Cuenta atrás para Banega

El hombre de moda en el Sevilla es Éver Banega y ya se sabe lo que suele pasar cuando un futbolista de calidad se sube a la cresta de la ola en Nervión. El argentino es principal candidato a protagonizar el próximo gran traspaso en blanquirrojo, si el asunto de su renovación sale como quieren los rectores del club nervionense. De entrada, el mediocampista está en plena cuenta atrás para que se produzca la renovación automática de su contrato actual, que tiene una elevada cláusula a pesar de que firmó en unas condiciones de incertidumbre y por pocos años: 30 millones de euros. Pero el Sevilla, que ya preveía que Banega podría volver a brillar incluso hacerlo más que nunca, ató bien atada aquella operación cuando lo fichó del Valencia por 2,5 millones de euros, con un contrato corto de dos años más otro opcional.

La estructura económica del club y la redacción de sus contratos tienen una lógica hilazón mercantil. El Sevilla, este Sevilla, no puede blindar con elevadas cláusulas a sus jugadores de referencia porque la posibilidad de ejercer de trampolín es uno de los principales atractivos para atraer a futbolistas como Banega. O como Gameiro. O como Rakitic y Bacca, que dejaron unos 50 millones de euros entre ambos después de un elevadísimo y exitoso rendimiento deportivo.

Es el discurrir habitual de este club, que necesita reinventarse cada verano para seguir intentando competir al más alto nivel, y para ello necesita reciclar su plantilla, por pura supervivencia. Cada año, en su Junta General de Accionistas, Juan Luis Villanueva, consejero responsable del área económica, expone perfectamente este modelo, en el que los ingresos ordinarios (abonos, derechos televisivos, taquillaje, patrocinios, marketing...) se implementan con los ingresos por traspasos para poder invertir más en rendimiento deportivo, pagando buenos contratos a una plantilla cuyo coste actual, por ejemplo, es el más elevado de toda la historia del club: 89,5 millones de euros, de los cuales alrededor de 20 millones corresponden a amortizaciones de los traspasos.

El club está llevando con mimo y máxima cautela la negociación para abordar la renovación y ampliación del contrato de Banega, que expira en junio de este año salvo que alcance la cifra de 30 partidos oficiales, para lo que le quedarían seis (deben contabilizarse más de 45 minutos por partido para que computen). El deseo del Sevilla es retener al jugador, pero cuando los clubes potentes económicamente llaman a la puerta es imposible aguantar a este tipo de futbolistas, entre otras cosas porque los contratos que les ofrecen duplican casi lo que puede darles el Sevilla. Por eso, quiere atarlo lo mejor posible y para ello cuenta con la fuerza de la renovación automática.

El argentino ha jugado menos de lo que parece dado su enorme protagonismo. Fuera de casa en Liga lo ha hecho muy poco, por ejemplo. De hecho, apenas lleva acumulados 16 partidos de las 24 jornadas ligueras disputadas, aunque sólo en 14 de ellos jugó más de 45 minutos. A estos habría que sumar el de la Supercopa de Europa, cinco de Champions -fue baja en Turín por un esguince de rodilla- y cuatro de Copa del Rey, aunque ha participado en cinco. En total, Banega acumula 24 partidos en los que ha jugado más de 45 minutos.

El argentino está en el momento más dulce de su carrera. Gracias al Sevilla, ha vuelto además con su selección y ha alcanzado la cifra más alta de goles desde que es profesional. El líder del juego de ataque sevillista ha igualado su mejor marca de goles en la Liga, 4, pero además ha anotado otros 4 goles en el resto de competiciones para sumar ocho en total, una cifra muy apreciable. Evidentemente, estas cifras realizadoras suben su caché y en Italia continúan asegurando que el curso que viene será jugador del Inter, mientras que no se puede olvidar que también ha sonado con fuerza para el Manchester United. La cuenta atrás está ahí.