Campeones en Tiflis

Supercopa del Europa · La previa

El Sevilla busca otro más difícil todavía ante las estrellas del Barça de Messi, pero con el orgullo henchido. Los blancos, dispuestos a competir, valoran que están aquí por su título.

Gameiro, que será la referencia atacante del Sevilla, golpea el balón ante la mirada de Denis Suárez, Cotán y Escudero en el Boris Paichadze Dinamo Arena.
Gameiro, que será la referencia atacante del Sevilla, golpea el balón ante la mirada de Denis Suárez, Cotán y Escudero en el Boris Paichadze Dinamo Arena.
Francisco José Ortega (Enviado Especial A Tiflis)

11 de agosto 2015 - 05:02

Nuevo examen de los exigentes para un Sevilla ya acostumbrado a ellos, e incluso a sacarlos adelante con nota. El cuadro de Unai Emery se plantó el lunes en Tiflis, la capital georgiana, con la intención de pelear de tú a tú con esa constelación de estrellas que militan en el Barcelona con Lionel Messi a la cabeza. Está claro que es algo así como el más difícil todavía, uno más, pero los sevillistas están dispuestos a competir a pesar de los problemas tanto exógenos como endógenos y siempre con el orgullo de que los dos equipos que están hoy en estas tierras que, curiosamente, ya fueran conocidas como Iberia en los primeros tiempos del cristianismo, lo hacen en su condición de campeones de Europa.

Porque el Sevilla no juega esta Supercopa a 5.500 kilómetros de distancia porque fue elegido para comparecer en el Trofeo Carranza, por citar a uno de ellos, sino que lo hace porque porta la vitola de haber sido campeón de la Liga Europa, algo que ya hiciera en tres ocasiones anteriores. Los blancos jugaron las dos primeras en Mónaco, donde incluso se impusieron a otro rutilante Barcelona en 2006, mientras que el pasado año caían contra el Real Madrid en Cardiff.

Precisamente el primer objetivo de Unai Emery, Monchi y, por supuesto, José Castro era tratar de llegar a este partido tan atractivo en el aspecto mediático en un mejor momento que en el anterior curso. Entonces, por ejemplo, se cerraba el traspaso de Alberto Moreno al Liverpool justo en el mismo día de la finalísima y todo eso produjo una sensación de provisionalidad que pudo afectar al rendimiento global del equipo. El resultado fue un descorazonador 2-0 para los madridistas y la sensación de falta de competitividad de los nervionenses, algo que no tendría nada que ver con lo que con el paso de los meses sería todo el curso balompédico.

Eso, por tanto, trataron de evitar los responsables del cuerpo técnico y el máximo dirigente del club. Por ello, aceleraron la planificación, siempre tratando de confirmar las primeras opciones a la hora de los fichajes, y tuvieron la plantilla prácticamente cerrada cuando se iniciaba la pretemporada. Pero el fútbol, como todo en la vida, puede ser caprichoso y echar por tierra cualquier planificación por muy sesuda y meditada que ésta haya sido. El edificio, aparantemente muy sólido, se agrietaba la semana pasada por sus cimientos, por donde se puede derrumbar todo. Primero caía, oficialmente eso sí, Carriço, con una rotura muscular que lo deja varado durante unas tres semanas. Después se confirmaba que Rami y Kolodziejczak, los dos centrales disponibles, se habían intoxicado con la samonela en una comida privada en compañía de Nzonzi y de algún futbolista francés más. En una demostración más de la fiabilidad de la Ley de Murphy Emery se quedaba sin centrales para la final.

Porque tanto Rami como Kolodziedjczak perdieron un mínimo de cinco kilos, según confirmaron a Diario de Sevilla fuentes solventes del club. Aunque parece que Rami está cada vez mejor e incluso ayer entrenaba con cierta intensidad junto a sus compañeros, lo que resulta evidente es su debilidad y tal vez sería un riesgo ponerlo a pelear con delanteros tan reputados como los que tiene el Barcelona en su plantilla. Kolodziejczak, sin embargo, está absolutamente descartado y en el caso de Nzonzi ayer se confirmaba oficialmente lo que ya se sabía por todos lados, que no podrá ni viajar siquiera por su debilidad.

