De Berlín a Sevilla, dos oros en el equipaje

Sevilla/No se llevan los focos. Seguramente haya quien ni los conozca o que no sepan que son de Sevilla. Pero sin meter canastas, son parte esencial del buen funcionamiento de la selección que se ha coronado campeona de Europa en Berlín, piezas clave que permiten a los protagonistas centrarse en su trabajo en la pista y es de justicia darles su justo reconocimiento.

Y es que en este Eurobásket hubo dos sevillanos. Luis Guil, entrenador ayudante de Sergio Scariolo, y David Ortega, delegado.

La carrera del técnico es larga y se ha convertido en los últimos años en la mano derecha del seleccionador. Hombre de su absoluta confianza, nunca ha sido, sin embargo, profeta en su tierra. Con experiencia ACB en el Fuenlabrada, el CB Murcia, cuyo récord de triunfos en la LEB Oro lo perdió a manos del Betis Baloncesto de Curro Segura, y Zaragoza. Desde hace unos años, desde 2019, su carrera está en Japón, donde es uno de los preparadores de mayor renombre.

Lleva años vinculados a la FEB, como seleccionador en categorías o inferiores o de la mano de Scariolo, que en la borrachera de felicidad, en la vorágines de celebraciones en el Mercedes Benz Arena tras conquistar el Eurobásket se acordó de sus compañeros de viaje con una foto y un texto que lo dice todo: "Gracias a mis fantásticos ayudantes por su capacidad de trabajo, entusiasmo, energía ¡y paciencia!".

Más en la sombra, si cabe, trabaja David Ortega. Es coordinador de la Escuelas del Betis Baloncesto y delegado, desde hace varios años, de la selección absoluta, después de pasar por otros puestos.

Una labor invisible, pero fundamental para que todo funcione. Para que los protagonistas sólo tengan que pensar en baloncesto y para que todo esté listo en su momento justo. Un apagafuegos curtido ya en mil batallas, pues es habitual igualmente en el combinado nacional desde hace años y lleva ya varios títulos también a cuestas.

Dos sevillanos miembros de La Familia.