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Caídas ligeras
En fútbol hay partidos en los que hay que sobreestimular y otros en los que las tareas desde el punto de vista psicológico deben ir encaminadas quizá a lo contrario. Según el resultado, según el sistema de competición, según el rival, según dónde se dispute el encuentro... hay que encaminar el estado de ánimo de los futbolistas a controlar la ansiedad o, en caso contrario, la relajación.
Teniendo en cuenta lo que tiene en juego el Sevilla en este jueves de Feria, el cuerpo técnico que encabeza Unai Emery dirige su semana de entrenamiento hacia un proceso de concienciación continuo hacia todas las posibilidades que se pueden dar en el partido de vuelta de una eliminatoria como la que vivirá Nervión ante el Athletic, en la que el equipo sevillista afronta la vuelta con un resultado a favor y ante su propia afición.
El poder mental y desempeñarse bien en todas las situaciones que se puedan dar también se entrena en el fútbol como se pueda ensayar la estrategia y mucho más cuando está en juego el pase a unas semifinales europeas.
En este caso, el 1-2 cosechado en San Mamés, la euforia generalizada en el sevillismo y el pensar que todo está hecho son peligros que les puede costar caros a los discípulos de Emery si no están convenientemente adiestrados en la batalla mental que irá paralela a la futbolística.
El Sevilla necesitará la noche de mañana mucho control de las emociones y no despegar los pies del suelo en ningún momento. Charlas específicas, sesiones de vídeo y una estrategia operativa con varias fases de activación para cada caso de partido y su evolución posible. Jugar con la sobreexcitación del rival y, sobre todo, mantener la calma.
El Sevilla necesita mantener los noventa minutos la cabeza fría, saber jugar con la ventaja que tiene en el marcador global de la eliminatoria y tener paciencia. Por supuesto, que para facilitar el proceso de asimilación de todo esto el técnico guipuzcoano ha considerado fundamental aislar a su equipo de los días de fiesta que se viven en Sevilla con motivo de la Feria de Abril. En este sentido, la concentración de la plantilla en Cartaya, adonde el equipo se desplazó ayer después de entrenarse en la ciudad deportiva, es el mejor ambiente posible para preparar una cita así, tanto en el plano físico como en el psicológico. Ello hace posible el control de las comidas y el descanso, así como refuerza la idea de grupo, algo clave en grandes situaciones como la que se apresta a vivir el equipo mañana.
En el cuerpo técnico cuentan con que el Athletic tendrá una salida intensa, tratando de conseguir un gol en el primer tiempo (cuanto antes mejor) que, si bien no valga para igualar la eliminatoria, sí puede significar un primer golpe en el plano anímico. Los jugadores del Sevilla deben tener prevista esta situación y la respuesta que deberían tener. Todos los detalles tienen que estar controlados para que los nervios no se hagan presa de los profesionales en ningún momento y tengan clara la respuesta en el caso de que suceda.
Igualmente, el exceso de confianza también es un peligro del que el equipo de Emery debe cuidarse, sobre todo conforme vayan pasando los minutos. Mantener la tensión en todo momento sin perder el control es la mejor pócima para no dar pie a ningún susto desagradable, aunque, evidentemente, hay que contar con las estrategia del rival.
La clave está en mantener la cabeza fría y el corazón caliente porque las emociones garantizarán que lleguen momentos de nervios, una mezcla entre calma y no perder esa intensidad que siempre tiene que estar presente, máxime en un partido de alta competición y al nivel de la cita.
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