El Camp Nou transforma la idea
Emery baraja la opción de unir a M'Bia e Iborra para dar más libertad a Rakitic y poner fin al desequilibrio.
Los primeros encuentros del Sevilla en están temporada abrieron un enorme debate acerca de la posición de Rakitic, colocado por Unai Emery como medio centro para tomar más peso en la construcción del juego desde atrás en contraste con la pérdida de cierto equilibrio en esa medular. Los constantes contragolpes otorgados y la existencia de espacios comienzan a ser un problema que podría tener su fin en el Camp Nou, un escenario en el que Emery podría cambiar la posición del internacional croata para dar más consistencia a su equipo y sufrir menos ante un rival tan eficaz.
El trabajo de presión en los últimos entrenamientos ha dejado claro que la preocupación de Emery se centra en luchar por evitar una posesión abismal de su enemigo, algo que podría tratar de combatir situando a dos hombres de más peso destructivo en el centro del campo y liberando la figura de Rakitic. La intención del técnico es dibujar un 4-3-3 en situaciones defensivas que se convierta en un 4-2-3-1 en ciertos instantes de ataque sevillista. Para ello, los últimos en llegar, M'Bia e Iborra, podrían unirse como pareja en la medular para complementar un centro del campo con mayor capacidad para frenar el intenso flujo de balón del Barcelona en esa zona. Con ambos, Rakitic tendría una función más móvil y podría unirse a la línea de mediapuntas con más facilidad.
Pero ese cambio de intenciones podría no sólo ser un movimiento casual debido al poderoso rival, sino una realidad en la intención por recuperar cierta fiabilidad defensiva ante equipos que dañan al contragolpe.
Ya avisó Cala tras el encuentro ante el Málaga de la necesidad de corregir ciertos desajustes en el equilibrio. Los defensas son los primeros en sufrir esa debilidad y ante el Barcelona repetirla sería una temeridad. Pese a que el propio Emery hablaba de asumir conceptos en vez de variar posiciones, él sabe que necesita más trabajo en su centro del campo.
Pero hay más bazas para arreglar ese desequilibrio a través de movimientos de piezas. Cristóforo, que jugó en Córdoba el pasado miércoles, puede asumir un rol más móvil y de presión junto a uno de los medios defensivos, otorgando al equipo más dinamismo en vez de más consistencia. El uruguayo espera con ansias su debut oficial con la camiseta sevillista y éste podría llegar en la cita ante el Barcelona.
No sólo él se convierte a partir de ahora en una carta novedosa para Emery. También lo es Trochowski, que sin la forma física que requiere jugar en la zona de ataque, sí parece ser una opción de recurso para un centro del campo en el que ya brilló con más metros por delante.
Pero la alternativa más clara parece la apuesta por unir a M'Bia y a Iborra, dos jugadores que mantienen la coherencia táctica y la capacidad de recuperación siendo capaces de asumir ciertos parámetros de juego de toque. Además, los tres atacantes, junto a Rakitic, ganarían en espacios, una cuestión favorable a los intereses de jugadores como Bacca, Gameiro o Rabello, que brillan con más incidencia cuando hay metros por delante.
La visita a Barcelona puede ser indicativa de los deseos de Emery, que hasta el momento no varió la posición de Rakitic y prefirió apostar por más atrevimiento y, con ello, más riesgo. Ahora medita entre seguir con su premisa ante el rival más peligroso o tapar espacios con piezas que llegaron para ello.
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