Decisivo cuando había que serlo
granada - sevilla · MARCAJE AL HOMBRE
Reyes despunta en una gran primera mitad, descerraja al Granada desde la izquierda y encauza el triunfo con un soberbio pase a Negredo y varios centros letales. El gol premió el trabajo del vallecano.
Hay futbolistas distintos, jugadores que tienen la quintaesencia del fútbol grabada a fuego en su ser, y Reyes es uno de ellos. El mediapunta utrerano es un jugador que no pasa desapercibido para nadie, ni para la legión de admiradores que siempre tuvo, sobre todo por estos lares, ni para esa otra legión de críticos que se ha ido forjando por su habilidad para ausentarse de los partidos y las temporadas. Recientemente, Abel Resino, su ex técnico en el Atlético, fue el penúltimo en cargar duramente hacia su actitud. "A mí me criticó después de que yo saliera del Atlético -soltó en noviembre, en plena polémica entre Reyes y Manzano-. Reyes no es profesional del fútbol. El Atlético de Madrid le ha dado galones a quien no los merece". Ayer, Reyes le respondió sobre el campo, con una soberbia primera mitad en la que abrió al Granada desde la izquierda y dio el gol a Negredo en un momento clave.
Reyes fue decisivo cuando había que serlo, cuando el Granada-Sevilla se había convertido en un precioso partido de ida y vuelta que por momentos justificó el desagradable horario del lunes por la noche, tan desangelado.
En esa vibrante primera mitad, jugada de área a área, con los mediocampistas sin saber a dónde acudir ante el elevado ritmo de dos equipos que se empleaban a fondo con transiciones rapidísimas, Reyes comenzó a minar al equipo de Abel con conducciones, cambios de orientación y centros venenosos. Hasta que dio con la tecla y puso de cara el partido con un excelso pase, propio de las grandes estrellas, a Negredo. Recibió de Medel, vio a su compañero y cogió a contrapié a la defensa granadinista, para que éste se reencontrara con el gol justo dos meses después de su último tanto. El anterior fue el 26 de enero, en el derbi. El gol que abrió la espita premió el gran trabajo que ya anunció el ariete vallecano en Santander y al que ayer le dio continuidad con otro partido para el equipo. Negredo también ha vuelto de verdad.
Al utrerano le vino bien el mensaje que le envió Míchel en la previa del partido del Racing y también el banquillazo. Se reivindicó pese a que para algunos pudiera pasar desapercibido todo lo que generó. Y lo hizo en las barbas de Abel, el técnico que no lo comprendió justo antes de que Quique Sánchez Flores le diera los galones que luego quisieron quitarle en el Calderón. Ahora empieza a justificarlos en el Sevilla.
Con Míchel, que lo ha reubicado en la izquierda, Reyes no había plasmado su calidad en el campo hasta ayer. Le dio la noche a Nyom y procuró un sinfín de balones al área, como el que Negredo casi cuela con un cabezazo por encima de Roberto. O ese otro jugadón que terminó con el balonazo de Medel a Trochowski. Luego, cuando se amainó el partido, también se apagó Reyes, que sigue sin marcar. Pero ya había hecho su labor de zapa, con calidad y ganas.
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