Doble premio para Corea del Sur: octavos y exención servicio militar
Octavos de final
Los surcoreanos celebran la primera clasificación para las eliminatorias finales fuera de su país.
El presidente Lee Myung Bak envió un telegrama de felicitación, el país se sumió en el delirio y los jugadores de Corea del Sur pronto podrían tener más motivos para el júbilo.
Tras clasificarse por segunda vez a octavos de final de un Mundial, la Federación Surcoreana de Fútbol confía en una recompensa especial del gobierno: que los jugadores jóvenes queden exentos de cumplir el servicio militar obligatorio.
"Ese es su deseo", dijo el presidente de la Federación, Cho Chung Yun, como portavoz de sus futbolistas después del 2-2 contra Nigeria el martes en Durban.
Después de que los asiáticos superasen por vez primera la ronda previa hace ocho años en su propia casa, los jóvenes profesionales tampoco tuvieron que enfundarse el uniforme. Entonces, llegaron hasta semifinales con dos eliminatorias bastante polémicas, ante Italia y España, en especial la primera.
El presidente, los aficionados y los medios de comunicación festejaron el éxito como un nuevo capítulo en la historia del fútbol surcoreano.
"Lo celebro junto con la gente y les felicito por llegar por primera vez a la ronda de los mejores 16 en un Mundial fuera de nuestro país", dijo en un telegrama Lee Myung Bak.
Por haberlo dado todo hasta el último momento, los jugadores ínfundieron a sus compatriotas "valor y esperanza", escribió el presidente.
Con ese éxito parcial, el equipo hizo realidad un "sueño largamente acariciado", comentó el diario de mayor tirada del país, Chosun Ilbo. Desde su debut en el Mundial 1954 en Suiza, Corea del Sur nunca había superado la fase previa en suelo extranjero.
"Fue el momento que todos habían esperado". El diario The Korea Times habló en términos entusiastas de una "nueva epopeya" en la historia del fútbol surcoreano.
Más de medio millón de personas siguió en todo el país las incidencias del partido en gigantescas pantallas al aire libre.
Ya horas antes del pitido inicial se congregaron numerosos aficionados vestidos de rojo ante los lugares de transmisión públicos. Sólo en Seúl, unos 250.000 aficionados festejaron de madrugada el avance a la ronda del K.O, donde Corea del Sur se medirá a Uruguay.
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