Baño de masas rojiblanco para los tetracampeones

El Sevilla acaba su fiesta en un Pizjuán abarrotado en el que Emery deja entrever su continuidad con un "¡Y el año que viene vamos a por la 'Champions!". Antes, los campeones visitaron el Hospital San Juan de Dios y recorrieron el centro en autobús descapotado.

Foto: Antonio Pizarro
Foto: Antonio Pizarro
A. Galiano / Agencias, Sevilla

28 de mayo 2015 - 17:43

La última copa de la ya leyenda sevillista ya duerme en su casa tras pasearse por Sevilla. Sobre las 17:30, la expedición aterrizó con el trofeo en el aeropuerto de San Pablo para comenzar un largo día de fiesta que ha acabado en un Ramón Sánchez-Pizjuán abarrotado sobre la medianoche con un espectáculo audiovisual sin precendentes en el templo sevilista. Si bien esta vez no hubo helicóptero, hubo una sorpresa mejor: Unai Emery insinuó que el año que viene seguirá en Nervión.

El avión sevillista llegó tras tres horas y media de vuelo pasadas las 17:30. Futbolistas y técnicos bajaron a la pista al grito de "Campeones", junto con los dirigentes de la entidad, y portando en manos de su capitán, Fernando Navarro, su cuarta copa de campeón de la segunda competición continental. Ataviados con polos rojos con la leyenda "Campeones otra vez" y un póquer como escudo, la plantilla y el equipo técnico hicieron un pasillo en las escaleras del avión mientras Fernando Navarro y el entrenador Unai Emery, escoltados por el presidente, José Castro, levantaron la copa al cielo de Sevilla y bajaron a tierra, en medio del júbilo de un grupo de aficionados y empleados sevillistas del aeropuerto.

Tras posar para la foto oficial a pie de pista con el cartel de Andalucía, patrocinador del club, la comitiva sevillista se desplazó en un autobús cerrado convencional hasta el Hospital San Juan de Dios, donde los niños enfermos y las personas discapacitadas del centro fueron los primeros en disfrutar de la copa. El mismo autobús trasladó a la expedición a la calle San Fernando, donde ya se subió al autobús descapotado para empezar a surcar la marea rojiblanca que les ha arropado por las calles sevillanas.

En la Puerta Jerez llegó la primera apoteosis de la fiesta y el ofrecimiento del trofeo ante miles de aficionados. Reyes atavió a la Diosa con la bufanda y el autobús enfiló luego la avenida de la Constitución hacia el Ayuntamiento, donde el alcalde felicitó al equipo por ser “el único que ha logrado cuatro copas de la Liga Europa” y tuvo una mención especial para Unai Emery por el reciente fallecimiento de su padre. “Ésta es la plantilla más laureada y también en vosotros quiero simbolizar a los jugadores tan grandes que ha tenido el Sevilla FC. Todos han dado lo mejor de sí y a ustedes os toca recoger el fruto de todo ese esfuerzo. Enhorabuena. Sois los mejores”, dijo Zoido.

El presidente le regaló una camiseta al alcalde, que se confesó de nuevo “muy sevillano y muy sevillista”, y que incluso besó la copa. Luego tomó la palabra Emery para brindar el triunfo a todos los sevillistas y agradecer al club y a la plantilla el esfuerzo. “Hoy es el día para disfrutarlo, para decir que Sevilla es muy grande y de que somos muy felices.” José Castro le pidió al primer edil en funciones son sorna que cambiara el nombre del Salón Colón del Ayuntamiento por el de Sevilla FC: “somos los que traemos la plata ahora”, bromeó. Zoido se despidió pidiendo que nunca se olvide el espíritu de Antonio Puerta antes de salir al balcón ante una abarrotada Plaza Nueva.

En el saliente, Monchi comenzó como maestro de ceremonias con una serie cánticos marca de los Biris. Luego Banega, Carriço, Pareja... Hasta que cogió el micrófono Unai Emery para agradecer por enésima vez al “jugador número 12” su apoyo y ser correspondido por la marea con cánticos de cariño hacia al técnico antes de comenzar el camino hacia el estadio.

Pese a que la expedición llegó media hora antes, sobre las 22:30 se puso en marcha en un Sánchez-Pizjuán lleno hasta el bandera el espectáculo anunciado por el club, con un escenario compuesto de cuatro pantallas y Kiko Rivera como DJ. Con los focos apagados, el encargado de abrir el cierre de la fiesta fue, cómo no, El Arrebato interpretando el himno del Centenario en directo. Le siguió la presentación de todos los jugadores de la plantilla con Krychowiak, que salió enloquecido corriendo por todo el campo, como principal protagonista.

Entre los más aclamados, Reyes, Bacca, los lesionados Cristóforo y Nico Pareja y, sobre todo, Unai Emery. Una vez en el centro del campo, en los laterales del escenario-pantalla se emitieron momentos de las cuatro copas de la Liga Europa conseguidas por el Sevilla. José Castro trajo el trofeo hasta el centro del campo y abrió un turno de palabra que continuaron Monchi, Krychowiak, Reyes, Carriço, Banega, M'Bia... y Emery. El entrenador pronunció un emotivo discurso en el que hizo participe de nuevo a la afición de los triunfos del equipo: “esta copa la ganamos porque somos los que más la hemos deseado. Nos hace muy felices”. El técnico, al que la afición aclamó y pidió de nuevo que se quedara, dejó entrever su continuidad con un “¡Y el año que viene vamos a por la Champions!”. Navarro puso fin a la fiesta pública pasada la medianoche tras seis horas de baño de masas. Hasta la próxima. O hasta dentro de un año. Quién sabe...

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