Barba cerrada de campeón

Liga Europa: Fiorentina - sevilla · informe técnico

La defensa cerró espacios por dentro y arriba sentenció el balón parado.

Foto: Antonio Pizarro (enviado especial)
Foto: Antonio Pizarro (enviado especial)
Juan Antonio Solís

15 de mayo 2015 - 05:02

El toque, la capacidad combinativa, es esencial en este deporte. Pero cuando hablamos de fútbol profesional, y más en todas unas semifinales continentales, un equipo debe manejar otros aspectos del juego igual de nucleares, aunque mucho menos vistosos: tapar, hacer coberturas, llevar al rival a tu terreno, imponer un físico más poderoso en los forcejeos, en los rebotes, en los balones sueltos. En todo ese fútbol más prosaico, el Sevilla fue un maestro y la Fiorentina un tierno alumno. La barba cerrada del campeón lo llevó de nuevo a manejar los tiempos de la eliminatoria salvo en ese primer cuarto de hora inicial en Nervión. Fue un pulso de un cariz similar al de octavos con el Villarreal.

Defensa

Porque la Fiorentina que tan bien dirige Montella se hace fuerte con la pelota y combinando por dentro, como los amarillos. Triangulan, se desdoblan, hacen permutas, niegan referencias. Incluso los que parten de la cal pero buscan zonas interiores. Esta vez jugó el equipo viola con tres centrales y dos carrileros, Joaquín y Marcos. Pero la querencia es la querencia y los toscanos trataron de hacer daño al Sevilla por dentro. Y por ahí, Unai Emery ordenó mucho tráfico: barullo, juego físico, rebotes, choques... Un escenario donde Krychowiak y Mbia se agigantaron.

Como intentarlo por dentro era un imposible, las acometidas de la Fiorentina derivaron hacia fuera, hacia centros laterales al área, donde -segunda parte de ese plan de Emery- también se impuso el dominio por arriba de los centrales sevillistas ante unos atacantes poco duchos en el juego aéreo: Mario Gómez estaba en el banquillo e Ilicic, sus sustituto, sólo buscaba armar el cañón que tiene en la zurda desde la media distancia: se topó con la poblada barrera blanca en la corona del área, o si no, con Sergio Rico.

Eso sí, la Fiorentina forzó situaciones a balón parado mientras el partido estuvo vivo -hasta el 0-1 en el minuto 22- y en un saque de esquina desde la derecha, cerrado por el zurdo Ilicic al primer palo, Gonzalo se adelantó a Carriço y pudo inyectar emoción al pulso. Sergio Rico lo evitó en un alarde de reflejos.

Ataque

De salida, el Sevilla no quiso encerrarse. Aleix Vidal y Vitolo se desdoblaron con su habitual soltura. Clave fue la pausa de Banega para controlar, salir de la presión de alguno de morado con un giro y levantar la cabeza para desahogar. Ser osado le dio al Sevilla la posibilidad de disfrutar de faltas o saques de esquina: de matar a balón parado. Y así fue con el toque e Banega, envenenado en el 0-1 de Bacca o sutil en la prolongación de Coke a Carriço.

Virtudes

Apabullante manejo del partido. Su nivel físico, táctico y mental es óptimo. Y fútbol atesora mucho: sólo así se puede hacer un 5-0 de global en semifinales europeas.

Talón de Aquiles

Ese penalti innecesario.

Uno por uno

Sergio Rico Si la Fiorentina pudo empezar a creer en ese cabezazo de Gonzalo, él lo impidió con su prodigiosa mano. Y luego, otra mano de reflejos a Ilicic.

Coke Echó una mano a Carriço en esos escarceos de la Fiorentina hacia dentro del área en rápidas combinaciones.

Carriço Gonzalo se le adelantó en esa ocasión con 0-0, pero no se descentró y mandó en el área. Y un gol.

Kolodziejczak Su rapidez fue una garantía ante Salah.

Tremoulinas Con Joaquín delante, atacó menos.

Mbia Mientras hubo partido, tiró de repertorio: balones divididos para él, ayuda a los centrales...

Krychowiak No le hizo falta apretar.

Aleix Vidal Juega sin freno.

Banega La pausa atrás para arrancar la jugada. Y el toque letal a balón parado.

Vitolo Desahogó.

Bacca Gol de ariete puro. Un incordio para los centrales.

Iborra Por delante otra vez.

Gameiro Tuvo una.

Reyes Testimonial.

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