutido desde todos los sectores del sevillismo, aunque principalmente por la afición. El juego del equipo no convence y, además, todo se ha focalizado en la posición en la que a él le gusta Rakitic, en el centro del campo. Para el técnico es un tema menor, pero o gana tres partidos seguidos e impulsa al Sevilla con su estrella ahí o acabará en la calle porque la presión acabará devorándolo. La otra salida es dar continuidad a lo esbozado en Cornellà con Carriço e Iborra, aunque en esta ocasión el portugués jugará en la defensa por la baja de Pareja.

Pepe Mel gusta menos en los despachos de Heliópolis que en la grada. Los mismos que han puesto en sus manos una plantilla menor se dedican a hacer pasillos responsabilizando al técnico del, para ellos, inesperado rendimiento del equipo. Con todo, una derrota en Nervión lo dejaría tocado y más de un oportunista se uniría a la lista de detractores que se va confeccionando.

Lo mejor para Sevilla y Betis es que ninguno de sus entrenadores nota esta presión. Emery da la impresión de vivir ajeno al entorno. Desconfiado como nadie, apenas se relaciona y su hábitat es la ciudad deportiva y sus futbolistas. A Mel, más sociable y permeable al entorno, lo refuerzan su impecable trabajo de tres años y la impericia manifiesta de los que tendrían que tomar la decisión, que hallarían el rechazo de gran parte del beticismo, sabedor ya de quién es quién en un club que depende sobremanera de cómo sople el viento.

El 5-1 y el 3-3

La sensación que experimente más de un futbolista bético al pisar el césped de Nervión no será ajena al juego. El sonrojante 5-1 del curso pasado será lo primero que se les venga a la cabeza a Rubén Castro y Paulao, los dos únicos que repetirán titularidad. Es la gran baza psicológica del Sevilla, atenuada por el 3-3 de la vuelta que supo a triunfo en verdiblanco con el postrero gol de Nosa. Es el único antecedente con Emery y Mel.

Las peores zagas

Las dudas en la defensa, debidas en gran medida a los numerosos cambios por lesión, e incluso en ambas porterías han provocado que en 13 partidos el Sevilla haya encajado 24 goles y el Betis 26. Son los peores si se salva al Rayo, aunque al derbi acudirán con sus mejores efectivos, al menos en lo que respecta a las parejas de centrales: Fazio-Carriço y Paulao-Amaya, sin menospreciar a Pareja y Perquis, del nivel de los anteriores. En las bandas, el Sevilla no defiende bien con Figueiras y Alberto Moreño y en el Betis sólo Nacho tiene fundamentos, ya que Juanfran y Steinhöfer son más como los anteriores.

El efecto Rubén Castro

Aterriza justito, pero el canario es el único futbolista capaz de equilibrar la mayor pegada sevillista. 23 goles a favor contra 12 hablan por sí solos. Las alternativas de Emery se multiplican y en el banquillo podría sentarse junto a Marin y Gameiro. Mel girará su cabeza hacia Chuli si necesita un revulsivo. Braian lo verá en la grada o por televisión.

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