Claramente, otro modelo de juego

Villarreal | sevilla

Práctico, directo y a la contra, el Sevilla se muestra ahora más cómodo fuera de casa, con muy poca posesión, que teniendo que llevar la iniciativa La estrategia vuelve a ser decisiva

Claramente, otro modelo de juego
Claramente, otro modelo de juego
Jesús Alba

22 de diciembre 2013 - 05:02

Un mismo equipo puede pasar por fases distintas respecto a su modelo de juego. Emery intentó sin éxito implantar uno que, si bien en casa le fue bien, en sus desplazamientos fue un desastre, con 14 meses sin ganar a domicilio aunque no todos podían achacarse a su dirección puesto que llegó en enero, cuando aún no ha hecho un año. En Cornellà el técnico eligió un modelo distinto acuciado por una situación límite, una filosofía de juego con más importancia para el sistema defensivo y una salida más directa del balón, algo que también condiciona la posición de Rakitic.

Ahora, las tornas han cambiado. El Sevilla se muestra más cómodo en ese modelo de juego, sin posesión, más práctico y más directo y sufre cuando tiene que proponer un plan, cuando tiene la obligación de tener el balón y hacerlo llegar arriba desde su propia portería. Las consecuencias de todo ello es que ha mejorado notablemente los números fuera de casa (tres victorias en las últimas tres salidas) y ha entrado en una preocupante depresión como local, donde el pasado miércoles caía en Copa ante un Segunda B.

En Villarreal, ante un rival mejor clasificado, el equipo que se proponía a principios de Liga plasmar la superioridad en un juego ofensivo, vistoso, colectivo y muy elaborado desde el primer pase del portero ganó con un porcentaje bajísimo de posesión, metiendo el balón arriba saltándose las líneas con juego directo y esperando la oportunidad de salir al contraataque. Para ello, recurrió incluso a un sistema más simple, con una línea menos, como el 4-4-2, una variante del patrón de cabecera de Emery con Rakitic como delantero.

DEFENSA

El cambio en la identidad del equipo se mide ya desde que uno examina a los laterales. Los ofensivos Figueiras y Alberto Moreno -también es verdad que eran bajas obligadas- han dado paso a Coke y Fernando Navarro, cuya filosofía más defensiva se podía apreciar hasta en el detalle de que los saques de banda los ponían en juego los extremos. Igual pasa con los pivotes. Iborra y Carriço no son llamativos, pero con ellos los centrales pasan por menos apuros, ya que al no perder éstos la posición, ni Cala ni Fazio tuvieron que salir ni una sola vez de su zona para romper el orden en la disposición del equipo.

ATAQUE

La salida del balón es buscar el juego en largo. La posición de Rakitic condiciona el comportamiento del equipo con posesión y ni la defensa ni el portero buscan el pasteleo de otras épocas que tantos sustos y algún disgusto (como ante el Celta) dio al Sevilla. El pelotazo largo tanto de Beto como de los centrales es la vía para llegar arriba, la segunda jugada también funciona y las líneas se saltan en menos tiempo y en menos toques. El porcentaje de posesión cae, pero el riesgo atrás también. Las ideas están muy claras y el contragolpe, sobre todo en la segunda parte, es la vía más válida junto a la estrategia.

VIRTUDES

El juego a balón parado, algo que temía Marcelino, vuelve a sacar del apuro al equipo de Emery.

TALÓN DE AQUILES

Cierta pérdida de control al final por la columna central.

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