Mala suerte, cosas del destino, llámesele como se prefiera, pero lo cierto es que ahí anda Emery tratando de buscar todas las combinaciones posibles para que la estructura del equipo no se resienta. Si finalmente Rami no está en condiciones, que no es algo seguro ni muchísimo menos, todas las papeletas pertenecen a Coke y Krychowiak para formar esa pareja de centrales entre dos futbolistas que no están habituados a jugar en esa posición tan específica. Esa opción se abre después de ver el rendimiento conjunto de ambos durante un tramo de la segunda parte del último amistoso contra el AEK en Atenas. Hasta ahí bien, sería lo más lógico tal vez, aunque quede la incógnita en el ambiente sobre los perjuicios que le caen al Sevilla sin Krychowiak en el eje.

El polaco es la llave maestra de este Sevilla en ese rol de tercer central por delante que tan bien halló Emery en un momento determinado de la pasada temporada. En esa posición tan específica tal vez no haya un sustituto claro en la plantilla y ésta baja algunos puntos con otras parejas por ahí. El amistoso contra el AEK fue también el más claro ejemplo. Con Nzonzi pasándolo mal en Sevilla, empezó Iborra en ese puesto con el apoyo de Banega para la salida del balón, pero las sensaciones no fueron buenas. Después Emery optó por probar una pareja de bajitos, algo que contra el Barcelona es renunciar a una ventaja, la física, para tratar de equilibrar la partida a la hora de pelear por tener el balón tras recuperarlo. ¿Banega y Krohn-Dehli, por tanto, para que Iborra juegue más cerca del delantero, Gameiro con casi toda seguridad? Pues podría ser, pero todo dependerá de la posición en la que Emery prefiera ubicar a Krychowiak, que es la clave de todo el rompecabezas. Aunque para resolverlo también sea trascendente conocer si Rami está para aguantar un partido de fútbol exigente.

Sería injusto obviar en este sentido que también el rival tiene sus problemas en el apartado físico. El brasileño Neymar causaba baja el pasado domingo tras diagnosticársele un cuadro de paperas, una efermedad por cierto bastante contagiosa y que debe haber causado cierta preocupación entre sus propios compañeros. Esta ausencia se unía a la ya anunciada de Jordi Alba y también a dos que ya se sabe que serán perennes hasta que se abra el mercado de contrataciones invernal, es decir, los recién llegados Aleix Vidal y Arda Turan. El panorama para Luis Enrique, por tanto, también es complicado en este sentido, aunque en su caso no se han centrado en un puesto determinado y sí en la banda izquierda que casi siempre integran Neymar y Jordi Alba. Aunque todo lo que no sea un problemilla de Messi deja siempre la cuestión al albur de lo que el argentino pueda inventarse dentro de un terreno de juego.

Ésa será la principal preocupación futbolística de Emery a la hora de plantear el juego. Y el modelo en ese sentido tal vez se planteaba en el último partido de Liga, cuando el Sevilla fue capaz de igualar un 0-2 en contra desde la primera media hora y hasta pudo conseguir algo más en el tramo final. Claro que hay que tener en cuenta que ese día Krychowiak tuvo mucho que ver desde su posición de medio centro a la hora de provocar un cortocircuito entre Messi y el resto de los suyos.

En este repaso por las cuestiones que pueden ser claves en el desarrollo de esta Supercopa europea también debe ser un aspecto fundamental el físico. La preparación del Barcelona es menor en este sentido, sobre todo porque empezó después, tuvo una gira por medio que le imposibilitó desarrollar entrenamientos exigentes y también Messi y el resto de internacionales sudamericanos se incorporaron más tarde. Ahí podría haber una ventaja para el Sevilla, aunque las bajas por la salmonela equilibran mucho este aspecto. Además, hay que tener en cuenta que en Tiflis no hace un clima fresquito, no es Sevilla, pero sí aprieta el calor.

Penúltima cuestión. ¿Quién será el portero? Complicado, pues eso pertenece a la mente de Emery única y exclusivamente, pero la apuesta más fiable a priori es Sergio Rico. Y en el cierre de claves, resaltar que ya es hora de que tanto Gameiro como Immobile, sobre todo éste, provoquen al menos inquietud en los zagueros rivales, algo que no hicieron jamás ante el AEK.

El repaso se cierra con una alusión al ambiente que debe haber por esta designación de Georgia como sede. Lo que está claro es que hinchas de verdad de ambos habrá pocos en la grada, aunque sí se apunta que todas las entradas se han vendido entre los autóctonos. Ellos se encargarán del atrezzo, apoyando a los azulgrana; en el campo Sevilla y Barcelona, en su condición de campeones ambos, no se olvide, lucharán por otro título más. Es el premio que se pone en juego, ni más ni menos que eso.

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