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Un guión muy previsible

Informe técnico del España-Rusia

España se queda en una posesión estéril ante una Rusia que sólo defendió.

Piqué levanta el brazo de espaldas antes de que le impacte el balón en la jugada del penalti. / EFE
Samuel Silva

01 de julio 2018 - 19:13

Ni los cambios que Fernando Hierro introdujo en el once inicial, con la sorpresa de Iniesta en el banquillo, sirvieron para alterar el guión de una España que pecó de previsible ante Rusia, como ya le ocurriera en anteriores encuentros ante Irán o Marruecos. España necesitaba reencontrarse desde que toda la preparación previa se rompiera con el despido de Julen Lopetegui y fue imposible de alcanzar en plena competición.

La pizarra de España.

La selección acumuló una posesión estéril (74%) que jamás descompuso el entramado defensivo con el que apareció Rusia, que ni siquiera cambió su propuesta tras encajar el primer gol. La anfitriona confiaba en que apareciera ese error español tan propio de este Mundial y el mismo llegó con un penalti evitable de Piqué, que levantó el brazo de una manera impropia para la élite.

A la desesperada, Hierro sí apostó por colocar a dos delanteros, con Iago Aspas y Rodrigo y ahí aparecieron los mejores minutos de la selección. Pero ya era demasiado tarde y España quedó eliminada en los penaltis.

Defensa

Salió muy concienciada España de la necesidad de evitar los contragolpes rusos, por lo que trató de realizar una presión alta para recuperar con celeridad. Y en ese aspecto sí mejoró la selección con respecto a duelos anteriores, pero, por contra, padeció con Dzyuba, el gigante ruso que desquició a Sergio Ramos y Piqué mientras le dio el físico.

En ese inalterable guión español se echó en falta una reacción desde el banquillo para eliminar un hombre de su cuadrado defensivo -Piqué, Sergio Ramos, Koke y Busquets- para al menos aparecer en el balcón del área, sobre todo cuando Rusia ya renunció descaradamente a buscar acciones de ataque.

Ataque

Sin velocidad en la circulación, con un excesivo uso del pase de seguridad para evitar las pérdidas que tanto castigaron otros días, España apenas inquietó a una Rusia parapetada cerca de su área. Con Silva tan lejos de su nivel como en todo el Mundial y Marco Asensio quitando la razón a su titularidad, únicamente Isco intentó el desborde, aunque quizá con excesivas conducciones lejos de las zonas de peligro.

Los cambios de Hierro tampoco cambiaron la fórmula. Hombre por hombre hasta que Rodrigo ocupó el sitio de Marco Asensio, ya en el minuto 104 de la prórroga. Ahí sí apareció una España que jugó mejor al espacio, con el valencianista juntándose con Iago Aspas, y que combinó en zonas de más daño. Pero ya le faltaban las fuerzas a Isco, Jordi Alba o el disminuido Iniesta, que apenas acompañaron a los dos hombres de refresco.

Virtudes

Voluntad y orgullo para intentarlo hasta el final.

Talón de aquiles

Sin jerarquía en ninguna posición. De la portería al ataque, España no estuvo a la altura.

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