El Deportivo sale del descenso y el Zaragoza se mete en un lío

Liga bbva

Los gallegos han ganado al Espanyol por 2-0 y se benefician de la remontada del Athlétic de Bilbao en su visita a Zaragoza (1-2).

EFE

19 de mayo 2013 - 22:32

El Deportivo ha logrado salir de los puestos de descenso dos semanas después de haber caído a ellos. El conjunto gallego superó al Espanyol (2-0) en Riazor y se benefició de la remontada del Athletic de Bilbao en su visita al Zaragoza (1-2), al que sobrepasó en la clasificación. Por su parte, el Osasuna se ha quedado sin margen de error de cara a la penúltima jornada de la Liga BBVA tras la victoria de los gallegos, que se sitúan a un punto de los rojillos.

Bruno Gama y Nelson Oliveira han dejado al rojo vivo la lucha por esquivar el descenso con dos goles que permitieron al Deportivo sumar una victoria clave en su pugna por la permanencia ante un Espanyol que se aleja de Europa. El partido sirvió para traer mejores tiempos a la memoria de los aficionados que acudieron a Riazor, pues se cumplían 13 años desde que el 19 de mayo de 2000 el equipo coruñés conquistara su primer y único título de Liga, precisamente en otro enfrentamiento entre el Deportivo y el Espanyol que terminó con el mismo resultado, aunque con unas connotaciones totalmente distintas a las actuales. El Espanyol quería dejar claro desde los primeros instantes que no llegaba de paseo a Riazor y que no se rendía en su lucha por entrar en Europa, así que a los tres minutos llegó el primer aviso, en un centro desde la banda derecha de Sergio García que Stuani estrelló de cabeza en el larguero, cuando la afición coruñesa ya se temía lo peor. El Deportivo se repuso pronto del susto y en el primer cuarto de hora dispuso de tres oportunidades para inquietar a Cristian Alvarez, primero en un remate demasiado cruzado de Riki, luego en una chilena desviada de Zé Castro y finalmente en un mano a mano casi sin ángulo de Pizzi, que salvó el portero del Espanyol con una buena intervención. El partido entró entonces en una fase de juego anodino, en la que no estaba claro si el Deportivo llevaba más la iniciativa por deseo propio o por la voluntad del Espanyol de ceder terreno para buscar algún contraataque, pero la realidad es que ninguno de los dos equipos parecía estar cerca del gol.

El descanso sirvió como inyección de adrenalina para los dos equipos, con una segunda parte que empezó con un ritmo frenético, ya que el Espanyol sólo necesitó un minuto para meter el miedo en el cuerpo a la afición del Deportivo. Wakaso organizó un rápido contraataque para dejar a Sergio García completamente solo ante Aranzubia, pero el portero sacó una mano salvadora para ralentizar el disparo y dar tiempo a Sílvio para despejar el balón cuando ya se colaba en la portería, ante las protestas de los jugadores del Espanyol, que reclamaron un supuesto gol fantasma. Sólo tres minutos tardó el Deportivo en responder y no pudo ser de forma más contundente, porque Bruno Gama se hizo hueco con un recorte en la frontal del área y se inventó un potente disparo lejos del alcance de Cristian Álvarez, que sólo pudo contemplar cómo el balón entraba en su portería. El Deportivo había pasado en un momento de poder verse en desventaja a tener el marcador a favor, e incluso pudo ampliar la renta a los 59 minutos, cuando Riki se marchó de Baena, pero se hizo un lío ante Cristian Álvarez. Si el portero del Espanyol estuvo seguro durante toda la tarde, Aranzubia no quiso ser menos y evitó el empate a los 65 minutos con otra acertada intervención después de un remate de Verdú que se había envenenado. Fernando Vázquez decidió entonces amarrar el resultado y dio entrada a Kaká por Valerón, un defensa por un media punta, con lo que el Deportivo pasó a jugar con un esquema de tres centrales. El empuje del Espanyol no generó demasiado peligro y las dudas del Deportivo desaparecieron en el tiempo de prolongación, cuando Nelson Oliveira picó el balón encima de la salida de Cristian Álvarez para sentenciar la victoria de su equipo.

El Zaragoza, en un lío

En el otro partido, al Athletic Club le bastaron poco más de diez minutos de inspiración, a la vez que de indolencia del Real Zaragoza, para asegurarse matemáticamente la permanencia y meter en un lío de dimensiones considerables al equipo aragonés, que vuelve a los puestos de descenso y pasa a depender de otros para lograr la permanencia. Zaragocistas y bilbaínos saltaron al terreno de juego sabiendo que su rival directo por la permanencia, el Deportivo, había derrotado al Espanyol lo que dejaba a los maños en puestos de descenso y a los bilbaínos con la necesidad de sumar para poder respirar por fin tranquilos. Los dos equipos tuvieron muchos problemas para distribuir el balón con criterio, en un partido que comenzaron con más intensidad que ideas para tratar de superar al adversario. Los rojiblancos intentaban controlar más el balón que su rival y sobre todo buscando sorprender entre líneas a la defensa zaragocista, a la que también le buscaban la espalda pero sin efectividad porque sus atacantes se quedaban enganchados en el fuera de juego. Los zaragocistas todavía tenían más problemas para llegar hasta las inmediaciones del área de Iraizoz, hasta que una buena conexión de Apoño en el centro del campo con Montañés le permitió centrar un balón que encontró la cabeza de Postiga para adelantarse en el marcador. Los hombres de Manolo Jiménez no tenían la inspiración que habían mostrado en sus dos anteriores comparecencias ante su público, sobre todo a la hora mover con peligro el balón, pero aún así dispusieron de hasta tres ocasiones claras para irse al descanso con una ventaja todavía más cómoda. Los bilbaínos no terminaban de enlazar sus jugadas e incluso cometían algunos errores en sus controles que propiciaron alguna de las ocasiones mañas que sin embargo no supieron resolver favorablemente. En la última acción del primer tiempo los rojiblancos volvieron a superar por la espalda a los defensores blanquillos y el remate anulado de cabeza de De Marcos se fue al fondo de las mallas, con el consiguiente susto para la abarrotada grada de La Romareda.

Tras el descanso, el partido entró en una fase absolutamente anodina en la que salvo un remate de Postiga a los cinco minutos, las únicas acciones de peligro llegaban en centros a balón parado. A los diez minutos Ibai lanzó fuera una falta ajustada y al cuarto de hora fue el recién entrado Rochina el que botó una falta muy cerrada que en un intento de despeje Iraizoz estrelló en el larguero. Como el resultado le valía a los maños empezaron a ceder metros en el terreno de juego a su adversario que empezó a irse hacia arriba casi sin querer. Fue su perdición. Con un incisivo Llorente arriba y creando peligro por las bandas a los blanquillos les faltó contundencia para alejar un balón que ya había sacado como había podido Roberto y el delantero riojano terminó mandando el balón al fondo de las mallas. A falta de diez minutos los maños trataron de irse para arriba en busca de una victoria que habían dado por segura durante demasiados minutos terminaron viendo como incluso se les esfumaba el empate en una acción brillante de De Marcos hasta la línea de fondo que culminó de espuela Ibai.

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